Los dos fallecidos en el incendio de la M-30 murieron intoxicados por azufre
El ¨¢cido del sistema de bater¨ªas del t¨²nel caus¨® el sulfuro, seg¨²n la autopsia Los responsables del mantenimiento de la v¨ªa se colaron en el subterr¨¢neo
Han sido necesarios varios meses para determinar al detalle qu¨¦ caus¨® la muerte de los dos empleados de la empresa de Mantenimiento de la Calle 30, Gregorio Camacho, encargado de los t¨²neles, y Sergio Mart¨ªnez, ingeniero responsable del ¨¢rea de mantenimiento, ocurrido el pasado 26 de octubre durante un incendio en el baip¨¢s sur de la M-30. La autopsia ha revelado que ambos inhalaron gases que conten¨ªan elementos sulfurosos, lo que indica que fue el incendio de las bater¨ªas lo que les mat¨®, seg¨²n explicaron fuentes judiciales.
Lo que est¨¢ claro, seg¨²n estas fuentes, es que ambas muertes corresponden a una naturaleza (etiolog¨ªa, en lenguaje forense) accidental. El forense remiti¨® muestras de tejido de los pulmones de las v¨ªctimas al Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa. Fueron los t¨¦cnicos de este departamento los que hallaron una hemoglobina que solo surge cuando el cuerpo humano inhala elementos sulfurosos.
A partir de ah¨ª, resolver la causa de la muerte era sencilla. Si la hemoglobina responde a causas sulfurosas, el origen tiene que ser este elemento (azufre). Este solo se encontraba en el lugar del incendio, el baip¨¢s sur de la M-30, en las bater¨ªas. Y m¨¢s concretamente en el ¨¢cido sulf¨²rico. Al incendiarse estos acumuladores, liberaron al s¨®tano un gas mort¨ªfero, seg¨²n destacaron fuentes judiciales. Es m¨¢s, la estancia podr¨ªa estar sin humo visible, pero en la misma podr¨ªan mantenerse los gases en el baip¨¢s.
Las fuentes reconocen que no se puede saber el momento en que se produjeron los fallecimientos. Estos hallaron a las v¨ªctimas ya sin vida cuando acabaron las labores de extinci¨®n del fuego en una habitaci¨®n pr¨®xima a las instalaciones afectadas, tras cuatro horas de presencia ininterrumpida de los servicios de emergencia.
De hecho, un informe de los propios Bomberos recoge que hasta en cinco ocasiones impidieron la entrada a la zona del siniestro a personas pertenecientes a Emesa, que no fueron identificadas.
La alerta del incendio se desat¨® a las cinco de la tarde del 26 de octubre, cuando un transe¨²nte avis¨® de que hab¨ªa visto lo que le parec¨ªa una papelera ardiendo a la altura del n¨²mero 96 de la calle de Valderribas. Las consecuencias eran mucho peores, ya que los bomberos comprobaron que se trataba de humo que sal¨ªa de una rejilla de ventilaci¨®n de la M-30. A partir de entonces se inici¨® el protocolo para este tipo de emergencias.
Conforme avanzaban los trabajos de extinci¨®n del incendio, los operarios municipales comprobaron que hab¨ªa numerosas irregularidades en los diferentes sistemas de seguridad. No funcionaron ni los sistemas de detecci¨®n de incendios ni las alarmas de fallo en las centralitas. Por todo ello, tambi¨¦n fall¨® la vaporizaci¨®n de agua sobre las bater¨ªas incendiadas. El sistema de protecci¨®n deber¨ªa haber funcionado de tal modo que soltara el nitr¨®geno almacenado en unas bombonas. Se encargar¨ªa de ahogar literalmente el incendio al eliminar de esa instancia el ox¨ªgeno que alimentara las llamas. Este sistema llevaba dos a?os sin pasar ninguna inspecci¨®n pese a que es obligatoria la revisi¨®n cada a?o.
Los dos operarios trabajaban para la empresa Emesa. Este peri¨®dico intent¨® recabar ayer por la tarde, sin ¨¦xito, la versi¨®n de la compa?¨ªa.
M¨²ltiples fallos en la instalaci¨®n
La empresa encargada del mantenimiento de los t¨²neles de la M-30, Emesa, conoc¨ªa desde hac¨ªa 10 meses que hab¨ªa fallos importantes en la seguridad. En concreto, no funcionaban ni el sistema de protecci¨®n ni el de alarma contra incendios, seg¨²n un informe de la Polic¨ªa Judicial de la Polic¨ªa Municipal de Madrid revelado ayer por la cadena SER.
Los responsables de esta empresa ten¨ªan sobre su mesa dos presupuestos para corregir las citadas deficiencias. El primer sistema consiste en expulsar agua nebulizada en caso de que se detecten llamas o humo. Estaba ¡°fuera de servicio y parcialmente desmantelado, con lo que nunca funcion¨®, ni pod¨ªa funcionar para controlar el incendio¡±, seg¨²n el informe policial.
A esas irregularidades se une que la c¨¢mara de seguridad que hab¨ªa en el acceso al pozo incendiado ¡°enfoca a la pared por causas que se desconocen, con lo que no aporta nada de inter¨¦s a la investigaci¨®n¡±. Seg¨²n el informe, los investigadores creen que fue ese el lugar por el que entraron los dos operarios fallecidos tras inhalar humo con elementos sulfurosos.
Pero los fallos detectados en este pozo no son los ¨²nicos. Los polic¨ªas judiciales tambi¨¦n hallaron averiado el sistema de control de incendios en los otros tres pozos con que cuenta la M-30 soterrada.
El informe concluye que no existe una relaci¨®n causal entre los fallos detectados y el fallecimiento de los trabajadores de Emesa. Los agentes les culpan de haber burlado la presencia de los bomberos y de la polic¨ªa y de ¡°cometer la imprudencia de acceder a la planta siniestrada¡±. Los da?os materiales causados en la instalaci¨®n de la M-30 se han estimado en m¨¢s de 1,2 millones de euros.
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