Dos battiatos
Franco Battiato volv¨ªa a Barcelona para promocionar su ¨²ltimo disco regrabado en castellano
Existen costumbres que perduran a pesar de su dudosa factura. Por ejemplo: ?por qu¨¦ desde tiempos inmemoriales a los cantantes italianos les da por regrabar sus discos en castellano aunque no hablen (ni siquiera chapurreen) ese idioma? Art¨ªsticamente incomprensible y, por regla general, ling¨¹¨ªsticamente aberrante, solo queda el factor econ¨®mico: hay un mercado para este producto que discogr¨¢ficamente puede tener una justificaci¨®n (a base de repetir y rectificar la cosa llega a entenderse) pero que llevado al escenario, como m¨ªnimo como lo hizo el gran Battiato en la noche del mi¨¦rcoles, convierte lo que deber¨ªa ser un espect¨¢culo en un puro sinsentido.
Franco Battiato
FRANCO BATTIATO
Auditorio de Barcelona
20 de marzo
Franco Battiato volv¨ªa a Barcelona para promocionar su ¨²ltimo disco regrabado en castellano. As¨ª que, modosito ¨¦l, comenz¨® su concierto con la primera canci¨®n de ese pl¨¢stico y continu¨® despu¨¦s con las siguientes en estricto orden. Sin duda era la primera vez que las cantaba en p¨²blico y el resultado, marcado por la inseguridad, fue totalmente incomprensible. Adem¨¢s, tampoco se ve¨ªa al cantante en su salsa, temeroso daba la impresi¨®n de no poder imponerse a sus propias composiciones.
Tras siete canciones que parecieron una eternidad y cuando todo parec¨ªa perdido, Battiato decidi¨® que ya hab¨ªa hecho los deberes y se recuper¨® a s¨ª mismo. Dijo entrar en la parte m¨ªstica del concierto y atac¨® las notas iniciales de L'ombra della luce recibidas con la primera gran ovaci¨®n de la velada, tal vez por ser la canci¨®n que era, tal vez por comenzar a cantar en italiano. A partir de ah¨ª Battiato recuper¨® la sonrisa y se la contagi¨® a un Auditorio abarrotado que se fue calentando poco a poco hasta acabar en pie, coreando y bailando las canciones
El viejo profesor (cada vez transmite m¨¢s esa imagen) se pase¨® por el repertorio que su p¨²blico esperaba y consigui¨® r¨¢pidamente ganarse a una audiencia predispuesta a desempolvar algo de nostalgia. Dejando de lado el nuevo milenio Battiato se centr¨® en sus temas de los ochenta y noventa, recuperando algunas joyas como Nomadi, L'era del cinghiale bianco, Mesopotamia, La stagione dell'amore o Prospectiva Nevski. Se puso de pie entonando Bandiera blanca, esboz¨® algunos pasos de baile y recogi¨® una flor de una admiradora.
Entusiasmo total que coron¨® con Voglio vederti danzare que, no pod¨ªa se de otra manera, puso a bailar al personal. Soberbio concierto si olvidamos la primera y prescindible parte.
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