Soluciones de costa para la crisis
Hay un peculiar concepto catal¨¢n de moralidad: mano dura con los conciudadanos e indulgencia con los turistas
Al principio la crisis era una oportunidad para apuntar hacia un nuevo modelo. Con el pacto fiscal bajo el brazo, fuimos los primeros de Espa?a en fustigarnos con ramas de abedul antes de meternos en la sauna de la austeridad regentada por CiU. ?bamos al sufrimiento con la convicci¨®n de alcanzar la vida eterna. Est¨¢bamos destinados a ser ejemplo en la Europa de la troika. Catalu?a ser¨ªa el paradigma, la gu¨ªa del recorte y el control de d¨¦ficit. De momento nos hemos quedado en la primera fase: estado asc¨¦tico al borde de la muerte por inanici¨®n. Expectativas, hechos y decisiones tomadas est¨¢n tan fatalmente dispuestas que condenan a nuestras almas a vagar para siempre.
No hay signos alentadores ni atisbo de reformas en profundidad. Pol¨ªticamente, no se negocia m¨¢s all¨¢ de la flexibilizaci¨®n del d¨¦ficit. Y, en lo inmediato, los planes de choque de la Generalitat contra la pobreza, el paro y para facilitar vivienda son meramente publicitarios, cuando no inoperantes. Las soluciones milagrosas vienen de la mano de arc¨¢ngeles del tama?o de Enrique Ba?uelos, que est¨¢ construyendo ¡ªel proyecto tiene medio a?o reci¨¦n cumplido¡ª por encargo de la Generalitat Barcelona World, el gran casino de consolaci¨®n frente a Port Aventura. La elecci¨®n lleg¨® despu¨¦s y como respuesta a que Sheldon Adelson decidiera levantar el becerro de oro de Eurovegas en Madrid. Ba?uelos, un icono del boom del ladrillo, conocido por su reputada afici¨®n al cemento a lo largo de la costa mediterr¨¢nea, fue el ungido para conducir el gran proyecto catal¨¢n. Sus antecedentes como gran vaciador de la burbuja inmobiliaria valenciana no amilan¨® al Gobierno catal¨¢n, que le ofreci¨® otra oportunidad con la construcci¨®n de seis parques tem¨¢ticos y otros tantos casinos frente a Port Aventura por 4.500 millones de euros. Se trata de un proyecto en el que pocos ¡ªexcepto el Gobierno de la Generalitat¡ª creen. Y es que la costa siempre ha sido tierra de comercio y oportunidades. Porque Barcelona World limita al norte con los amigos rusos de Lloret de Mar. Ah¨ª est¨¢ Petrov, con sus patrocinios e inversiones, siendo part¨ªcipe del crecimiento catal¨¢n con presunta ayuda del Ayuntamiento de la localidad.
Pero, con todo, la Costa Daurada es el fil¨®n fundamental. La leve met¨¢fora es el comienzo del desembarco de una alegre tropa de 9.500 j¨®venes estos d¨ªas en Salou ¡ªdistinguida con la etiqueta de turismo familiar¡ª para participar en actividades deportivas. Proceden de universidades de Inglaterra, Escocia y Gales y solo con verlos bajar del autocar con sus atuendos se intuye lo re?ida que va a ser la competici¨®n: por 230 euros, la gran mayor¨ªa va intentar pillar la mayor cogorza jam¨¢s vista. Hasta para las autoridades tur¨ªsticas catalanas el concepto de familia (tur¨ªstica) est¨¢ cambiando a marchas forzadas. Solo hay que prestar atenci¨®n a las universitarias disfrazadas de conejitas de play boy que deambulan zigzagueantes por las calles de Salou. O los j¨®venes ataviados de superh¨¦roes orinando en las esquinas de la localidad costera.
Aunque, para no faltar a la verdad, hay que subrayar que este a?o, a los 9.500 deportistas procedentes de la Gran Breta?a se les ha ampliado el campo de acci¨®n: podr¨¢n participar por vez primera en pruebas de equitaci¨®n y de balonmano. Y es que lo importante es empezar la casa por sus cimientos ¨¦ticos: casinos, fiestas et¨ªlicas o blanqueadores rusos.
Nuestro particular concepto de moralidad consiste en aplicar mano dura y ordenanzas de civismo a los conciudadanos y en ser indulgentes con los turistas. Quiz¨¢s pensando en evitar futuros desmadres, estos d¨ªas el Museo Brit¨¢nico est¨¢ repartiendo notas de advertencia a los padres o tutores sobre algunas escenas de sexo expl¨ªcito que brinda la exposici¨®n Vida y muerte en Pompeya y Herculano. El dios Pan fornicando con una cabra es una escultura que puede herir la sensibilidad de los menores visitantes. No vaya a ser que, cuando los peque?os lleguen a los estudios universitarios, recreen alg¨²n cuadro esc¨¦nico similar en las pruebas atl¨¦ticas de Saloufest, en esa Catalu?a de ¨¦tica instrumental.
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