La anticipaci¨®n del pacto
La negociaci¨®n entre Rajoy y Mas es inevitable.Si resulta, se llevara a uno (o a los dos) por delante
La negociaci¨®n con Madrid es el tema del momento en la pol¨ªtica catalana. Una idea que algunos medios vienen trabajando con una voluntad preformativa desde que las elecciones del 25-N pusieron sordina al proceso soberanista. La coalici¨®n creada para conseguir este objetivo, formada por sectores empresariales, vieja guardia convergente, el inevitable Dur¨¢n Lleida y un sector de los poderes f¨¢cticos espa?oles, alentados por la Corona, y sus complicidades medi¨¢ticas, es demasiado poderosa para admitir que no tendr¨¢ resultados. Por eso, ha llegado la hora de anticiparlos, de darlos como hechos antes de que se haya llegado a alguna concreci¨®n precisa. ?Realmente CiU vuelve sobre sus pasos y la ruptura con el pujolismo que supuso la apuesta por la independencia va a quedar en nada y volveremos a la cultura de la conllevancia y el trapiche con Espa?a?
Los hechos que aparentemente demostrar¨ªan que el presidente Artur Mas ha entrado en fase de rectificaci¨®n, conforme al deseo de los poderes antes descritos, son dos reuniones rid¨ªculamente secretas: la de Mas con su Gobierno en el palacio de Pedralbes, de la que emanar¨ªa la consiga: ¡°A Madrid a negociar a por todas¡±. Y el encuentro entre Mariano Rajoy y Mas. El argumentario es conocido: una vez elaborado el duelo por el mal resultado electoral, en Converg¨¨ncia se estar¨ªa imponiendo la idea de que un c¨¢lculo precipitado sobre la madurez de la sociedad catalana para la independencia les hab¨ªa hecho perder la centralidad en la pol¨ªtica catalana y que se impon¨ªa un gran frenazo para recuperarla. Las pol¨ªticas de austeridad han hecho mucho da?o a la imagen del Gobierno y la apuesta soberanista no ha servido para ocultar el estado de emergencia econ¨®mica y social del pa¨ªs. Con lo cual hay que pactar con el diablo para evitar la bancarrota porque de lo contrario la crisis se llevar¨ªa a CiU por delante. CiU es y ha sido siempre un partido conservador y cuando el escenario se mueve por una fuerte sacudida, fruto de un proceso de cambio en la sociedad, siempre aparecen en su seno los partidarios de apuntalar el status quo.
?Todo este tumultuoso episodio para volver a la CiU de siempre? ?Y sin que nadie pague una rectificaci¨®n tan sonora? No ser¨ªa la primera vez que despu¨¦s de generar mucho ruido reivindicativo se ha aceptado un acuerdo discreto y se ha conseguido que el electorado lo diera por bueno sin rechistar. Pero, en esta ocasi¨®n, la promesa no era cualquiera, y adem¨¢s es indivisible: la independencia no es fraccionable y el refer¨¦ndum se hace o no se hace. No est¨¢ claro que el electorado convergente aceptara la renuncia con la docilidad de siempre. La centralidad puede haberse movido de sitio.
Pero vayamos a las reuniones secretas. Si unos dirigentes democr¨¢ticos se ven a escondidas y hacen noticia de ello (muchas veces hablan sin que nadie se entere ni llegue a los peri¨®dicos) es por una enorme debilidad de las dos partes. ?Qu¨¦ temen? A los suyos. Saben que no hay un acuerdo posible que no castigue a uno de los dos: si Rajoy se sale con la suya, consigue que Mas se olvide del refer¨¦ndum a cambio de unos dineros, el presidente de la Generalitat tiene que irse a casa, salvo que se haya perdido definitivamente cualquier asomo de dignidad en la pol¨ªtica. Y si Mas lograra un sistema de financiaci¨®n medianamente satisfactorio, en la l¨ªnea del pacto fiscal, y/o un pacto para un refer¨¦ndum legal, Rajoy ya podr¨ªa buscar sustituto. ?Entre medio hay espacio para alg¨²n acuerdo? Salvar las finanzas catalanas. Pero, Rajoy ?puede salvarlas sin nada a cambio?
Mas pide socorro porque la Generalitat est¨¢ al borde de la suspensi¨®n de pagos. Pero Rajoy acude a la llamada por su propio inter¨¦s: si Catalu?a se ahoga econ¨®micamente se hunde el pa¨ªs entero. No se puede dejar en la estacada a una autonom¨ªa que representa casi el 20% del PIB sin que lo pague toda Espa?a. Esta es la cuesti¨®n de fondo del debate independentista. No solo Catalu?a lo pasar¨ªa mal en su camino hacia la independencia, como se dice desde Madrid. Espa?a sin Catalu?a corre riesgo de insolvencia. Y con ello el euro entrar¨ªa en situaci¨®n de emergencia. De ah¨ª las coaliciones de fuerzas contrarias que el envite provoca. Rajoy tiene m¨¢s armas que Mas. Pero no puede jugar con Catalu?a porque tambi¨¦n depende de ella. Por eso la negociaci¨®n es inevitable. Pero si da resultados reales, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n apa?o financiero para salir del paso, se llevara a uno de los actores (o a los dos) por delante.
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