Alonso Montero ofrece consenso en la Academia con ¨¦l como presidente
El candidato ¡°cr¨ªtico¡± advierte a su rival que el cargo es ¡°innegociable¡±
Xes¨²s Alonso Montero fue, de los dos candidatos a la presidencia de la Real Academia Galega, el que m¨¢s se lo pens¨® a la hora de presentarse, pero el que m¨¢s pronto formaliz¨® el tr¨¢mite. Lo hizo ayer en la sede de la calle Tabernas, en medio de los flashes y la expectaci¨®n medi¨¢tica que despierta ¨²ltimamente cualquier acto relacionado con la RAG, con la compa?¨ªa y los avales de los ling¨¹istas Rosario ?lvarez Blanco y Henrique Montegudo, de la periodista y cineasta Margarita Ledo Andi¨®n y del te¨®logo Xes¨²s Ferro Ruibal. No pudieron asistir otros avalistas, como el te¨®logo Andr¨¦s Torres Queiruga o el cient¨ªfico Francisco D¨ªaz-Fierros Viqueira. ¡°No pudimos conseguir que la pr¨®xima ejecutiva fuese de consenso total, como pretend¨ªamos, porque Manuel Gonz¨¢lez present¨® su candidatura r¨¢pidamente, y el margen de maniobra para un consenso amplio no fue posible, pero s¨ª lo es para un consenso parcial¡±, se?al¨®.
De la candidatura forman parte, en puestos no asignados, Rosario ?lvarez y Torres Queiruga, de la misma forma que en la del fil¨®logo Manuel Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez se integran su compa?ero en la ejecutiva saliente, Francisco Fern¨¢ndez Rei, y Xos¨¦ Lu¨ªs Regueira. Es decir, ambas dejan dos puestos libres para posibles pactos. Pero para Alonso Montero, ¡°aunque pueda parecer una aseveraci¨®n algo arrogante, la presidencia no es negociable¡±, asegur¨®. ¡°Yo no fui nunca nada, ni siquiera fui diputado del Partido Comunista de Galicia. Estaba dedicado a otra cosa. Pero personas que me merecen un respeto moral y profesional extraordinario, como las presentes¡±, dijo, se?alando a sus compa?eros de mesa, ¡°me pidieron que encabezase una candidatura, lo pens¨¦ mucho, y lleg¨® el momento en que mi elemental marxismo me hizo decantar por el bien p¨²blico y no por la satisfacci¨®n privada. No me voy a angustiar por no ser presidente, pero ya que estoy, voy a tratar de hacer lo posible para que vaya adelante¡±.
Buena parte del mensaje del candidato era para consumo interno: Alonso quiso desmentir el ruxe ruxe de la pretensi¨®n de absorci¨®n o confusi¨®n de la Academia. La existencia de varios organismos que trabajan sobre el idioma ¡ªde las facultades de filolog¨ªa al Consello da Cultura¡ª y el hecho de que cuanto m¨¢s colaboren y se coordinen, mejor, no debe hacer olvidar que la Academia ¡°est¨¢ por encima de todas ellas, porque tiene la obligaci¨®n legal y la potestad de delimitar la frontera de la norma culta del idioma¡±. La existencia de la RAG se justificar¨ªa, seg¨²n Alonso, aunque solo fuese por el cometido de escoger la personalidad a la que se le dedica el D¨ªa das Letras Galegas, que presidir¨¢ el discurso literario gallego de todo un a?o.
Con un discurso tan elaborado que parec¨ªa escrito, el candidato ¡°cr¨ªtico¡±, ironiz¨® sobre el hecho de disfrutar de m¨¢s notoriedad en esos ¨²ltimos d¨ªas que en los 84 a?os y cuatro meses precedentes, notoriedad que incluye ser interrogado en el banco o en la panader¨ªa ¡°sobre el tomate que tienen ustedes en la Academia¡± o que le pregunten cu¨¢nto va a ganar. ¡°Ser¨ªa importante que la gente supiese que lo ¨²nico que ganaremos, Manuel Gonz¨¢lez o yo, ser¨¢ m¨¢s trabajo, y que los diferentes puntos de vista que tenemos los acad¨¦micos son sobre las consonantes fricativas sordas, o sobre a qui¨¦n dedicar el D¨ªa das Letras de 2014. Estar¨ªa bueno que gente que lleva 20 o 60 a?os discutiendo sobre cuestiones culturales no tenga debates¡±, a?adi¨®.
Lo que el propio Alonso Montero defini¨® como el ¡°espinazo¡± del programa electoral es aparentemente sencillo. ¡°En la Academia hubo momentos muy brillantes. Para no remontarnos a Murgu¨ªa, me refiero a las presidencias de Francisco Fern¨¢ndez del Riego, de Xos¨¦ Ram¨®n Barreiro Fern¨¢ndez y a la no agotada de Xos¨¦ Lu¨ªs M¨¦ndez Ferr¨ªn. Lo que queremos, si podemos y si sabemos, es mejorar esas tres legislaturas¡±.
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