La primera ¡®baja¡¯ de Saloufest
Un estudiante brit¨¢nico se rompe la pelvis al caer desde el tercer piso de su hotel. El joven, en estado de ebriedad, saltaba de un balc¨®n a otro
El controvertido Saloufest, que se publicita como un evento deportivo para universitarios brit¨¢nicos, vuelve a tambalearse tras resultar herido de gravedad uno de los j¨®venes participantes. El incidente ocurri¨® pasadas las 2.30 de la madrugada del mi¨¦rcoles, cuando el chico, de 21 a?os, se precipit¨® desde un balc¨®n del bloque de apartamentos donde se alojaba, en el n¨²mero 19 de la calle Vendrell de Salou (Tarragona).
El herido, Liam Joseph T., habr¨ªa llegado ebrio despu¨¦s de pasar la noche de fiesta y, al no disponer de las llaves de su estancia, situada en un tercer piso, decidi¨® escalar hasta ella por la fachada del edificio. Pero, seg¨²n las investigaciones de los Mossos d¡¯Esquadra, el joven acab¨® cayendo al vac¨ªo debido a su estado et¨ªlico, por lo que fue trasladado al hospital Joan XXIII, donde se encuentra ingresado en estado grave con fractura de pelvis y m¨²ltiples contusiones. ¡°Hab¨ªa varios grupos de estudiantes, entre ellos unos chicos gritando, bebiendo en los rellanos, golpeando las barandillas de los apartamentos¡±, explic¨® ayer Jos¨¦ Cas¨ªn, un turista de Barcelona de 30 a?os alojado en un apartamento cercano; ¡°el chico estuvo pasando de balc¨®n a balc¨®n hasta que se cay¨®¡±.
Los incidentes de Saloufest no inquietan a los j¨®venes ni tampoco a los hosteleros
El Ayuntamiento del municipio pidi¨® ayer la m¨¢xima colaboraci¨®n a la organizaci¨®n del evento, la empresa Sol Active Tours, para evitar sucesos similares. Pero tanto la compa?¨ªa responsable de la cita como las autoridades locales han defendido siempre la inexistencia de altercados graves en el festival. Sin embargo, durante la juerga de la madrugada del mi¨¦rcoles hubo al menos un episodio pol¨¦mico m¨¢s: la polic¨ªa encontr¨® en la playa Capellans a una universitaria del certamen desorientada, sin ropa interior, llorando y visiblemente borracha. La chica, que aseguraba no recordar nada, no sufri¨®, sin embargo, abuso sexual, como confirm¨® la revisi¨®n m¨¦dica. Pero el suceso mantuvo en vilo a los vecinos. Tanto esta estudiante como el joven herido por caer del bloque de apartamentos llegaron el martes a Salou en la segunda tanda de universitarios brit¨¢nicos que participan en el Saloufest, integrado por unos 4.500 ¡ªdel total de 9.500¡ª estudiantes.
La semana pasada, adem¨¢s, otra universitaria del Saloufest sufri¨® presuntamente un intento de tocamientos, pero en esta ocasi¨®n por parte de una persona no vinculada al evento. Un caso que record¨® a 2010, cuando una participante denunci¨® una violaci¨®n, aunque finalmente la agresi¨®n result¨® ser falsa, seg¨²n el Ayuntamiento de Salou.
¡°Todo sigue igual¡±
El Saloufest es ajeno a los accidentes, al dolor ajeno. Los grupos de j¨®venes segu¨ªan anoche con su semana de fiesta y alcohol. Multitudes de ellos salen de los supermercados de Salou cargando bolsas llenas de botellas de ron, sangr¨ªa y dem¨¢s bebidas. ¡°Todo sigue igual, hemos venido a disfrutar¡±, exclama John, estudiante de econ¨®micas en Londres. Como ¨¦l, el resto de compa?eros de su equipo de rugby beben de un cubo de 10 litros lleno de cerveza en una terraza del paseo Jaume I. Se preparan para la que ser¨¢, seg¨²n ellos, ¡°la noche m¨¢s loca de la semana¡±. Ni siquiera la ca¨ªda del joven desde un tercer piso les ha arredrado. La fiesta y el descontrol no se detienen. ¡°Ayer nos emborrachamos, hoy estamos borrachos y toda la semana nos emborracharemos¡±, explica con evidentes problemas para mantener el equilibrio un compa?ero del equipo de rugby. Su preocupaci¨®n, dice, no es el deporte, sino ¡°beber barato y estar con muchas chicas¡±. Y, despreocupado, a?ade: ¡°Seguro que a la chica de la playa no le pas¨® nada; y si le pas¨® fue porque ella quiso. Nadie la viol¨®¡±.
El grupo se aloja en el hotel Jaime I, donde los j¨®venes segu¨ªan desafiando anoche al peligro al cambiar de habitaciones por el balc¨®n ante la mirada de los encargados de seguridad y de cuatro polic¨ªas, que estaban en el interior del inmueble.
Pero Salou abre sus brazos a los j¨®venes brit¨¢nicos. Mira hacia otro lado ante los problemas. ¡°Lo importante es hacer negocio¡±, dec¨ªa Miguel ?ngel Araujo, dependiente en un supermercado de la localidad. Araujo es colombiano y est¨¢ agradecido por la organizaci¨®n de la fiesta. Alega que la ¨²nica forma de hacer negocio en esta temporada es con el Saloufest: ¡°Si no estuvieran ellos, no habr¨ªa nadie, y yo estar¨ªa en el paro¡±.
¡°Los chicos no crean problemas; paran cuando se lo dices¡±, asegura un agente
Pocas voces se oyen en contra de un festival que espanta al resto de turistas. Manuel y Manuela, est¨¢n jubilados y pasan una semana de ¡°descanso¡± en la localidad. Pero reconocen que no han elegido ¡°el mejor destino¡±. Detr¨¢s de ambos corretea por la playa, infestada de bolsas de pl¨¢stico repletas de desperdicios, un joven brit¨¢nico. Su indumentaria, reducida a unos calzoncillos y una capa dorada, despierta la hilaridad de sus compa?eros y la indignaci¨®n de otros turistas. Un polic¨ªa observa la escena desde la distancia. ¡°No causan problemas, si les dices que paren, lo hacen¡±, asegura el agente. Aunque a?ade: ¡°Este a?o est¨¢ todo m¨¢s tranquilo, pero el pasado fue muy movido¡±.
La agitaci¨®n depende del bar. Los j¨®venes llenan los que tienen en su puerta el distintivo de I love tour porque ah¨ª tienen precios ¡°especiales¡±, explica el trabajador de uno de estos establecimientos. ¡°No vienen con mucho dinero y hay que ofrecerles precios baratos para que consuman, y cuanto m¨¢s, mejor¡±, revela. En el exterior del bar, un cartel ofrece cerveza y chupito por dos euros.
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