Vuelve la trova cubana comprometida
El cantautor cubano Pedro Lu¨ªs Ferrer regresa a Madrid despu¨¦s de un a?o de ausencia
Durante una etapa feliz se puso de moda dentro el movimiento de la Nueva Trova cubana hacer epitafios irreverentes de los m¨²sicos y artistas m¨¢s encumbrados, un simple divertimento para convocar las virtudes y defectos de los susodichos y, en vida, chotearse de ellos. La leyenda del cantautor Pedro Luis Ferrer dec¨ªa: ¡°Muri¨® Pedro Luis Ferrer/ muri¨® gordo como un cerdo/ muri¨® sin saber por qu¨¦/ muri¨® de no estar de acuerdo¡±. No le molest¨® a Ferrer la inscripci¨®n de su l¨¢pida, primero porque flaco no es ¡ª y muchas de sus canciones hablan de comida ¡ª y en segundo lugar porque lo de ¡°no estar de acuerdo¡± es para ¨¦l un orgullo y un ejercicio que ha practicado siempre, dentro y fuera de Cuba, con naturalidad.
Algunos todav¨ªa recuerdan una an¨¦cdota de los duros a?os setenta cubanos, cuando, despu¨¦s de tener un problema con funcionarios del Instituto Cubano de Radio y Televisi¨®n (ICRT) renuentes a emitir su repertorio m¨¢s cr¨ªtico, Ferrer escribi¨® Canci¨®n protesta al ICRT: ¡°Si lo que t¨² haces no est¨¢ mal hecho / lo que yo digo no est¨¢ mal dicho / pues s¨®lo digo lo que t¨² has hecho...¡± , bromeaba en sus primeras estrofas. Y continuaba con l¨®gica demoledora: ¡°Y si lo que haces est¨¢ bien hecho / por qu¨¦ te enfadas con lo que he dicho / si s¨®lo digo lo que t¨² has hecho¡±.
Aquella d¨¦cima fue toda una declaraci¨®n de principios que dej¨® claro a la burocracia que Pedro Luis era un esp¨ªritu libre y que no pod¨ªa uno fiarse de ¨¦l. Lo confirm¨® la vida: los primeros desencuentros fueron tan sutiles que la censura ni siquiera se enter¨®, como cuando, all¨¢ por los a?os ochenta, Fidel Castro estaba empe?ado en crear una nueva raza de vacas utilizando la ingenier¨ªa gen¨¦tica y Ferrer se descolg¨® con Inseminaci¨®n artificial, canci¨®n guasona cuya letra pegadiza reclamaba el derecho de las vacas a ¡°parir a la antigua¡±.
¡°Disentir es un acto natural, pero convertirlo en un oficio es exagerado¡±
En los noventa, con la crisis, llegaron las guarachas de doble sentido con mensajes como pu?ales. En 100% cubano, de los a?os noventa, denunciaba la discriminaci¨®n del gobierno hacia los los nacionales en favor del turismo: ¡°Como que mi Cuba es ciento por ciento cubana / ma?ana reservar¨¦ el mejor hotel de La Habana / luego me ir¨¦ a Varadero, a separar una casa / con este dinero m¨ªo, que me lo gan¨¦ en la zafra¡¡±. En Abuelo Paco muchos vieron un retrato del l¨ªder cubano: ¡°aunque sepas que no, / dile que s¨ª, / si lo contradices, / peor para ti¡±, dec¨ªa el estribillo. Y otra de sus canciones famosas hablaba del drama del exilio, de los que se van y los que se quedan: ¡°Si no me voy de Cuba, / no dudes que part¨ª / nadie tiene la culpa / de la ausencia y el fin...¡±.
¡°Disentir es un acto natural y el que vea en ello algo perverso est¨¢ enfermo. Del mismo modo, convertir eso en una hipertrofia y autodefinirse por ello, como si disentir o ser disidente fuera un oficio, pues tampoco¡±, considera Pedro Luis en v¨ªsperas del concierto que dar¨¢ el 25 de abril en Madrid a guitarra limpia un a?o despu¨¦s de su ¨²ltima visita.
Durante una ¨¦poca larga, en los noventa, Pedro Luis Ferrer estuvo prohibido en los espacios oficiales de Cuba y ¨¦l mismo organiz¨® en desagravio una ¡°Gira por patios y azoteas de La Habana¡±. Tambi¨¦n, en alguna ocasi¨®n en Miami se han molestado con ¨¦l por no alimentar el discurso anticastrista al uso, pero, dice, las consecuencias de ¡°no estar de acuerdo¡± nunca le han preocupado.
Su rebeld¨ªa siempre la ha compaginado con la b¨²squeda de las esencias musicales de Cuba y la experimentaci¨®n con ritmos tradicionales, algunos casi olvidados, como el chang¨¹¨ª o el neng¨®n, y de este trabajo han surgido discos como R¨²stico o Natural. Un tesoro de la m¨²sica cubana.
Pedro Lu¨ªs Ferrer act¨²a el 25 de abril a las 9 de la noche en la sala Ni Tan Tarde (calle Huertas 53).
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