Manuel Pastrana: ¡°O peleamos o la derecha se lo lleva todo por delante¡±
El secretario general de UGT se despide tras haber conformado el mayor sindicato andaluz y con la frustraci¨®n y la angustia que le genera el paro
Manuel Pastrana, (Archidona, M¨¢laga-1961), deja el pr¨®ximo 11 de mayo la secretar¨ªa general de la UGT, la mayor organizaci¨®n sindical andaluza y a la que ha entregado todo, incluida su salud. Como l¨ªder de esta organizaci¨®n, ha sido una figura clave en el ¨¢mbito laboral y pol¨ªtico durante los ¨²ltimos 15 a?os. Su mayor pesar, el paro, que le obsesiona, le frustra y le angustia.
Pregunta. UGT ha tenido que afrontar un ERE cuyos perjudicados cuestionan sus cuentas con acusaciones de gastos innecesarios.
Respuesta. Las acusaciones sobre mi forma de proceder y la de mis compa?eros son absolutamente injustificadas y muy duras. Entiendo que hay gente que hace montajes de este tipo por la frustraci¨®n de no haber conseguido sus objetivos, los de ellos o los del grupo pol¨ªtico al que pertenecen o para el que hacen de palmeros. A lo largo de los ¨²ltimos 15 a?os, nuestra bandera ha sido la austeridad en el uso de los fondos del sindicato y nunca he dado motivos para cuestionarlo.
P. ?Qui¨¦n cree que est¨¢ detr¨¢s?
Hay gente que hace montajes por la frustraci¨®n de no haber conseguido sus objetivos o los del grupo pol¨ªtico al que hacen de palmeros
R. Los extrabajadores del sindicato por el ERE consideran que con estas acusaciones van a defender sus planteamientos. La informaci¨®n se utiliza y distorsiona para erosionar a la UGT atac¨¢ndome a m¨ª por lo que represento. Hay una intencionalidad pol¨ªtica muy clara.
P. ?Por qu¨¦?
R. La UGT ha demostrado que es mucho m¨¢s que un sindicato. Tiene incidencia electoral y en la sociedad as¨ª como capacidad de poner de manifiesto el desmantelamiento del sistema social que est¨¢ haciendo el Partido Popular. Si eres un altavoz de denuncia y un grupo numeroso e importante que sirve de freno a los proyectos electorales y est¨¢s en las ant¨ªpodas de lo que representan, se genera el problema. Cada vez que nos acercamos a alg¨²n momento importante para los trabajadores o el sindicato, montan un n¨²mero con acusaciones de corrupci¨®n o de dispendio del secretario general.
P. Tambi¨¦n la instrucci¨®n del caso de los ERE, el fraude con el dinero de la Junta para empresas y trabajadores en crisis, ha salpicado al sindicato, al que acusan de haber cobrado de forma irregular.
R. UGT Andaluc¨ªa no ha hecho m¨¢s que firmar protocolos gen¨¦ricos para programas de ayudas, recolocaciones o formaci¨®n. Nunca ha participado directamente en la negociaci¨®n de ning¨²n ERE ni hemos mantenido ning¨²n tipo de contacto con aseguradoras, mediadores o intermediarios; nunca. Y, por supuesto, jam¨¢s ha recibido un c¨¦ntimo de los ERE. Mis compa?eros afirman, y no tengo raz¨®n alguna para pensar lo contrario, que han actuado siempre dentro de la legalidad. El proceso de instrucci¨®n ir¨¢ clarificando el papel de los sindicatos. Estoy absolutamente seguro de que, cuando acabe, no se va a imputar absolutamente nada a UGT o CC OO. Otra cuesti¨®n es que individuos hayan aprovechado la coyuntura para aprovecharse.
Pastrana opina sobre seis compa?eros de viaje
Manuel Chaves. "Un amigo, buena gente".
Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n. (Piensa) "Buen ide¨®logo y comprometido con la socialdemocracia".
Javier Arenas. "No es mala persona, pero la gente nunca ha percibido sinceridad en ¨¦l".
Juan Ignacio Zoido. "Apenas lo conozco. Parece amable en las formas y muy dogm¨¢tico en sus ideas de derecha".
Diego Valderas. "Es todo voluntad para hacer para cambiar. Y muy ut¨®pico".
Santiago Herrero. "Es muy inteligente. Tiene un buen coraz¨®n y defiende un modelo de patronal ¨²til socialmente. Discrepamos en casi todo, pero siempre encontramos la forma de dialogar".
P. ?Le gustar¨ªa declarar?
R. No tengo ning¨²n inconveniente. Ir¨ªa con absoluta tranquilidad. No hemos intervenido en el asunto de los ERE. Todo esto est¨¢ emponzo?ado desde la perspectiva pol¨ªtica. El tema de los ERE ha servido a la derecha como ariete electoral y, ahora, para ocultar la situaci¨®n interna del propio PP, las dudas sobre su financiaci¨®n y su relaci¨®n con el caso G¨¹rtel.
P. Pero en alg¨²n momento respaldaron a presuntos implicados.
R. Lamento profundamente que haya ocurrido. Hab¨ªa gente que, en principio, cre¨ªamos que estaban haciendo un buen trabajo para apoyar a los trabajadores desde el ¨¢mbito de la administraci¨®n, pero por detr¨¢s, presuntamente, estaban metiendo la mano en el caj¨®n. A lo largo de esta d¨¦cada, miles de trabajadores han sido tirados a la calle sin ninguna piedad. El hecho de que la Administraci¨®n auton¨®mica estuviera ah¨ª dispuesta a echar una mano, a buscar una salida, era un valor. Era insospechable que otra gente se aprovechara. Nadie que mete la mano en el caj¨®n lo pone en un tabl¨®n de anuncios. Mientras esto est¨¦ en un cruce de acusaciones pol¨ªticas y se utilice como ariete contra los sindicatos o la Junta, va a ser dif¨ªcil resolver.
P. ?Por qu¨¦ se va??Le han influido estas circunstancias?
R. Me voy porque es necesario para el sindicato. El cambio lo he promovido yo. A veces, los secretarios generales y m¨¢ximos responsables de organizaciones de este tipo tenemos la obligaci¨®n de zarandear para que se pueda seguir avanzando, para reaccionar con un proceso de cambio y ajuste a una nueva realidad que no tiene perspectivas de que vaya a cambiar. Esto requiere un nuevo tipo de sindicato, unas herramientas distintas. Ten¨ªa previsto el cambio hace cuatro a?os, en el ¨²ltimo congreso, y lo empec¨¦ a organizar hace ocho. Justo en el momento de intentar conciliar las distintas posiciones del sindicato, me encontr¨¦ en la UCI. Sal¨ª de aquella situaci¨®n y el ambiente interno no hac¨ªa posible conciliar un cambio con una mayor¨ªa suficiente. De haber forzado la situaci¨®n, el sindicato habr¨ªa quedado muy dividido. Mis compa?eros consideraron que la mejor opci¨®n era que continuara.
P. ?Cu¨¢ndo prepar¨® el relevo?
R. La historia de mi salida viene escribi¨¦ndose desde hace mucho tiempo. Hace dos a?os empezamos a hablarlo y entre octubre y noviembre comenz¨® el proceso. Me he sentado con los responsables sectoriales y de las provincias. Hay gente que habla de continuidad. Es absurdo. El paso que estamos dando y lo que llevamos al congreso es una reforma de la UGT de Andaluc¨ªa, de su estructura, de su capacidad organizativa y de sus posicionamientos sindicales.
No hemos sido capaces de doblar la mu?eca del poder pol¨ªtico
P. ?Pero el candidato oficial, Francisco Fern¨¢ndez Sevillano, no supone una ruptura?
R. No se trata de una ruptura. Ruptura fue en 1998, cuando la candidatura que encabec¨¦ supuso un cambio brusco. En este caso, lo que hemos hecho es planificar una reforma de la UGT. Va a haber una reorganizaci¨®n de sectores de actividad para pasar de ocho a cuatro federaciones y de la estructura territorial; en estos momentos disponemos de 52 sedes comarcales para acercar el sindicato a los trabajadores. En la historia de la UGT, ning¨²n equipo, aun formando parte del anterior, ha reproducido los esquemas anteriores. Para m¨ª, en este momento e incluso habiendo trabajado con Paco hombro con hombro ma?ana, tarde y noches, la siguiente etapa es una inc¨®gnita. No va a ser continuista.
P. ?Cu¨¢l es el balance de sus 15 a?os al frente de la UGT en Andaluc¨ªa?
R. Hemos duplicado el n¨²mero de afiliados pasando de algo menos de 100.000 a algo m¨¢s de 200.000 en estos momentos, incrementado en un 40% el n¨²mero de representantes en las empresas, lo que ha convertido UGT en la mayor organizaci¨®n social de la comunidad, con m¨¢s j¨®venes y mujeres que ninguna otra. Tenemos presencia en los 700 pueblos, que era uno de los objetivos que nos marcamos. La tasa de paro m¨¢s baja de Andaluc¨ªa fue en 2007 y la UGT tuvo mucho que ver con eso.
La gente ha ca¨ªdo en una especie de resignaci¨®n y no ha cre¨ªdo lo que le est¨¢bamos diciendo, no ha seguido las movilizaciones; y eso alimenta la intensidad de ataques, de imposici¨®n de la pol¨ªtica de la derecha
P. ?Y qu¨¦ lamenta?
R. Tenemos casi un mill¨®n y medio de parados y eso me produce una tremenda angustia y una frustraci¨®n. El objetivo es que la gente tenga empleo y niveles de bienestar para vivir dignamente. Hemos peleado, hemos hecho lo que hemos podido, pero no hemos conseguido lo que la gente necesita. Lo m¨¢s importante y lo m¨¢s frustrante es no haber sido capaces, ante la crisis que ha acabado con gran parte de los logros conseguidos, doblar la mu?eca del poder pol¨ªtico para que entienda que la pol¨ªtica que ha puesto en marcha es err¨®nea y que no nos lleva m¨¢s que al desastre del paro. Y no haber sido capaces tampoco de poner a todos los trabajadores en pie de guerra defendiendo contra la pol¨ªtica econ¨®mica de austeridad, recorte y p¨¦rdida de derechos. O peleamos por nuestros derechos o nos lo van a quitar todo, desde los derechos laborales al modelo social y los servicios p¨²blicos, que los van a convertir en negocio. O peleamos o se lo llevan todo por delante. La gente ha ca¨ªdo en una especie de resignaci¨®n y no ha cre¨ªdo lo que le est¨¢bamos diciendo, no ha seguido las movilizaciones; y eso alimenta la intensidad de ataques, de imposici¨®n de la pol¨ªtica de la derecha, del Partido Popular. Espero que la gente reaccione y, para provocarlo, vamos a impulsar este cambio en el sindicato.
Una despedida
"Me gustar¨ªa que mi esfuerzo personal haya servido al mayor n¨²mero de personas posibles. Me he dedicado a esto m¨¢s tiempo del que pensaba. Me voy con la frustraci¨®n y la amargura de no haber hallado la f¨®rmula para que hoy no hubiera un mill¨®n y medio de parados. Le he dedicado a esto entre 10 y 12 horas diarias, conozco todos los pueblos y las empresas m¨¢s importantes de Andaluc¨ªa. Mis hijos se han hecho mayores y me lo he perdido. Y al final, despu¨¦s de todo esto, no se ve".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.