La Xunta exime de evaluaci¨®n ambiental obras en un r¨ªo protegido
Medio Ambiente admite la ¡°fragilidad¡± del cauce del Tea
La Conseller¨ªa de Medio Ambiente sabe de la ¡°fragilidad¡± del corredor fluvial del r¨ªo Tea, que forma parte de la Red Natura y por tanto goza, en teor¨ªa, de la m¨¢xima protecci¨®n ambiental. Sin embargo, considera que esa vulnerabilidad no es motivo suficiente para someter a evaluaci¨®n de impacto ambiental ¡ªun tr¨¢mite dise?ado para garantizar que ning¨²n proyecto provoca da?os graves en el medio ambiente-¡ª una senda peatonal que discurrir¨ªa a lo largo de siete kil¨®metros del cauce. El presupuesto de la obra, que unir¨¢ los ayuntamientos de Mondariz, Mondariz-Balenario y Ponteareas, ronda los 670.000 euros.
As¨ª, la conseller¨ªa, en dos resoluciones firmadas a finales de marzo, se aligera a s¨ª misma la tramitaci¨®n administrativa, que se prolongar¨ªa durante muchos meses m¨¢s de pasar por evaluaci¨®n ambiental. El promotor del paseo es el organismo Augas de Galicia, integrado en su estructura org¨¢nica. La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), muy cr¨ªtica con la iniciativa, sospecha que las prisas vienen marcadas por la intenci¨®n de no perder los fondos europeos con los que financiar los trabajos. En cualquier caso, casi todos los organismos que informaron el proyecto ¡ªdos dependientes de la conseller¨ªa, uno del Gobierno central¡ª ratifican que no es necesario el estudio de impacto, pero en cambio imponen m¨²ltiples condiciones para paliar su afectaci¨®n.
De hecho, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica Mi?o-Sil, de quien depende el cauce del Tea, impuso recortar la idea original, que inclu¨ªa una escollera a lo largo de unos 400 metros. Ese elemento, as¨ª como el tramo de senda que se apoyaba en ¨¦l, fueron eliminados por el impacto que causar¨ªa en la morfolog¨ªa del r¨ªo, y sustituidos por labores de restauraci¨®n. ¡°El resultado del an¨¢lisis del impacto del proyecto en este tramo pasa a considerarse positivo¡±, argumenta, aplaudiendo que no se construya senda alguna. Justo lo que la SGHN reclama que se haga, pero no solo en unos centenares de metros, sino en los siete kil¨®metros. Sin embargo, para el organismo estatal, con el benepl¨¢cito de la Xunta, ese criterio solo es aplicable en esa zona. Adem¨¢s, la Confederaci¨®n pide cambiar el material ¡ªsabl¨®n¡ª con el que se cimentar¨¢ el camino en aquellas partes que se inundan habitualmente, ya que este acaba incorpor¨¢ndose al cauce. Otras ¡°medidas correctoras imprescindibles¡± que impone son la protecci¨®n del sistema h¨ªdrico, la restauraci¨®n y revegetaci¨®n de las zonas degradadas y de los desmontes y terraplenes. ¡°Se van a gastar 670.000 en un pase¨ªto ler¨¦¡±, denuncian, cuando, en su opini¨®n, Augas de Galicia tiene mucho por hacer en el ¨¢mbito de sus competencias, el abastecimiento y la depuraci¨®n.
La que no deja lugar a interpretaciones es la Direcci¨®n Xeral de Patrimonio Cultural, que alerta de la ¡°gran incidencia¡± que las obras tendr¨¢n sobre los bienes culturales que se encuentran en la zona. Seg¨²n especialistas consultados, el paseo, tal y como est¨¢ dise?ado, pasar¨ªa por encima del muro defensivo del imponente castro de Teutix¨®n. Este poblado de la Edad de Hierro II (siglos III-I a. C.) aparec¨ªa en los planos del proyecto a m¨¢s 200 metros de su ubicaci¨®n real. ¡°Dif¨ªcilmente se puede poner en valor algo cuando no sabes ni d¨®nde est¨¢¡±, reflexionan los expertos. El de Teitix¨®n fue uno de los primeros castros excavados, pero en la actualidad aparece absorbido por la vegetaci¨®n. Tampoco se recoge el petroglifo de Ch¨¢n da G¨¢ndara, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural (m¨¢xima figura de protecci¨®n) en 1974. Este grabado rupestre fue, quiz¨¢s, el primero trasladado de lugar para evitar ser destruido, cuando fue descubierto hace m¨¢s de un siglo. Una ¡°proeza¡±, la de proteger un elemento patrimonial de este tipo ¡ªauspiciada por Enrique Peinador, promotor del balneario de Mondariz¡ª, que de aquella solo pod¨ªa entender una ¨¦lite selecta.
Seg¨²n la legislaci¨®n, la afectaci¨®n al paisaje cultural y arqueol¨®gico es raz¨®n para someter a un proyecto a la evaluaci¨®n de impacto ambiental, incluso para paralizarlo, como el mismo equipo de Medio Ambiente ha hecho solo hace unos meses con un mina que afectaba a una fortificaci¨®n medieval. En este caso no lo han considerado oportuno. No obstante, el departamento de Cultura ha impuesto condiciones igual de estrictas que si la iniciativa pasase por el tr¨¢mite completo. Las dos resoluciones de Medio Ambiente vienen a validar, impl¨ªcitamente, otra de las cr¨ªticas de la Sociedade Galega de Historia Natural. Esta hab¨ªa alegado contra el hecho de que se partiese ¡°artificialmente¡± el proyecto en dos, cuando es una senda continuada, porque, a su juicio, de esa manera la Xunta estaba violando la legislaci¨®n ambiental ¡ªpor evitar los efectos acumulativos en el medio ambiente¡ª y tambi¨¦n la de contrataci¨®n. Los textos, rubricados el mismo d¨ªa, son pr¨¢cticamente calcados. De hecho, en ellos se explica que los proyectos fueron objeto de una ¡°tramitaci¨®n paralela¡± dada su ¡°cercan¨ªa¡± ¡ªno en vano es un camino ininterrumpido¡ª y la ¡°similitud¡± de los impactos que generan.
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