Manel, profetas solo entre los suyos
Pese a su buena actuaci¨®n en el festival, jugaron a ser un grupo menor
No es un desdoro, ni resta un ¨¢pice de proyecci¨®n al grupo, menos a¨²n a su m¨²sica, pero Manel actuaron en uno de los escenarios principales del Primavera Sound¡. sin llenarlo. Nada extra?o, todo deb¨ªa estar previsto, la nutrida colonia extranjera estaba en Tame Impala y su grado de conocimiento de Manel se aleja de cero un mil¨ªmetro. Un equipo de TV3 realiz¨® una encuesta y nadie, ning¨²n extranjero, conoc¨ªa al grupo. Normal pues que su concierto no fuese de masas. ?Problema? Ninguno.
Patroneando su embarcaci¨®n seg¨²n una ruta establecida, Manel escogi¨® este contexto para presentar su tercer disco, Atletes baixin de l¡¯escenari, y lo hizo sin apenas variaci¨®n de guion aunque, eso s¨ª, Guillem Gisbert esta vez no enhebr¨® sus calculadas y preciosistas alocuciones, apenas un saludo y poco m¨¢s. El hieratismo de la banda, sin el contrapunto humor¨ªstico de las palabras de Gisbert, se acentu¨®, lo que llam¨® mucho la atenci¨®n pues aquello rehuy¨® abiertamente la algarab¨ªa y francachela que suelen coronar las actuaciones de los artistas en un contexto festivalero. Quiz¨¢s ah¨ª hubo que buscar la iron¨ªa de un grupo que en un ambiente digamos h¨²medo acentu¨® su sequedad, propia de la mojama. Tambi¨¦n se percibi¨® iron¨ªa en el despliegue de luces amarillas y rojas, colores de la senyera, cuando son¨® Mort d¡¯un heroi rom¨¤ntic, pieza que tiene de base el ritmo de la sardana. Pero bien, eso, como todo buen humor, fino, es interpretable. Lo manifiesto es que Manel hicieron un buen concierto, que no extraordinario. El p¨²blico no se desmelen¨® casi en ning¨²n momento, salt¨¢ndose la regla con Boomerang en el tramo inicial de la actuaci¨®n y ya en el final con la celeb¨¦rrima Al mar y la no menos popular Teresa Rampell que cerr¨® el recital. En aquel contexto de medidas XXL las letras del grupo pasaron m¨¢s desapercibidas que de costumbre, e incluso la falta absoluta de gestualidad en sus rostros, lo que parad¨®jicamente suele favorecerles con lecturas a?adidas, perdida ayer en la lejan¨ªa, rest¨® alg¨²n entero a la puesta en escena. No cabe deducir de ello que Manel no sea una banda de grandes distancias, pero s¨ª que al menos en el Primavera no jugaron con todas las cartas a favor. Con todo, el grupo fue aumentando su audiencia hasta concluir su concierto con una cantidad de p¨²blico nada desde?able frente a su escenario. Al final, habr¨¢ que concluir, fue una jugada con cierto riesgo rematada con inteligencia. Limitar las consecuencias del ¨¦xito, consciente o inconscientemente, ayuda a digerirlo. Manel crece poco a poco.
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