Somnolencia universitaria
Nuestros Gobiernos quieren convertir las universidades en un territorio de pensamiento yermo y sin opini¨®n cr¨ªtica
En el informe Universidad 2000, dirigido por Josep Maria Bricall hace m¨¢s de una d¨¦cada, se afirmaba que ¡°la Universidad forma parte de la sociedad, comparte sus aspiraciones y sus dificultades, y es un lugar privilegiado para plantear y ayudar a la resoluci¨®n de problemas sociales¡±. El profesor Bricall consideraba que ¡°la Universidad no se debe contentar con adaptarse de forma pasiva a la evoluci¨®n social, sino que debe tomar parte activa en la misma en estrecho di¨¢logo y cooperaci¨®n con las dem¨¢s entidades sociales, econ¨®micas, culturales y pol¨ªticas¡±. Un di¨¢logo basado en ¡°el estudio de problemas y la sugerencia de respuestas, el intercambio de formaci¨®n, la movilizaci¨®n de la sociedad y el compromiso de poner en pr¨¢ctica las acciones que puedan acordarse colectivamente¡±.
En un contexto de crisis econ¨®mica, pol¨ªtica, institucional, social y de valores, la relectura de estas reflexiones de Bricall nos lleva a cuestionar si las universidades est¨¢n cumpliendo su funci¨®n de poner el conocimiento al servicio del progreso social y de ser foro de debate para tratar de buscar alternativas a las dificultades sociales. ?Se han celebrado congresos, convenciones, conferencias o simposios universitarios para analizar a fondo, de manera interdisciplinaria, nuestra crisis sist¨¦mica? ?Se aportan desde las universidades ideas y propuestas eficaces para cambiar el rumbo de las pol¨ªticas err¨¢ticas de nuestros Gobiernos? Desgraciadamente, nuestras universidades est¨¢n cada vez m¨¢s aisladas, m¨¢s replegadas en s¨ª mismas y son incapaces de colaborar activamente en la resoluci¨®n de los dilemas sociales.
Muchos profesores e investigadores universitarios est¨¢n m¨¢s pendientes de la burocracia universitaria que de dedicar esfuerzos a resolver los efectos de las crisis poli¨¦dricas
Las pol¨ªticas universitarias impulsadas por los Gobiernos espa?ol y catal¨¢n est¨¢n transformando las universidades en centros escolares de formaci¨®n multidisciplinar con un profesorado mayoritariamente d¨®cil, obediente, acr¨ªtico e intelectualmente desarmado. El discurso oficial de la innovaci¨®n, el emprendimiento, la gobernanza y la excelencia universitaria contrasta con la inexistencia de indicadores y datos sobre la contribuci¨®n de las universidades al desarrollo social y cultural.
Las pol¨ªticas universitarias crean una imagen ilusoria que mantiene nuestro sistema universitario en lo alto de una ficticia torre de marfil mirando con desd¨¦n el drama cotidiano causado por la crisis terrenal. Nuestros Gobiernos quieren convertir las universidades en un territorio de pensamiento yermo y est¨¦ril, sin opini¨®n cr¨ªtica ni capacidad para rebelarse. Y las universidades asienten. Y sus consejos sociales, que deber¨ªan cuidar y fortalecer las relaciones entre la Universidad y la sociedad, tambi¨¦n.
Muchos profesores e investigadores universitarios est¨¢n m¨¢s pendientes de la burocracia universitaria, derivada de una mala aplicaci¨®n del llamado Proceso de Bolonia y de una supuesta modernizaci¨®n pedag¨®gica, que de dedicar esfuerzos a resolver o amortiguar los efectos de las crisis poli¨¦dricas. Otros se desviven siguiendo las absurdas pautas de un curr¨ªculum universitario oficial que genera una obsesi¨®n colectiva por publicar en revistas cient¨ªficas de impacto incierto y que, en cambio, menosprecia el trabajo universitario (cualquiera que sea su formato) destinado a producir un impacto social real y positivo. Y tambi¨¦n est¨¢n los que concentran su actividad en ganar dinero extra participando en tertulias que banalizan la reflexi¨®n cient¨ªfica y que a menudo convierten al buen investigador en charlat¨¢n dogm¨¢tico.
?D¨®nde est¨¢ el di¨¢logo y la cooperaci¨®n de la Universidad con las entidades sociales y pol¨ªticas que ya reclamaba el informe Universidad 2000? ?D¨®nde est¨¢ el compromiso de las universidades para mejorar el funcionamiento de nuestra democracia y contribuir al bienestar social? ?D¨®nde est¨¢ la conexi¨®n de la actividad cient¨ªfica con los problemas y las inquietudes sociales? ?D¨®nde est¨¢ la identidad de la Universidad? Nos hallamos ante un preocupante estado de somnolencia universitaria. Las universidades han dejado de ser el motor del progreso social y participan de una apat¨ªa colectiva que alimenta actitudes de resignaci¨®n y sometimiento. Hay que reaccionar inmediatamente, generar ideas y recuperar la capacidad transformadora del pensamiento cr¨ªtico.
Jordi Matas Dalmaseses catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UB.
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