?Menudo cumplea?os!
A Alberto Fabra le ha correspondido celebrar el cumplea?os de su elecci¨®n al frente del PP valenciano en uno de los peores momentos de su partido.
Nadie elige la fecha de sus aniversarios. Tocan cuando tocan y no siempre coinciden con las mejores ¨¦pocas en la vida de uno. A Alberto Fabra le ha correspondido celebrar el cumplea?os de su elecci¨®n al frente del PP valenciano en uno de los peores momentos de su partido. En Madrid marianistas y aznaristas andan a la gre?a porque el expresidente tiene un subid¨®n de ego incontrolable y se siente en la necesidad de ocupar todo el vac¨ªo que deja Rajoy, que no es poco. Es probable que la calentura de Aznar no dure mucho, pero las ondas de las pedradas que solt¨® en Antena 3 llegaron hasta Valencia, donde por unos minutos revivi¨® Francisco Camps para contar sus glorias pasadas y hacer de menos al actual presidente de la Generalitat, como si fuera un mini-yo aznariano. Cosas m¨¢s estultas ha hecho desde que dimiti¨® de la presidencia y nunca se le ha hecho m¨¢s caso que a un irritante moscard¨®n.
La realidad que ha ocupado a Fabra, y no solo desde que llegara a la presidencia del partido, sino desde que ocupara el despacho del Palau de la calle Cavallers, es muy otra y mucho m¨¢s compleja. Recibi¨® un partido en descomposici¨®n trufado de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en medio de la peor crisis econ¨®mica e institucional que ha conocido este pa¨ªs (el valenciano, digo) Recuperar el primero y poner sordina en lo segundo no es tarea f¨¢cil. Al contrario. De hecho, los jefes y jefecillos territoriales le mantienen enredado en una bronca interna que no acabar¨¢ ni siquiera cuando se celebren las elecciones, mientras que drenar la corrupci¨®n le est¨¢ costando mucho m¨¢s de lo que deber¨ªa.
Su primer movimiento, apartar de los ¨®rganos de direcci¨®n del PP a los imputados, era condici¨®n necesaria, pero insuficiente. Soportar que el tercer grupo de las Cortes Valencianas est¨¦ formado por diputados populares incursos en esc¨¢ndalos diversos es una losa muy pesada para cualquiera que pretenda recuperar un m¨ªnimo de credibilidad ante una ciudadan¨ªa harta de unas ¨¦lites pol¨ªticas incapaces de solucionar los problemas reales de la sociedad y, por el contrario, sobradamente preparadas para crispar y reabrir heridas que ya estaban cicatrizadas (ah¨ª est¨¢ el acuerdo que capitane¨® Rebentaplenaris Maluenda, secundado por toda la bancada popular, prohibiendo el uso de la denominaci¨®n Pa¨ªs Valenciano). M¨¢s por necesidad que por convicci¨®n, Fabra movi¨® pieza el pasado jueves y le ense?¨® al exconsejero Rafael Blasco, procesado por el saqueo de los fondos de cooperaci¨®n, la puerta por la saldr¨¢ del grupo parlamentario popular y tal de vez de la pol¨ªtica, una vez la abogac¨ªa de la Generalitat se pronuncie sobre sus presuntos delitos. El gesto hay que tenerlo en cuenta por lo que representa; pero aun as¨ª sigue siendo insuficiente. La pregunta que queda es si despu¨¦s de Blasco ser¨¢n otros los que sigan ese camino.
No hace mucho, el secretario de Estado de Administraciones P¨²blicas estuvo en Valencia. Antonio Beteta, con un lenguaje rudo que frisaba la groser¨ªa, advirti¨® de que no habr¨ªa cambios en el modelo de financiaci¨®n auton¨®mica hasta 2015, al mismo tiempo que algunos barones del PP se opon¨ªan a cualquier modificaci¨®n del objetivo de d¨¦ficit, ciegos (porque les conviene) ante la asimetr¨ªa existente entre los ingresos por habitante en las autonom¨ªas. El talibanismo de Beteta y de sus compa?eros presidentes debi¨® de estimular a Fabra. Tanto que abandon¨® su calculado perfil egipcio a la hora de reivindicar y se enfrent¨® a sus compa?eros de partido: ¡°Si las otras autonom¨ªas [Extremadura, Cantabria, Galicia] hubiesen recibido la financiaci¨®n per c¨¢pita que ha recibido la Comunidad Valenciana sus d¨¦ficits habr¨ªan sido superiores al nuestro¡±. Al presidente de la Generalitat le cost¨® tener un mensaje suficientemente contundente para que en Madrid se dieran por aludidos. Tard¨®, pero lo consigui¨®.
Los aniversarios, aunque coincidan con malas ¨¦pocas, acostumbran a celebrarse felizmente de puertas adentro; pero no por ello los problemas desaparecen. Y Fabra los tiene todos: Paro desbocado, el segundo mayor ¨ªndice de pobreza, un crecimiento brutal de la desigualdad, falta de liquidez, serias grietas en la educaci¨®n y la sanidad p¨²blica, abandono de los discapacitados. Todos los que preocupan realmente a los ciudadanos m¨¢s un partido dividido y cuajado de esc¨¢ndalos. ?Menudo cumplea?os!
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