Cuando Ana Pastor criticaba el cierre de estaciones

El 20 de julio de 2008 los 3.000 vecinos del municipio de Portas perdieron el tren. El nuevo trazado del AVE entre Pontevedra y Vilagarc¨ªa dej¨® sin uso su estaci¨®n, a dos kil¨®metros del centro de Caldas de Reis, con otros 10.000 habitantes. Sus usuarios no se resignaron e impulsaron protestas que culminaron en la creaci¨®n de la Plataforma Salva o Tren, integrada por una quincena de asociaciones que lucha por mantener el ferrocarril convencional en toda Galicia. Su repercusi¨®n medi¨¢tica fue tanta como nulos los resultados obtenidos, como se comprueba estos d¨ªas con la supresi¨®n de trenes y paradas.

Pero s¨ª consiguieron poner a la oposici¨®n de su parte. D¨ªas despu¨¦s del cierre de Portas, la entonces diputada Ana Pastor se reun¨ªa con los afectados y ped¨ªa presionar al Gobierno para que su caso no se extendiese en el futuro a otras paradas en toda Galicia.

Hoy, aquella diputada es ministra de Fomento. Y Luc¨ªa Latorre, portavoz de Salva o Tren, no la olvida. ¡°Quiero mandarle un saludo, porque cuando estaba en la oposici¨®n le parec¨ªa una barbaridad desmantelar el regional; ¡®lo que haga falta, yo voy a Portas¡¯, me dec¨ªa, pero padec¨ªa la enfermedad de los pol¨ªticos que pasan de la oposici¨®n al poder, la amnesia¡±, lamenta Latorre.

La plataforma se reuni¨® en febrero del a?o pasado, dos meses despu¨¦s del cambio de Gobierno, con el director general de Ferrocarriles, Manuel Ni?o, como paso previo a una prometida entrevista con la ministra que a¨²n no se ha producido. ¡°Me gustar¨ªa que me llamase ahora¡±, dice Latorre. Fomento anunci¨® que estudiaba la posibilidad de recuperar el viejo trazado para servicios de proximidad. Pero nada m¨¢s se supo. En Portas, tras cinco a?os sin tren, a¨²n sufren su desaparici¨®n, porque ¡°no se puso ning¨²n transporte alternativo¡±. ¡°Los d¨ªas posteriores los vivimos con indignaci¨®n, aunque pens¨¢bamos que pod¨ªamos recuperarlo, pero poco a poco nos dimos cuenta de que era la pol¨ªtica que se segu¨ªa en toda Espa?a¡±, concluye Latorre.