Gri?¨¢n agita las aguas
Su decisi¨®n tiene efectos colaterales de todos los colores
Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n anuncia que no se presentar¨¢ a la reelecci¨®n y provoca un terremoto en la pol¨ªtica andaluza y estatal. Mientras la crisis arrecia y la ciudadan¨ªa consume sus ¨²ltimas energ¨ªas de indignaci¨®n, nos est¨¢bamos acostumbrando a un tranquilo escenario institucional. En Madrid, la mayor¨ªa absoluta del PP garantiza votaciones mayoritarias de proyectos rechazados en la calle; en Andaluc¨ªa, el gobierno bipartito garantiza una estabilidad institucional con un proyecto que pinta de rojo algunas rayas en el horizonte profundamente azul. En las instituciones, el naufragio de la pol¨ªtica es lento. El PP se desangra y alimenta una rueda de recambio llamada UPyD. De forma incomprensible, el PSOE sigue perdiendo votantes, traspasados a IU o a la abstenci¨®n m¨¢s enfadada. Los primeros conf¨ªan en que la crisis amaine, los segundos en que el pueblo vuelva a confiar en ellos por arte de magia. Incluso entonan alg¨²n baile atrevido de acuerdos institucionales en los grandes temas de Estado.
La decisi¨®n de Gri?¨¢n viene a poner en crisis este modelo, ese dolce far niente, esa nostalgia de que el pasado retorne, como las golondrinas, cuando las flechas macroecon¨®micas apunten hacia arriba, acallen la indignaci¨®n y el bipartidismo reverdezca. Porque Gri?¨¢n ha anunciado la muerte del pasado, el no retorno de los viejos tiempos, de sus pol¨ªticos y de los modelos econ¨®micos. Y lo ha hecho inmol¨¢ndose en la pira por pura cuesti¨®n de edad.
Lo llevaba en absoluto secreto pero con una f¨¦rrea determinaci¨®n. Su decisi¨®n tiene efectos colaterales de todos los colores. El PP ha hecho el an¨¢lisis previsto: Gri?¨¢n se marcha por el caso de los ERE. Por simple raz¨®n electoral, el PP hab¨ªa convertido al presidente andaluz en la cabeza de turco del fraude, aunque la m¨¢s elemental aritm¨¦tica cronol¨®gica lo desmiente. De hecho, ni siquiera estaba en Andaluc¨ªa mientras la trama empezaba sus andanzas. El caso de los ERE ha sido, sin duda, un sambenito del que Gri?¨¢n no ha podido desprenderse, porque aunque no es suyo, es de los suyos. Pero no es la causa principal de su renuncia, aunque si una de sus razones. Sin embargo, la decisi¨®n de Gri?¨¢n fuerza al PP de Andaluc¨ªa a aclarar con rapidez su liderazgo y su proyecto.
Por lo que respecta al IU, ha sido m¨¢s que evidente su incomodidad con esta decisi¨®n. Nada le viene mejor a esta formaci¨®n que esta transfusi¨®n lenta de votos sin riesgo alguno. Acaban de renovar su direcci¨®n y de elegir a Antonio Ma¨ªllo nuevo coordinador. Pero ahora la apuesta se queda corta. No basta con presentar un perfil m¨¢s amable. Si quieren jugar en el terreno de la renovaci¨®n tendr¨¢n que apostar mucho m¨¢s fuerte por la apertura, las primarias, la autonom¨ªa del proyecto de IU respecto al Partido Comunista de Andaluc¨ªa as¨ª como alguna asignatura incomprensiblemente pendiente, como el inexistente papel de las mujeres en esta formaci¨®n.
Pero el efecto m¨¢s visible del terremoto Gri?¨¢n es sobre el PSOE estatal, donde Rubalcaba administra los tiempos a paso de tortuga y se mantienen las l¨ªneas de fidelidades antiguas, de discursos oscilantes entre la oposici¨®n y la colaboraci¨®n, y el temor a los cambios.
Cuanto m¨¢s se empe?an en afirmar que la decisi¨®n de Gri?¨¢n ¡°no alterar¨¢ ni el calendario ni la agenda pol¨ªtica prevista¡±, m¨¢s claro parece que ha dado en la diana de una mayor¨ªa silenciosa o silenciada del PSOE. Es f¨¢cil agrupar las declaraciones de los l¨ªderes socialistas en racimos identificables: Rubalcaba, Chaves, Alfonso Guerra o el singular Rodr¨ªguez de la Borbolla han torcido el gesto ante el proceso andaluz. Frente a su evidente irritaci¨®n, son f¨¢ciles de contraponer las sonrisas de Carme Chac¨®n o de Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda o la fruici¨®n con la que muchos militantes de base del PSOE citan las palabras de Gri?¨¢n sobre la regeneraci¨®n pol¨ªtica, la celebraci¨®n de primarias, la limitaci¨®n de mandatos o el relevo generacional. Un toque de autocr¨ªtica hacia la trayectoria pol¨ªtica del PSOE escrita con la piel de un presidente que tiene muchos a?os, pero que quiz¨¢ ha olfateado los nuevos tiempos.
@conchacaballer
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