El presidente de Madrid R¨ªo

1. Plaza de Alamillo. No pasa ning¨²n turista, y eso que est¨¢ en pleno Madrid de los Austrias. A los amigos que vienen por Madrid los llevo all¨ª: te sientas en una de las sillas que hay y, como mucho, ves pasar a 10 personas. Hay quien dice que su nombre viene del ¨¢lamo que hay, aunque otra teor¨ªa sostiene que lo hereda de El Alamein, juzgado o tribunal en ¨¢rabe, por uno que debi¨® de haber. Esconde una taquer¨ªa que es de los mejores mejicanos de la ciudad.

2. Restaurante La Gorda. Est¨¢ en la plaza de la Paja, y destaca por hacer una comida peruana tan buena como barata. Su pescado es espectacular, ya sea el ceviche, el tiradito de lubina... Atienden realmente bien (Costanilla de San Andr¨¦s, 20).

3. Restaurante Emma y Julia. Comer bien, barato y mucho es posible en este restaurante italiano que lleva una sarda. Ojo a sus ravioli nero (Cava Baja, 19).

4. La Cava. La suelo recorrer con gusto por todo lo que ofrece. Me tomo un vino tinto en El Tempranillo. Est¨¢ bien para almorzar Alatriste, y qu¨¦ decir de Casa Lucio, pero Esteban tiene una ventaja: cuando tengo que organizar algo con gente de la Universidad de Alcal¨¢ o del Consejo Consultivo, los llevo all¨ª porque tiene un reservado muy c¨®modo. Y sus callos son estupendos.

5. Plaza Gabriel Mir¨®. Nadie la llama por su nombre, todo el mundo se refiere a ella como Las Vistillas, con esa estampa tan bonita del Palacio Real, la Catedral de la Almudena, la Casa de Campo al fondo... Recomiendo La Piluca, que ofrece una comida tradicional castellana... ?Y s¨ª, tambi¨¦n callos! Son una de sus especialidades. Que quede claro que no tienen grasa.

6. Madrid R¨ªo. Como tengo que andar todos los d¨ªas por prescripci¨®n facultativa unos seis kil¨®metros, cosa de las arterias, me bajo desde mi casa en la calle del Humilladero hasta el parque del Manzanares, al que suelo entrar desde la glorieta de Pir¨¢mides. Hay que reconocerle a Gallard¨®n que ha quedado de cine, cuando crezcan un poco los ¨¢rboles... Me permite ir hasta Matadero a un ritmo de cinco kil¨®metros por hora sin encontrar un solo sem¨¢foro. Tambi¨¦n lo recorro al rev¨¦s, y me encamino hasta el Puente de los Franceses o la Casa de Campo. Los fines de semana hay que ir atento a la profusi¨®n de bicis, patinadores... Bueno, mejor eso a que est¨¦ vac¨ªo, ?no?

7. Librer¨ªa M¨¦ndez. Me gusta el ambiente en La Central, aunque hay m¨¢s libros en La Casa del Libro. Pero ante todo soy de M¨¦ndez, un establecimiento tradicional en la calle Mayor. Leo de todo, fumo de todo menos tabaco, pero m¨¢s novela que otra cosa. Su ventaja es que los due?os, como buenos libreros, saben lo que te indican.

8. Cines de M¨¦ndez ?lvaro. Voy mucho, me vienen bien porque como tengo que andar s¨ª o s¨ª... Son modernos y, por tanto, muy c¨®modos. De chaval estaba obsesionado con el cabez¨®n que te tocaba delante, y aqu¨ª nunca te encuentras uno que te tapa la pantalla.

9. El Retiro. Es un parque magn¨ªfico, es lo bueno de haber tenido una monarqu¨ªa propietaria, que nos ha dejado unos parques... Lo que me fastidia es que tenga estatuas que no se sabe de qui¨¦n son. Hay una de una familia por el Paseo de Coches, que debe ser en honor de alguien. ?Pero no pone de qui¨¦n! Y no es la ¨²nica. No costar¨ªa nada que pusieran unas chapitas. Picoteo en Marcano, de mi tierra (Menorca, 19).

10. El Metro. Siempre he vivido al lado de una estaci¨®n de Metro, ?a 200 metros como mucho! He vivido junto a la de Pueblo Nuevo, en tres casas distintas en Campamento, en Valdeacederas, despu¨¦s Tetu¨¢n, Bilbao, y finalmente en La Latina. Creo en el Metro. No he tenido m¨¢s envidia de nadie que de Gallard¨®n cuando me sucedi¨® y empez¨® a hacer t¨²neles.