De la pancarta al mercado
Lidia Senra aplica sus principios sindicales a su explotaci¨®n familiar de productos ecol¨®gicos
¡°El futuro de Galicia pasa por el desarrollo del sector agrario y la producci¨®n ecol¨®gica y sostenible¡°. Quien as¨ª habla es Lidia Senra (Pobra do Broll¨®n, 1958), ex secretaria general del Sindicato Labrego Galego (SLG). Es un principio que cultiva lo mismo en la acci¨®n pol¨ªtica que en la huerta. Hace doce a?os se estableci¨® en Vedra y organiz¨® una explotaci¨®n agr¨ªcola con planteamientos ecol¨®gicos que es el medio de vida de su familia. Tan sorprendente como coherente es ver a esta sindicalista hist¨®rica en la plaza de Lugo de A Coru?a, donde tiene un puesto al que acude todos los martes, viernes y s¨¢bados para vender verduras de temporada, huevos y miel, todo ecologico.
La granja ecol¨®gica que trabaja , con su familia, ocupa un terreno de 8.000 metros cuadrados donde tiene huerta, invernadero y colmenas. La producci¨®n se destina a la venta directa en ferias y mercados locales de A Coru?a, Santiago y Teo, combinada con el reparto a domicilio a familias suscriptoras. ¡°Se suscriben por correo electr¨®nico y cada semana les llevamos una caja de productos¡±, explica. Es un modelo alternativo para la actividad agr¨ªcola y ganadera: ¡°Estas experiencias alternativas son las que generan el cambio¡±, asegura.
Su explotaci¨®n se gestiona en consonancia con las tesis sindicales que Senra ha defendido durante m¨¢s de tres d¨¦cadas. El SLG plantea un modelo de desarrollo sostenible, basado en la producci¨®n de alimentos sanos y de calidad en armon¨ªa con el medio. ¡°La evoluci¨®n de la agricultura nos lleva a un modelo industrial, dependiente de las multinacionales y de los cr¨¦ditos, a costa del medio ambiente y la calidad alimentaria". Lidia se rebela hoz en mano contra ese modelo impuesto. Est¨¢ del lado de la V¨ªa Campesina, el gran movimiento mundial de organizaciones agrarias alternativas que defienden un una agricultura basada en la soberan¨ªa alimentaria.
Sabe bien que esto se defiende en dos frentes: en la huerta y en los despachos. Por eso, no ha dejado de cultivar su faceta sindical y mantiene un papel activo en la direcci¨®n del SLG: ¡°Yo me siento ante todo campesina y por eso estoy en el sindicato¡±.
Es una identidad en la que se afirm¨® desde muy joven, alimentada por el trato muchas veces despectivo del que eran objeto en el ambiente m¨¢s urbano de su instituto monfortino los chicos y chicas del rural, gallegoparlantes de fuerte acento. ¡°Ante eso, o te asimilas o te rebelas¡±, dice. Y ella se rebel¨®: tom¨® conciencia nacionalista y comenz¨® sus primeros contactos con las ANPG y luego con Comisi¨®ns Labregas. M¨¢s tarde, fund¨® con sus compa?eros y compa?eras el SLG. Sus primeras luchas las libr¨® en 1977, en asambleas campesinas en las que se opon¨ªa al pago de la cuota empresarial de la Seguridad Social. En el tardofranquismo, su militancia era un motivo de preocupaci¨®n para la familia.
Nacida en una casa de labradores de la comarca de Lemos, conserva los recuerdos de una infancia en un rural m¨¢s duro que el de hoy en d¨ªa, cuando los bueyes ayudaban en las tareas del campo y hab¨ªa que ir a buscar agua potable en recipientes de barro. De ni?a, trabajaba en el campo para ayudar a sus padres.
Desde entonces, sus ra¨ªces han estado bien asentadas en la tierra: ¡°Siempre tuve campo para trabajar, compatibilizando esta labor con el sindicato¡±. Es una cuesti¨®n de principios: ¡°El gran problema de Galicia es el despoblamiento del rural, la continua p¨¦rdida de poblaci¨®n activa campesina¡±.
El rural de hoy no es el de su infancia: ¡°Ahora hay m¨¢s dinero, pero tambi¨¦n m¨¢s endeudamiento y m¨¢s estr¨¦s¡±. Son las consecuencias de un modelo para el sector primario que ¡°lleva a la p¨¦rdida de puestos de trabajo, el ¨¦xodo rural, la dependencia alimentaria de Galicia, los incendios¡¡±.
En su opini¨®n, ¡°la agricultura sostenible es m¨¢s rentable y genera m¨¢s trabajo¡±. Pero los modelos alternativos, dice, ¡°est¨¢n estrangulados por la falta de acceso a la financiaci¨®n, al agua y la tierra; por las semillas controladas por las multinacionales y los transg¨¦nicos¡±. ¡°Las grandes multinacionales y el mercado financiero especulan con los alimentos, haciendo acopio de materias primas para encarecerlas¡±, explica. Y esto afecta tambi¨¦n a los mercados tradicionales: ¡°La venta directa se intenta desincentivar para que la gente vaya a los supermercados, copados por grandes multinacionales¡±.
Frente a esto, Senra apuesta por ¡°potenciar el producto local, de temporada y por adaptar las plazas de abastos a las formas de vida y horarios de las familias de hoy¡±. Cree que el mercado es receptivo a los productos procedentes de explotaciones sostenibles: ¡°En el tiempo que llevo vendiendo al p¨²blico percibo que la gente demanda recuperar los sabores tradicionales¡±. Se enfrentan, eso s¨ª, al problema de los precios: ¡°Se critica que lo ecol¨®gico es caro, pero es tambi¨¦n calidad alimentaria y, por tanto, salud¡±. En este sentido, cree que hay cierto margen: ¡°Hoy se destina a alimentaci¨®n el 15% del presupuesto familiar, cuando antes era el 50%¡±.
Pero para ganar el futuro se necesita, adem¨¢s, un apoyo acompasado de las instituciones: ¡°Hay que apoyar la producci¨®n local todo el a?o como pol¨ªtica agraria, porque los agricultores, individualmente, no lo conseguiremos¡±. Otro caballo de batalla est¨¢ en la remuneraci¨®n justa del trabajo campesino con una adecuada pol¨ªtica de precios.
Comprometida con este reto, Lidia Senra sigue cultivando su ideal para el campo gallego. En la plaza p¨²blica y en la de abastos.
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