El d¨ªa que cambi¨® todo

Por dos veces acerc¨® los labios al micr¨®fono sin poder articular una sola s¨ªlaba, como si el nudo en el est¨®mago se le hubiera reproducido en las cuerdas vocales. Lo pasar¨ªa mal Marwan en esos primeros segundos, encasquillado en el mismo arpegio, pero era hermoso atestiguar los nervios de un cantautor perseverante el d¨ªa que quiz¨¢s recuerde como aquel en el que cambi¨® todo. ¡°Ponme la luz otra vez, que quiero volver a verlos¡±, implor¨® este madrile?o de sangre palestina, entre euf¨®rico y abrumado, ante esas 1.800 almas que abarrotaban anoche el Price. ?l, un habitual del Libertad 8 o la Galileo Galilei; a veces el boca a boca propicia milagros fabulosos.

¡°Me he enamorado¡±, murmur¨® una veintea?era mientras Marwan se regodeaba en el primero de sus arrebatos verborreicos, casi siempre encantadores. Habl¨® de su psic¨®loga, la soledad del artista autogestionario o las posibilidades orgi¨¢sticas en una sala tan repleta, pero sobre todo reflexion¨® sobre los ara?azos del desamor, a veces heridas inciso-cortantes. Su resumen: ¡°?He llenado este teatro gracias a mi ex!¡±.

Marwan milita desde ya en la Champions de los trovadores. Ayer le acompa?aron los coet¨¢neos (Rafa Pons, Rozal¨¦n, Luis Ramiro) y las vacas sagradas: Pedro Guerra, Ismael Serrano (excelente?El pr¨®ximo verano), Jorge Drexler. Su Milonga del moro jud¨ªo son¨® m¨¢s emocionante que nunca por la filiaci¨®n de ambos, pero al listado de momentos dulces a?adiremos Carita de tonto (deliciosa con cuarteto de cuerda), la voluptuosa ?ngeles, el gui?o reggae de Palabras por palabras o Puede ser que la conozcas, pintoresca declaraci¨®n de amor a Madrid. A Marwan no le cab¨ªa la sonrisa en la cara; sospechamos que la celebraci¨®n tampoco habr¨¢ sido peque?a.