Por encima de nuestras posibilidades
Lo diga quien lo diga, yo no estoy de acuerdo con esa frase repetida incansablemente de que ¡°hemos vivido por encima de nuestras posibilidades¡±. No estoy de acuerdo porque no encuentro ninguna justificaci¨®n para admitirla, pero adem¨¢s, no ha habido a¨²n nadie que me haya ofrecido una explicaci¨®n razonable y convincente.
Sin embargo, los responsables institucionales y los l¨ªderes pol¨ªticos no paran de repetir la frasecita de marras para justificar la ineficacia con que los gobiernos y los pol¨ªticos, en su gran mayor¨ªa, est¨¢n abordando la soluci¨®n de la crisis. Peor a¨²n, su atrevimiento llega a tanto que incluso culpabilizan a todos por igual de lo ocurrido, de modo que la crisis, seg¨²n ellos, ha sido consecuencia de que todos, absolutamente todos, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Nadie nos fija de antemano cu¨¢les son nuestras posibilidades, pero en cuanto decidimos qu¨¦ hacer con nuestras vidas, c¨®mo emplear nuestro dinero, siempre aparece un impertinente que nos imputa errores y responsabilidades. En realidad se trata de una frase hecha, de esas que tanto valen para un roto como para un descosido. Sirve para justificar todo pero no abre las puertas a ninguna soluci¨®n. Eso s¨ª, nos sume en una melancol¨ªa profunda porque, al fin, echa a nuestras espaldas no solo los sufrimientos propios sino tambi¨¦n los ajenos.
Dependiendo de d¨®nde proceda la frase es perversa y da?ina. Quien la utiliza, o lo hace por salir del trance de su propia incomprensi¨®n de cuanto acontece, o lo hace para repartir cargas y responsabilidades que tiene asumidas. Se acusa de vivir por encima de sus posibilidades a quien compr¨® una vivienda, sobrevalorada por el vendedor o inmobiliario, para lo cual tuvo que acudir el comprador a solicitar un cr¨¦dito a una entidad financiera conchabada con el vendedor, que tas¨® la vivienda a la ligera, pensando m¨¢s en su lucro y en el de los constructores y promotores, y cargando al prestatario con una deuda por bastante tiempo.
"Han abusado quienes se enriquecieron a mansalva gracias al sistema¡±
Por otra parte, conforme ha quedado comprobado, el prestatario confiado en su prestamista, ha venido sufriendo abusos en sus contratos en forma de preferentes y cl¨¢usulas suelo integradas en la letra peque?a de los documentos contractuales. Pues bien, al final ha resultado que estas personas han vivido por encima de sus posibilidades.
Verdaderamente la frase se anula en el propio significado de las palabras que contiene, porque nadie puede vivir m¨¢s all¨¢ de lo que alcanza con los medios de que dispone. Cuando alguien se ha endeudado, generalmente lo ha hecho en la medida que ha podido, conforme a las garant¨ªas que pudiera ofrecer para avalar un cr¨¦dito, y siempre esas garant¨ªas han sido fijadas por el poderoso en base a sus condiciones familiares, econ¨®micas y laborales.
Por tanto, nadie ha hecho nada que no fuera posible, conforme a las reglas y c¨¢nones de cada momento. Resulta sobrecogedor, por ejemplo, que un desahuciado de su vivienda deba sentirse culpable de su situaci¨®n de dificultad y penuria. Es discutible que se le pueda achacar alguna responsabilidad, pero es injusto y repugnante convertirle en culpable. ?Culpable? ?De qu¨¦? ?De que no se cumpla el mandato constitucional que aboga por garantizar una vivienda y una vida digna a todos los espa?oles? Culpabilizar de la crisis por igual a todos los ciudadanos es caer en la infamia m¨¢s vergonzosa hacia los humildes que, por serlo, tienen diezmadas sus "posibilidades". Cabe culpabilizar, sin duda, a tantos defraudadores de la Hacienda P¨²blica, esquivos de sus obligaciones fiscales y evasores de impuestos en para¨ªsos fiscales. Esos s¨ª que viven no solo por encima de sus posibilidades (que son m¨¢s elevadas que la media), sino al margen de sus obligaciones.
La frase de marras ha resultado ser tan socorrida que tanto est¨¢ sirviendo para culpabilizar a las personas como para hacerlo con los Gobiernos u otros grupos humanos. El lehendakari Urkullu tambi¨¦n ha afirmado recientemente que Euskadi ha vivido por encima de sus posibilidades porque "no es posible vivir con las prestaciones de los pa¨ªses n¨®rdicos y con pol¨ªticas fiscales de los pa¨ªses del sur". Admitida esta reflexi¨®n ¨²ltima, resulta incontestable que no han sido los ciudadanos, uno por uno, los que han abusado y han vivido por encima de sus posibilidades, sino solo quienes se han enriquecido a mansalva aprovech¨¢ndose del sistema.
Porque el sistema ha esquilmado a los m¨¢s humildes ofreci¨¦ndoles peque?os "bienestares", y no cargando con impuestos suficientes a los poderosos, poniendo en riesgo el Estado de bienestar e incluso el sistema en que se ha venido soportando.
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