La rebeli¨®n oportuna
AlmaViva Teatro imprime fulgor revolucionario a la obra de Lope de Vega, en una corrala dieciochesca de Aranjuez
La sublevaci¨®n de la villa de Fuente Ovejuna contra su comendador, dramatizada por Lope de Vega, es un episodio m¨¢s del movimiento antise?orial que sacudi¨® Europa al final del medievo, que en la pen¨ªnsula fue muy vigoroso durante el fin del reinado de Enrique IV de Castilla y durante la guerra civil que provoc¨® su sucesi¨®n. Avasallados por la oligarqu¨ªa feudal, los habitantes de villas y ciudades crearon hermandades para defender mancomunadamente sus fueros, vidas y haciendas. Los levantamientos hermandinos en Castilla, la insurrecci¨®n de los payeses de remensa en Arag¨®n y la gran revuelta irmandi?a, cuyos protagonistas derribaron en dos tacadas cuanta torre y fortaleza hab¨ªa en Galicia, son episodios de nuestra Historia poco aireados, por razones obvias.
Esta adaptaci¨®n de Fuente Ovejuna, representada en Aranjuez en una de sus corralas dieciochescas (la de Montesinos 56), repone el teatro del Siglo de Oro en los patios donde naci¨® y vuelve a unir simb¨®licamente a la comunidad de vecinos en torno al drama del desgobierno, del agravio insoportable y de la consiguiente reacci¨®n popular airada.
Dirigidos por C¨¦sar Barl¨®, los cinco actores de AlmaViva Teatro (que doblan papel) dicen el texto con claridad ejemplar, sin amplificaci¨®n electr¨®nica; encarnan a sus personajes con decisi¨®n kamikaze y crean met¨¢foras visuales potentes, a cuerpo desnudo: el c¨¢lido, sensible y resoluto Frondoso de Sergio Torres no enarbola una ballesta ante el expeditivo comendador de Alberto G¨®mez, sino que ¨¦l mismo es ballesta a punto de disparo, tensado su torso por el esfuerzo con que intenta vencer la resistencia de los dos compa?eros que lo sujetan. Entre ¨¦l y la sensual, vigorosa y magn¨¦tica Laurencia de Luna Paredes hay una pulsi¨®n genuina.
Aunque en Fuente Ovejuna, ensayo sobre la violencia cada movimiento est¨¢ medido y estilizado, los actores no hacen como si, sino que lo hacen todo tan de veras que durante el estreno un espectador, sintiendo que el manoseo violento que Laurencia sufre a manos de los secuaces del comendador lo sufr¨ªa su int¨¦rprete, se lanz¨® a gritarles: ¡°Pero de qu¨¦ vais¡±, y a¨²n hubiera saltado a por ellos de no haber tenido quien le pusiera mano en brazo y de no haber concluido la escena una fracci¨®n de segundo despu¨¦s.
Fuente Ovejuna, ensayo sobre la violencia
Dramaturgia: Antonio Sansano y C¨¦sar Barl¨®, a partir de la obra de Lope de Vega. Int¨¦rpretes: Juan Carlos Arr¨¢ez, Alberto G¨®mez, Iria M¨¢rquez, Luna Paredes y Sergio Torres. Espacio: Daniel Ruiz y Jacobo Garc¨ªa. Vestuario: Juan Antonio Bello. Direcci¨®n: C. Barl¨®. Aranjuez. Corrala de Montesinos. Madrid, 29 y 30 de julio. Nave 73.
El espect¨¢culo y las interpretaciones tienen brillo individual y potencia coral (conmovedores y netamente diferentes entre s¨ª, el Mengo y el Esteban de Juan Carlos Arr¨¢ez, y la Jacinta y la Pascuala de Iria M¨¢rquez), los intermedios brechtianos a?adidos resultan pertinentes; el vestuario es expresivo, y hasta los ladridos espont¨¢neos de los perros de la vecindad y los balbuceos de un beb¨¦ entran en momento oportuno. Emocionante de veras, espl¨¦ndidamente desentra?ado y resuelto a contra h¨¢bito, el mon¨®logo de Laurencia violada. El final est¨¢ demasiado extractado. La funci¨®n se repite en Madrid, en Nave 73.
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