Amor para todos los p¨²blicos
Pablo Albor¨¢n seduce todo tipo de sensibilidades en Cap Roig
![Tito Vilanova, entre el p¨²blico del concierto de Pablo Albor¨¢n en el Festival de Cap Roig.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UGGBWTCYF6PANP44VSRNSJCYZY.jpg?auth=6d1fd2caeebf28cbf75619a69ed4de75ac4e165c1833ba4a66f3c4455ad7f3f4&width=414)
Resultaba asombroso. Pablo Albor¨¢n cantaba y sus letras eran musitadas por un caballero de cincuenta a?os largos con polo deportivo de vocaci¨®n juvenil y cuello erguido estilo Cantona junto a delator mocas¨ªn n¨¢utico, mientras su pareja, reencarnaci¨®n de Nefertiti enjoyada para una ceremonia, pon¨ªa los ojos casi tan en blanco como la casaca que realzaba su bronceado Begur. La escena se multiplicaba. Un grupo de jubilados agitaba los brazos al aire con el mismo af¨¢n que sus hipot¨¦ticas nietas, cuya jovial algarab¨ªa se traduc¨ªa en un griter¨ªo agudo aunque educado, no fuese tapara la voz de Pablo. Clase media, clase alta, abuelas, madres con hijas en edad de ser pretendidas, pijos, currantes, parejas atortoladas de toda vocaci¨®n sexual: ?caray! parec¨ªa un resumen sociol¨®gico de la Catalu?a actual, un Arca de No¨¦ donde s¨®lo se echaba en falta, se entiende, a chinos, pakistan¨ªes y dem¨¢s inmigrantes. Por no faltar no falt¨® ni Tito Vilanova. En un informativo de televisi¨®n o radio se dir¨ªa que Pablo Albor¨¢n evidenciaba su ¡°transversalidad¡±. Dicho en rom¨¢n paladino, Pablo Albor¨¢n es artista para todos los p¨²blicos. En sentido radicalmente estricto. Asombroso.
Porque sus letras hablan de amor. Con esta tem¨¢tica no se entiende la amplitud de su p¨²blico, ya se sabe que eso del amor puede ser un recuerdo, a veces con comez¨®n incorporada, a partir de cierto n¨²mero de divorcios o de a?os de roce. ?Qu¨¦ explica entonces el ¨¦xito del malague?o? Aqu¨ª ya tendr¨ªa que hablar cada uno de los espectadores que le auparon al triunfo en Cap Roig, en el primero de los dos conciertos que ofreci¨® en este festival. Lo ¨²nico indiscutible es que Pablo Albor¨¢n no parece estacional y a poco que cuide su carrera ¨¦sta ofrece visos de solidez y l¨ªmites tan lejanos como una jubilaci¨®n honrosa. Y en tan s¨®lo tres a?os de trabajo, en su caso s¨ªmil de ¨¦xito arrollador.
?Qu¨¦ ofreci¨® Pablo Albor¨¢n en Cap Roig? Pues un concierto no tan repleto de baladas como se pod¨ªa pensar, o mejor dicho, repertorio de baladas no opi¨¢ceas y cursilonas, con medios tiempos y piezas tambi¨¦n r¨ªtmicas, orladas por toda una serie de arreglos que acentuaban la versatilidad del cancionero. Reducido Pablo Albor¨¢n al restrictivo mundo de las comparaciones, podr¨ªa decirse que cant¨® temas que podr¨ªa hacer suyos Alejandro Sanz ¨C¡°Solamente t¨²¡±-, unos ?ltimo de la Fila/Manolo Garc¨ªa estilizados ¨C¡°Caramelo¡±, ¡°No te olvidar¨¦¡±- e incluso Carlos Cano ¨C¡°El beso¡±, ¡°Ser¨¦¡±-. M¨²sica meridional levemente aflamencada, con arreglos, m¨¢s en disco que en directo, inusuales, defendida por un joven con perfil facial tipo Ben Affleck que llega n¨ªtido pese a que su movilidad y gestualidad esc¨¦nicas son bastante rudimentarias ¨Cpiernas abiertas flexionadas con cierta vulgaridad, taconeo r¨ªtmico tirando a patoso y poca traza en las manos-. En el fondo tonter¨ªas que no mellan, seg¨²n c¨®mo incluso incrementan, la personalidad de un artista tirando a ins¨®lito que realmente gusta a todo el mundo. O, mejor dicho, a gente de todo tipo gracias a conciertos tan solventes y entretenidos como el realizado en Cap Roig.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.