3x3
Esto me anim¨® y por primera vez me vi con el bal¨®n reglamentario y teniendo que meterla en el agujero
?Qu¨¦ hago, tiro a canasta o se la paso a mi compa?ero? Lanzo, mierda, en todo el aro, ahora a por el bal¨®n, un palmeo, no s¨¦ si llegar¨¦. Todo esto y mucho m¨¢s pasaba por mi cabeza en aquellos a?os donde practicaba el baloncesto, deporte que me enamor¨® pero no desde el primer d¨ªa. Llegu¨¦ a ¨¦l un poco por despecho, de rebote, despu¨¦s de que mi relaci¨®n con el f¨²tbol pasara a mejor vida. Recuerdo que en EGB, cuando en los recreos se hac¨ªan los equipos, yo siempre me quedaba el ¨²ltimo y o¨ªa esa frase lapidaria: ?Gorka con qui¨¦n? Silencio en la sala, un arbusto corr¨ªa a nuestra vera y solo se o¨ªa el viento, interrumpido por la pariente cercana de la primera pregunta, que se transformaba en una especie de orden o ruego... ¡°Vale, con nosotros, pero un gol de ventaja para igualar¡±.
As¨ª transcurr¨ªan mis primeros juegos en el colegio, ayudado en mi poco habilidoso manejo del bal¨®n por mi gran pie de Hobbit, aunque de eso me di cuenta un poco m¨¢s tarde y me alegrar¨ªa mucho de ello. Desde entonces visito regularmente La Comarca, aunque esto es otra historia. Sentirte apartado en el colegio es algo mucho m¨¢s duro de lo que parece. Siguiendo los consejos del profesor de gimnasia me apunt¨¦ a baloncesto. Nunca he sido muy alto pero siempre he estado por encima de la media. Esto me anim¨® y por primera vez me vi con el bal¨®n reglamentario y teniendo que meterla en el agujero. Esta imagen tambi¨¦n cobrar¨ªa peso al llegar mi adolescencia. As¨ª, d¨ªa d¨ªa, comenzando por lanzar a lo cuchara, el basket fue gust¨¢ndome. Los partidos eran mas r¨¢pidos y din¨¢micos. Adem¨¢s mi f¨ªsico no era un problema, m¨¢s bien al contrario, y fui sumando hasta que decid¨ª hacer de ello una actividad extraescolar. Mi primer entrenador, Javi, un rockero incipiente con una melena que nada ten¨ªa que envidiar al ya famoso por otros motivos Brian May, me dio mis primeras lecciones. Me ense?¨® a lanzar con el brazo en ¨¢ngulo recto, para as¨ª controlar la fuerza y direcci¨®n. Mis primeros lanzamientos a lo catapulta pasaron de ir lejos en el espacio, y qui¨¦n sabe si en el tiempo, a dar en el tablero y entrar aunque fuera llorando.
Tambi¨¦n fui viendo que a m¨ª eso de ganar a toda costa nunca me ha gustado, siempre disfrut¨¦ m¨¢s entrenando que con esa presi¨®n absurda que impone la necesidad de victoria, porque como persona creativa que soy, los cors¨¦s dej¨¦moslos mejor para las damas. Sint¨¢monos libres en el disfrute, gozando el viaje, viviendo el presente, ya que es lo ¨²nico real. El pasado y el futuro son solo ilusiones, como mi ilusi¨®n adolescente de jugar en la NBA o incluso este momento, donde t¨² lees la prensa, ?c¨®mo sabemos que no somos el sue?o de un gigante?
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