Por favor, la pol¨ªtica
Ya partimos de la base de la falsedad absoluta, de la mentira p¨²blica
Pasada la anestesia natural del verano, por favor, la pol¨ªtica. No la del arrebato y su maquinaci¨®n, no la de la afrenta continua y superpuesta en varios subniveles de ruindades; sino la pol¨ªtica de altura, la verdadera pol¨ªtica, con su nobleza y su perduraci¨®n en las causas menudas de la vida, en la letra peque?a de la historia inmediata, que es una entrega al pr¨®jimo y su abismo. Esto, lo de ahora, no es pol¨ªtica: es otra cosa, que tiene m¨¢s que ver con el reparto del gran pastel ajeno, un poco a la manera del viejo Hyman Roth, d¨¢ndole su trozo de la tarta al joven Michael Corleone durante su cumplea?os en La Habana, que con la vocaci¨®n de un servicio p¨²blico. As¨ª dejamos las cosas m¨¢s o menos antes de las vacaciones, y de la misma forma nos regresan, ahora con nuevos datos que lanzarse sobre la sart¨¦n de dolor p¨²blico, que mientras nos salpica, crepitante, con las gotas hirientes de un aceite gastado y corrosivo.
Todos esos j¨®venes briosos que se han animado a la ¡°movilidad exterior¡±,? no figuran para el paro registrado
Una de las caracter¨ªsticas de esta impostura pol¨ªtica es la acertada manipulaci¨®n del dato puntual, para fortalecer la falsedad de una conclusi¨®n interesada. Ahora se habla mucho de la bajada del paro reciente, nada menos que 31 desempleados menos en septiembre. Independientemente de los paralelismos recurrentes ¡ª31 parados menos representan, en realidad, el 0,00062% del total, con lo que ni siquiera estar¨ªamos hablando, aqu¨ª, de ¡°brotes verdes¡±, sino de apenas una mota de moho sobre el erial¡ª, habr¨ªa que analizar la manera de darnos la noticia, con todos sus matices y su verdad postrera.
Baja el paro, s¨ª; pero con 99.000 afiliados menos a la Seguridad Social, es evidente que, por desgracia, la destrucci¨®n de empleo contin¨²a. Sale el presidente muy contento con su nuevo optimismo moderado, pero lo cierto es que el registro del paro cuenta, ¨²nicamente, con la poblaci¨®n laboral apuntada en el Inem. Quiero con esto decir que todos esos j¨®venes briosos que se han animado a la ¡°movilidad exterior¡±, en palabras de la todav¨ªa ministra F¨¢tima B¨¢?ez, como los trabajadores de la econom¨ªa sumergida o los que hayan dejado de estar apuntados porque no reciben la prestaci¨®n y no cuentan con conseguir un empleo, no figuran para el paro registrado, con lo que no resulta muy fiable para mirar el verdadero estado del mercado laboral.
Tenemos, eso s¨ª, una ligera tendencia positiva en relaci¨®n a otros agostos, pero la precariedad es la nota imperante de los nuevos puestos de trabajo, con unas condiciones que convertir¨ªan al viejo mileurista, si a¨²n sobrevive ¡ªel tiempo ya lo ha vuelto cuarent¨®n¡ª en un privilegiado.
Tenemos, entonces, una media mentira convertida en verdad; aunque lo cierto es que, mientras no suban las afiliaciones a la Seguridad Social, la remontada no es real. En cualquier caso, es una media verdad o una mentira a medias, y esto ya es de agradecer: sobre todo, cuando ya partimos de la base de la falsedad absoluta, de la mentira p¨²blica. Con esta situaci¨®n, la pol¨ªtica se ha convertido en el ¨¢mbito p¨²blico de mayor desprestigio social. A esa gente que ahora tiene veinte a?os, que se ha manifestado contra le ley Wert, que ha salido a la calle para denunciar el crimen de los desahucios, o las cl¨¢usulas abusivas de las hipotecas, como la estafa de las opciones preferentes, esa gente que no ve un futuro profesional en Espa?a mientras contempla los esc¨¢ndalos de B¨¢rcenas o los de los ERE en Andaluc¨ªa, estando concienciada del desastre general, le hablas de pol¨ªtica y miran hacia otro lado: ¡°Yo no me afilio a ning¨²n partido ¡ªme dice una muchacha, concienciada y l¨²cida, al otro lado de la barra desde la que trabaja de camarera mientras acaba Derecho¡ª porque no me f¨ªo: son todos iguales¡±.
Mi amigo le respondi¨®: ¡°Eso, t¨² mantente independiente¡±. Claro. Pero dentro de unos a?os, ?qu¨¦ generaci¨®n va a gobernarnos? ?Qu¨¦ hacemos con todos estos chicos inteligentes, despiertos, con ganas de implicarse, crecidos entre el lodazal de corrupciones? Al poder econ¨®mico siempre le convendr¨¢ esa desafecci¨®n. Hay que remontar en el empleo, s¨ª; pero tambi¨¦n en la pol¨ªtica, en su prestigio moral, mundano y ¨¦tico, con una refundici¨®n, en la ruptura con todo lo podrido hasta el momento. Hay que recuperarla.
Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre es escritor.
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