La memoria que regala la solidaridad

Antonia Valls mira al cielo cada vez que alguien le recuerda que en pocos d¨ªas podr¨¢ ver los restos de su padre, Jos¨¦ Valls, fusilado por las tropas franquistas en Borriol (Castell¨®n) el 2 de septiembre de 1938. La ¨²ltima vez que le vio ten¨ªa 11 a?os. Ahora tiene 86 y una lucidez que le permite recordar la ¨²ltima conversaci¨®n que tuvo con ¨¦l. Al pie de la fosa, un cuadrante de tierra de unos seis metros cuadrados en el cementerio de la localidad, cuenta que le estaban preparando la comida (un d¨ªa de junio) mientras Jos¨¦ retiraba escombros por la ca¨ªda de las bombas cuando le vinieron a buscar para ir a casa de un vecino, El Bola. Todav¨ªa no hab¨ªa comido. ¡°Me dijo, dile a tu hermana que ir¨¦ luego a comer, le esperamos con el plato puesto en la mesa y no volvi¨® m¨¢s¡±. Ning¨²n familiar le pudo ver desde entonces.

¡°?Y ser¨¢ verdad que lo pueda ver? Qu¨¦ alegr¨ªa me dar¨¦is¡±, dice para s¨ª misma pero en alto, con los ojos humedecidos aunque llenos de esperanza. Y de incredulidad. ¡°Si mi padre lo viera¡±, suspira. Se refiere al grupo de trabajadores y voluntarios llegados de distintas partes de Espa?a que trabajan desde este viernes para exhumar el cuerpo gracias a los 6.850 euros conseguidos mediante una campa?a de financiaci¨®n por internet (crowdfunding). Entre ellos, discreto, casi en secreto, el bisnieto de Jos¨¦ Valls, Carlos Balaguer, que ha decidido participar en los trabajos y cava en la misma zona donde hace 75 a?os su bisabuelo cav¨® su fosa.

¡°Mi padre era muy templao y me quer¨ªa mucho¡±, dice Antonia orgullosa. Es la ¨²nica hija viva y quien ha indicado al grupo el sitio exacto donde enterraron a su padre. ¡°Me lo dijo mi t¨ªo, que era el enterrador; lo fusilaron all¨ª (se?ala a un muro del cementerio de Borriol) y lo metieron aqu¨ª¡±. A Jos¨¦ Valls lo detuvieron el d¨ªa en que el Ej¨¦rcito franquista entr¨® en el pueblo, el 12 de junio de 1938. Tres meses despu¨¦s lo fusilaron. Su hija no pensaba que llegar¨ªa el d¨ªa de recuperar sus restos. Hasta hab¨ªan puesto su foto en el nicho que ocupa su mujer, fallecida a los 92 a?os, para tener un lugar donde recordarle. ¡°Tiene que estar all¨ª, junto a mi madre, quiero que est¨¦ con las personas y no aqu¨ª, como los perros¡±, afirma.

La historia de la exhumaci¨®n de Jos¨¦ Valls (que yace enterrado junto a otro fusilado, Luis Meseguer, de quien no se han localizado familiares) es una historia de inconformismo y solidaridad. Inconformismo por no querer que la retirada de subvenciones a los desenterramientos de la memoria hist¨®rica dejara a esta familia de Borriol sin unos trabajos ya aprobados. Y de solidaridad por las 299 personas que han dado dinero para suplir la falta de ayudas oficiales. ¡°Es muy triste que tengamos que pedir, pero menos mal que hay gente que ayuda¡±, dice Carolina Arag¨¹etes, una joven madrile?a que colabora en los trabajos.

Miguel Mezquida es arque¨®logo y director de la excavaci¨®n. Explica c¨®mo la familia se puso en contacto con ¨¦l para encontrar documentaci¨®n relativa a Jos¨¦ Valls e iniciar los tr¨¢mites de la exhumaci¨®n. En el camino, el Gobierno retir¨® las subvenciones y fueron en busca, literalmente, del Grupo para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (GPRMH). ¡°Est¨¢bamos haciendo prospecciones en El Toro, nos segu¨ªan dos personas (que resultaron ser Carlos y su padre) y nos contaron que quer¨ªan sacar a Jos¨¦ Valls de la fosa¡±, relata Mat¨ªas Alonso, portavoz del grupo en la Comunidad Valenciana.

Ah¨ª empez¨® la maquinaria de la solidaridad. No solo de las personas que dieron dinero. Mezquida explica que han recibido muchos apoyos, entre ellos, el de la Universidad Complutense. ¡°Nos dejan las instalaciones y har¨¢n el estudio de los restos, esto supone un 50% de ahorro¡±. Es el primer caso en el que la financiaci¨®n colectiva consigue salvar el agujero de las ayudas p¨²blicas. En Arag¨®n repitieron la haza?a y hace poco se adelantaron con otra exhumaci¨®n posible gracias al dinero de terceras personas.

Durante los primeros d¨ªas, los voluntarios retirar¨¢n una capa de tierra de medio metro hasta llegar al nivel del enterramiento de 1938. Este viernes ya han hallado huesos, pero son restos provenientes de una ampliaci¨®n del cementerio que se hizo hace un par de a?os y que es anexa a la fosa. ¡°Esperamos que este domingo demos ya con los cuerpos¡±, apunta Mezquida.

Tal vez, en breve, cuando Antonia vaya al nicho donde yace su madre pueda, ahora s¨ª, llorarle a ¨¦l y no a una foto. Y pueda tambi¨¦n compartir su memoria, de la que todav¨ªa no habla. A nadie en el pueblo le ha comentado nada sobre el tema: ¡°Me dijo ayer un vecino que qu¨¦ me pasaba, que estaba muy seria. La pr¨®xima vez que le vea le dir¨¦ que estaba as¨ª porque iba a ver a mi padre¡±.