La ¡®mina de cobre¡¯ de Telef¨®nica saldr¨¢ a subasta por 60 millones
Toneladas de metal que albergaba el edificio Estel han sido saqueadas La compa?¨ªa vendi¨® el inmueble por 220 millones en plena burbuja
Las persecuciones por el edificio pueden ocasionar alguna torcedura de tobillo. Eso en el mejor de los casos. La que fuese sede emblem¨¢tica de Telef¨®nica en Barcelona se ha convertido en una carrera de obst¨¢culos, con suelos levantados, cristales rotos y agujeros en los que alg¨²n d¨ªa pasaban los cables del suelo t¨¦cnico del inmueble. El edificio, abandonado en medio de la avenida de Roma, en su cruce con Cal¨¤bria, parece interesar ya solo a grupos de personas que viven de vender cobre. Y puede que tambi¨¦n a alg¨²n inversor inmobiliario: los administradores concursales de la compa?¨ªa propietaria prev¨¦n sacarlo a subasta por 60 millones, casi cuatro veces menos que el precio por el que se compr¨® en plena burbuja del ladrillo, en 2007.
Durante horas y horas, armados con c¨²ter, tenazas, alicates y herramientas similares, los ladrones de cobre se dedican a pelar todo aquello con visos de contener el metal cobrizo. Desde junio, los Mossos d¡¯Esquadra han detenido a 82 personas que han entrado en el edificio, sin mayor complicaci¨®n, y lo han saqueado. Eso supone m¨¢s de una persecuci¨®n, y la frustraci¨®n asegurada de que sin un perjudicado que denuncie el robo, todo queda en nada.
Tampoco se puede culpar a los que dedican su tiempo en llevarse el mineral: a nadie parece importarle. Telef¨®nica vendi¨® el edificio, de 38.000 metros cuadrados, en 2007 por 220 millones. Iba a convertirse en un inmueble de lujo, con 350 pisos, locales comerciales y un aparcamiento subterr¨¢neo. De aquel plan solo quedan cristales rotos, un edificio envejecido y una compa?¨ªa, Cerep Investment, en concurso de acreedores.
Los bancos alegan que el precio de salida es muy bajo y no cubre la deuda
Cerep Investment es una filial del grupo de capital de riesgo Carlyle Real Estate Partners, que hizo diversas inversiones en la etapa del boom inmobiliario en Espa?a. Pero con la crisis, el futuro del conocido como edificio Estel tambi¨¦n se vino abajo. Cuatro bancos poseen una deuda de la compa?¨ªa, por valor de 180 millones.
El administrador concursal de la compa?¨ªa, el abogado Agust¨ªn Bou, del bufete Jausas, critica que Carlyle no dejase ni siquiera ¡°seguridad por seis meses¡±. Ahora se encuentran con un edificio abierto a quien quiera, con la polic¨ªa presionando por los continuos avisos de los vecinos y con los bancos reclamando lo que les deben. ¡°Espero que la semana que viene ya haya seguridad¡±, afirma Bou. Despu¨¦s de la insistencia policial, los administradores han buscado una soluci¨®n. ¡°La caja est¨¢ a cero¡±, aseguran. As¨ª que han tirado de imaginaci¨®n: una empresa de recuperaci¨®n har¨¢ una propuesta de desmontaje del cobre del edificio y con lo que ganen, pagar¨¢n la seguridad.
¡°Intentaremos poner algo a base de sensores y algunas rondas de vigilancia de vez en cuando¡±, explica. Aunque tambi¨¦n avisa de la necesidad de que el edificio salga cuanto antes a subasta: ¡°No tenemos capacidad econ¨®mica para pagar la seguridad de ese edificio durante seis meses¡±.
La intenci¨®n de Jausas es que el proceso judicial se resuelva cuanto antes. Ya cuentan con cartas de inter¨¦s de siete clientes potenciales. ¡°Gente muy solvente en el mercado inmobiliario¡±, explica Bou. Por eso pide que el edificio salga a subasta por 60 millones, que es el precio que estos aseguran que es el de mercado. Pero los bancos han recurrido ¡ªno cubrir¨ªa ni la mitad de la deuda¡ª y piden m¨¢s tiempo en el proceso.
El saqueo del edificio empez¨® el pasado junio. Los Mossos d¡¯Esquadra no saben muy bien por qu¨¦ en esa fecha, pero el caso es que los vecinos empezaron a avisar a la polic¨ªa de que las entradas y salidas del mastod¨®ntico inmueble eran habituales. El jueves 25 de julio, los agentes detuvieron a cuatro personas, que estaban en los bajos del edificio pelando cobre para llev¨¢rselo.
El siguiente incidente no se hizo esperar: cuatro d¨ªas despu¨¦s, las patrullas de seguridad ciudadana se presentaron de nuevo en la avenida de Roma, alertadas por los vecinos. Dentro del inmueble encontraron a 12 personas preparadas para sacar gran cantidad de metal de all¨ª. Eran las tres de la tarde, y ten¨ªan listos diversos carritos y sacos con los que arrastrar el cobre. Al ver a los polic¨ªas, los ladrones, con antecedentes por los mismos hechos, empezaron a correr por la antigua sede de Telef¨®nica, convertida ahora en carrera de obst¨¢culos.
Unos ladrones escharon a correr por el edificio al ver a los Mossos
La siguiente ocasi¨®n lleg¨® tan solo una semana despu¨¦s. Los Mossos detuvieron a 19 personas, a las que pillaron in fraganti, con 1.000 kilos de cobre a los que iban a dar salida a trav¨¦s de los recuperadores. Eran las seis de la tarde de un mi¨¦rcoles. Cuando los agentes entraron en el edificio, encontraron en la planta menos cuatro a unas 30 personas cargadas con todo tipo de material. Su presencia ocasion¨® una gran huida y solo pudieron detener a una parte de ellos.
El ¨²ltimo gran asalto al cobre del que los Mossos tienen constancia fue el mi¨¦rcoles 26 de agosto. De nuevo, a plena luz del d¨ªa, a las dos y media de la tarde, un amplio grupo de personas fue visto por los vecinos entrando al edificio por el agujero enorme que tiene una de sus cristaleras. Cuando llegaron al inmueble, los polic¨ªas encontraron a los hombres cargados con sacos, bajando las escaleras. Detuvieron a 11 personas. A las dos de la madrugada, tras un nuevo aviso, arrestaron a 15 personas m¨¢s. Tres de ellos pretend¨ªan llevarse el cableado de una subestaci¨®n de Telef¨®nica, anexa al edificio, que sigue funcionando. De haberlo conseguido, podr¨ªan haber dejado sin servicio a m¨¢s de 5.000 personas.
Desde entonces, no hay d¨ªa que no haya alguna identificaci¨®n por el mismo motivo. El goteo constante de robos y la inseguridad que supone un edificio en ese estado es lo que apremia tanto al administrador concursal ¡ªque se hizo cargo del inmueble en mayo¡ª como a los polic¨ªas. Ahora, la antigua sede de Telef¨®nica sigue siendo pasto de personas que pac¨ªficamente se llevan el cobre.
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