Un ingente trabajo para engarzar la cadena humana

Intentan primero con una especie de rotulador de color negro. Jordi Papell dibuja el n¨²mero 735 sobre el cartel, en el rect¨¢ngulo en blanco para indicar el tramo. Pero con el agua el n¨²mero se desdibuja, y la tinta resbala por el cart¨®n. La lluvia que empez¨® ayer de madrugada en Barcelona preocupa enormemente a los voluntarios de la Via Catalana. El grupo en cuesti¨®n, atareado con el 735, lo forman los voluntarios de Ciutat Vella, en Barcelona. A las nueve de la ma?ana se han citado en la cl¨¢sica fuente de Canaletes, en La Rambla, donde se celebran los triunfos del Bar?a. Son nueve personas para rotular y colgar ocho carteles. Pero la lluvia est¨¢ complicando lo que ten¨ªa que ser una tarea f¨¢cil y r¨¢pida.

¡°?Aguanta o qu¨¦?¡±, pregunta otro Jordi, que ve a su compa?ero dibujando. ¡° Con el agua se puede ir. Vayamos al quiosco y preguntemos si venden algo¡±, propone un tercer voluntario.

Y as¨ª, mojados, empiezan su colaboraci¨®n en una jornada que pretende ser hist¨®rica para el futuro de Catalu?a. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) logr¨® movilizar ayer a m¨¢s de 5.000 voluntarios ¡ª30.000 en todo el proceso¡ª por todo el territorio. Su funci¨®n era b¨¢sica: lograr que todo el mundo se colocase debidamente en la cadena humana para que no hubiese huecos vac¨ªos en los 788 tramos de la Via Catalana. Ciutat Vella se responsabiliz¨® de los tramos 734 y 735.

La mayor¨ªa de los voluntarios de ese distrito forman parte de la ANC, a excepci¨®n de Astrid Gonz¨¢lez, de 37 a?os. ¡°Conozco del colegio a Anna¡±, cuenta. Anna Ferri es la coordinadora del grupo, y ambas llevan a sus hijas a la misma escuela. Astrid tiene una de las misiones m¨¢s complicadas durante la cadena. Deber¨¢ tomar las fotograf¨ªas, explica, mientras el resto del grupo ha corrido al Ateneu Barcelon¨¨s, donde, resguardados de la lluvia, consiguen dibujar los n¨²meros en los carteles, sin que el agua los haga desaparecer. En total, 800 fot¨®grafos ¡ªuno como m¨ªnimo por tramo¡ª deben tomar im¨¢genes de los participantes en la cadena humana. ¡°Incluso nos dieron un curso a todos¡±, cuenta Astrid.

Tiene que colocarse a unos siete metros de distancia, en los casos en los que la calle lo permita, y tomar cerca de 400 im¨¢genes en su tramo. ¡°Entre hoy \[por ayer\] y ma?ana \[por hoy\] debemos enviarlo¡±, contin¨²a la mujer. Luego desde ANC montar¨¢n el gran cuadro de la Via Catalana, lo que se ha bautizado como la gigafoto de los cerca de 480 kil¨®metros que ten¨ªa previsto ocupar.

A las diez de la ma?ana, una hora despu¨¦s de la hora en la que hab¨ªan quedado, el grupo logra colgar el primer cartel. Su m¨¢xima preocupaci¨®n es que la gente no se quede en casa por la lluvia. El acto es la demostraci¨®n de una mastod¨®ntica labor de organizaci¨®n. Solo en Ciutat Vella, empezaron a reunirse en agosto. El 1 de septiembre, realizaron un primer ensayo del acto, y desde entonces, los encuentros se han ido incrementando.

¡°Soy independentista desde que tengo 14 a?os. Y antes, en aquella ¨¦poca, no era tan f¨¢cil ser independentista¡±, explica Oriol Perera, de 52 a?os. Es uno de los nueve voluntarios. Cree en la independencia, espera que llegue y est¨¢ convencido de que el actual Gobierno es una ¡°f¨¢brica de independentistas¡±. ¡°Rajoy e Intereconom¨ªa no hacen m¨¢s que sumar independentistas¡±, razona, mientras mira al cielo, con la lluvia que no cesa.

En media hora m¨¢s, ya han terminado con la colocaci¨®n de los carteles. Su siguiente cita es a las tres de la tarde, de nuevo en Canaletes. Ahora s¨ª la foto de familia es m¨¢s grande. Unas 35 personas se re¨²nen en un semic¨ªrculo para que Astrid les inmortalice. A ella le ha tocado lo de tomar fotos porque le gusta. ¡°Dicen que las hago muy bien¡±, cuenta. Aunque se trata ¨²nicamente de una afici¨®n.

El batall¨®n se reparte en dos grupos. Han dividido su tramo en 23 partes. En las dos bocas de metro ¡ªde Liceu y de Catalunya¡ª hay dos personas. En el resto, una por cada tramo. Van todos pertrechados con un chaleco verde, donde se puede leer ¡°Organizaci¨®n¡± y reparten tr¨ªpticos a las personas que caminan por La Rambla sobre la ANC, animando a la gente asociarse. ¡°Bona Via!¡±, se despiden. Ahora llega el momento de asesorar a la gente. ¡°Nos hemos apuntado a ¨²ltima hora. ?Os va bien que nos quedemos aqu¨ª?¡±, pregunta a una de las voluntarias una pareja. ¡°Por supuesto¡±, les dice. La respuesta se repite a la pregunta, que es la m¨¢s com¨²n. ¡°Ha habido un mal entendido con eso, la gente puede sumarse a la Via aunque no est¨¦ inscrita en este tramo¡±, cuenta Jordi Lleras, uno de los coordinadores.

A las cuatro de la tarde la cadena ya va tomando forma. A las 17.14, La Rambla est¨¢ completa. A esa hora, los voluntarios hacen sonar una especie de sirena. La Via empieza.

La cadena de humanos aplaude, grita y pide por la independencia. Entre plaza de Catalunya, y la calle de Ferran, no cabe un alfiler. Los voluntarios han tenido que formar en algunos casos filas dobles y triples. Pero todo ha ido bien. Sin sobresaltos. La misi¨®n ahora es que todos aguanten, mientras Astrid toma las im¨¢genes. No siempre se puede. A las 17.40 ya hay quien se sienta, agotado. A las 17.50 empiezan los primeros abandonos. Pero los voluntarios siguen al pie del ca?¨®n, hasta las seis de la tarde, cuando hacen sonar de nuevo la alarma. Ahora ya s¨ª, la Via se ha acabado y ellos han cumplido, con creces.