Hay que moverse y arriesgarse

Los alemanes definen la ¨®pera como una ¡°Gesamtkunstwerk¡±. Esa palabra, utilizada por Richard Wagner en sus ensayos de 1849, significa: obra de arte total. En la ¨®pera est¨¢ todo: m¨²sica, drama, danza, texto, filosof¨ªa¡­ Quiz¨¢s por eso sea tan dif¨ªcil programar una buena temporada. Porque para hacerlo y para hacerlo hoy, en el siglo XXI, necesitas entender esas artes, llevarlas a tu tiempo, ponerlas en escena y conseguir interesar a un espectador con producciones escritas, en su mayor¨ªa, hace varios siglos. La ¨®pera sigue viva, a pesar de los recortes, de los largos per¨ªodos de letargo, de la falta de coraje de algunos teatros y directores. Y sigue viva, adem¨¢s de por toda esa enorme herencia de siglos de creaci¨®n y talento, por el empe?o y la determinaci¨®n de directores art¨ªsticos que han cre¨ªdo posible innovar, apoyar nuevo repertorio y hacer de la ¨®pera un arte accesible a todos los ciudadanos. Directores como Gerard Mortier y Joan Matabosch.

No es f¨¢cil encontrarlos. Por eso la noticia de que Matabosch, con quien trabaj¨¦, discut¨ª y acord¨¦ f¨®rmulas de gesti¨®n en el Liceo, va a suceder a Mortier ¡ªun mito para los amantes de la ¨®pera¡ª no me ha extra?ado en exceso. En este momento, son contados los directores art¨ªsticos con capacidad para proponer al espectador de un mundo globalizado con falta de tiempo para la reflexi¨®n, una temporada l¨ªrica capaz de generar curiosidad y llenar las butacas de los teatros (tambi¨¦n de cines, universidades y redes) con viejos y nuevos p¨²blicos. Y hacerlo, adem¨¢s, en medio de una crisis econ¨®mica y de liderazgo pol¨ªtico que relega el arte al rinc¨®n de los materiales prescindibles. Joan es uno de esos directores que saben aunar tradici¨®n e innovaci¨®n. Por eso entiendo que el presidente del Real, Gregorio Mara?¨®n, que ya nos entusiasm¨® al contratar a Mortier, haya pensado en Matabosch, un profesional capaz de mantener al teatro en la primera l¨ªnea del circuito mundial.

Muchos lice¨ªstas, todos los que hemos seguido con inter¨¦s las temporadas del Liceo desde que se reinaugur¨®, apoyando unas veces y disintiendo otras, sentir¨¢n la marcha de Matabosch. No obstante, la ¨®pera y la danza hablan un lenguaje internacional, por lo que los grandes directores y artistas deben moverse, cambiar de escenarios. Arriesgarse. Espero que el Liceo y quienes lo gobiernan ¡ªpatronos p¨²blicos y privados¡ª aspiren a contratar un nuevo director art¨ªstico de talla internacional. Barcelona precisa de ambici¨®n para ser lo que siempre ha sido: una de las capitales mundiales de la m¨²sica.

Rosa Cullell es periodista y ex directora general del Gran Teatro del Liceo.