Se?alados: objetivo conseguido
El auto es un verdadero manual de paradojas y ant¨ªtesis
No s¨¦ si han tenido la oportunidad de ver The Newsroom. Es una de esas producciones norteamericanas que te hacen amar apasionadamente el periodismo. El equipo de redacci¨®n de este informativo televisivo, investiga, desvela, contrasta la informaci¨®n y reconoce errores cuando se producen. Han emprendido, eso s¨ª, una lucha particular contra el Tea Party por el uso de la mentira, la exageraci¨®n y la deformaci¨®n interesada de la realidad, algo que consideran una amenaza para la democracia.
No me atrevo a entrar en los fundamentos jur¨ªdicos de los autos de la jueza Alaya, pero si les digo que una gran parte de periodistas, columnistas, juristas est¨¢n escandalizados por su forma de instruir. Incluso personas muy afines al PP reconocen en privado la falta de garant¨ªas de sus procedimientos. En la trastienda de las tertulias se opina que los contenidos de sus textos son contradictorios y que el calendario se ajusta como un guante al calendario pol¨ªtico. Pero si les preguntas por qu¨¦ no escriben lo que realmente piensan o por qu¨¦ no lo dicen en p¨²blico sacuden la cabeza y te contestan que ¡°no quieren mezclarse en este asunto tan feo de los ERE¡±.
Yo tampoco. Los delincuentes de los ERE, adem¨¢s de haber robado 136 millones, le han hecho el mayor da?o imaginable a Andaluc¨ªa. Por muy duras que sean las sentencias, no pagar¨¢n nunca su delito contra nuestra tierra. Sin embargo esta condena no nos puede llevar a considerar justo lo injusto, o adecuado lo esperp¨¦ntico. No se puede combatir la corrupci¨®n sin procedimientos limpios, democr¨¢ticos y justos.
El PP comunic¨® a la prensa el presunto auto de la jueza Alaya en plena toma de posesi¨®n del Gobierno. Zoido luego ley¨® con delectaci¨®n la palabra ¡°imputado¡± y proclamaba que ¡°se hab¨ªan derrumbado los pilares de la Junta de Andaluc¨ªa¡±. Los informativos de varias cadenas de televisi¨®n abrieron y cerraron con la imputaci¨®n de dos expresidentes andaluces. Dos d¨ªas despu¨¦s, el mismo Zoido reconoc¨ªa que ¡°realmente imputados no est¨¢n, pero s¨ª se?alados¡±. Esa es la palabra. Como se dec¨ªa antiguamente en los pueblos. ?Qu¨¦ clase de figura jur¨ªdica es esa? Ninguna, pero no importa. Ni las cadenas estatales van a rectificar, ni el sambenito de la imputaci¨®n va a ser retirado.
Los autos de la jueza Alaya son, literariamente, una mina. Ha llevado la novela negra a las salas de instrucci¨®n de Andaluc¨ªa incluyendo las detenciones nocturnas y la tensi¨®n psicol¨®gica en los interrogatorios. De repente dio un vuelco al guion y decidi¨® que hab¨ªa ¡°llegado el momento de dar un salto cualitativo a la instrucci¨®n¡± y poner el foco no en los ladrones, sino en los guardianes. Imput¨® a veinte ex altos cargos de la Junta tirando del organigrama. Los delitos no se detallan. Por lo visto haber sido director general de Presupuestos o cualquier otro alto cargo es en s¨ª mismo un acta de acusaci¨®n.
El ¨²ltimo auto supera a los anteriores en cuanto a figuras literarias. Comienza con una figura oblicua: algunas actuaciones procesales podr¨ªan contener ¡°cierta carga incriminatoria¡±. Contin¨²a con un verdadero manual de paradojas y ant¨ªtesis. Imputa sin imputar en s¨ª. Cada p¨¢rrafo niega lo que se ha escrito en el anterior. Se utiliza la vieja figura de la preterici¨®n tan ¨²til para el insulto (despu¨¦s de diez l¨ªneas sobre la imputaci¨®n, afirma que no es el caso referirse a ella). Y finaliza con un toque de iron¨ªa cuando dice actuar para evitar a estas personas ¡°la presi¨®n de los medios de comunicaci¨®n¡±.
Somos a estas alturas lo bastante maduros para distinguir qui¨¦n se ha llevado dinero y qui¨¦n no; d¨®nde comienza el delito y d¨®nde las responsabilidades pol¨ªticas. Pero vivimos en un pa¨ªs en que el descr¨¦dito de la pol¨ªtica se ha convertido en franca hostilidad. En este mar encrespado nadie quiere ir contracorriente. Sin embargo, sumarse al silencio o a la riada, no es bueno para la democracia. Si queremos que la pol¨ªtica recupere su dignidad, tenemos que distinguir, analizar, ser escrupulosos con el estado de derecho. O estaremos trabajando para otro sistema. Otro r¨¦gimen. Ya entienden.
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