La ONU escucha a las v¨ªctimas

No suelta de sus manos la fotocopia diluida de un retrato en el que aparece de beb¨¦ con su padre. Han pasado 90 a?os desde que se tom¨® esa imagen, pero Paco Mar¨ªn no ha dejado de recordar ni un d¨ªa ni una noche al tallista Manuel Mar¨ªn Rodr¨ªguez, fusilado por comunista en la tapia del cementerio de San Fernando de Sevilla el 16 de septiembre de 1936. Su padre.

¡°Cada vez que hablo de ¨¦l, le doy dignidad¡± repite una y otra vez Paco Mar¨ªn, uno de los miembros m¨¢s veteranos de la Asociaci¨®n Andaluza Memoria Hist¨®rica y Justicia (Amhyja). Hace unos d¨ªas se cumpli¨® 77 a?os de la noche del aquel fusilamiento y Paco fue junto a su hermano Pepe al cementerio de Sevilla a dejar un recordatorio en una tapia. No buscan nichos, no buscan tumbas, no buscan mausoleos, solo una pared, un espacio en el suelo rodeado de otras sepulturas con el privilegio de tener grabado en m¨¢rmol nombres y apellidos. ¡°S¨¦ que es imposible recuperar los restos de mi padre, eso no lo ver¨¦, pero hay que seguir trabajando por la memoria y la dignidad, de ¨¦l y de todas las v¨ªctimas¡±, asevera.

Est¨¢ rodeado de otros familiares de fusilados, desaparecidos o represaliados de la Guerra Civil que esperan visiblemente nerviosos y esperanzados la llegada del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de las Naciones Unidas que ha estado en Sevilla para escuchar sus testimonios, recabar datos, conocer sus historias, trabajos, investigaciones e iniciativas y acercarse a su dolor. M¨¢s de 10 entidades memorialistas y un grupo de juristas transmitieron a los miembros de las Naciones Unidas, en dos horas, el sufrimiento, la b¨²squeda y las esperanzas que los allegados de los m¨¢s de 14.000 desaparecidos en Andaluc¨ªa viven desde hace cerca de ocho d¨¦cadas.

Ans¨ªan un objetivo claro que dicta el Derecho Internacional: que la justicia, la verdad y la reparaci¨®n sean una pol¨ªtica de Estado. ¡°Queremos que las Naciones Unidas le diga al Gobierno espa?ol que no podemos seguir buscando a nuestros familiares con subvenciones gestionadas mediante asociaciones. Que es obligatorio que se haga una intervenci¨®n estatal. Somos el pa¨ªs con el n¨²mero de desaparecidos denunciados en sede judicial m¨¢s alto del mundo y no tenemos respuesta¡±, ilustra Paqui Maqueda, vicepresidenta de la Amhyja.

¡°Yo espero mucho de este encuentro. A los que dicen que esto pas¨® yo les digo que eso ser¨¢ para ellos. Para m¨ª no¡±, cuenta l¨²cido Paco Mar¨ªn, que al ritmo de su bast¨®n alcanz¨® a sentarse en la primera fila y en el centro de la sala donde se celebr¨® esta reuni¨®n traducida al ingl¨¦s.

La escucha paciente de los miembros de las Naciones Unidas, que tambi¨¦n se ha celebrado en Madrid, culmina este lunes con la redacci¨®n de un documento de recomendaciones al Gobierno espa?ol para el tratamiento de estos casos. ¡°Esperamos que eso ejerza presi¨®n al Ejecutivo, que se reconozca el problema, que se resuelva pol¨ªtica y moralmente y que se sepa que existen v¨ªctimas y se les dignifique¡±, resume Jordi Gordon, portavoz de la plataforma por la Comisi¨®n de la Verdad creada el pasado mayo con el objetivo de promover una aut¨¦ntica entidad para que se investiguen los cr¨ªmenes del franquismo y se repare el dolor de las v¨ªctimas de la dictadura.

Y de este encuentro tambi¨¦n tendr¨¢ que dilucidarse si Naciones Unidas tiene competencias para tratar y considerar temas anteriores a 1945, a?o en el que se fund¨® la organizaci¨®n. ¡°Que la ONU estime que estas desapariciones son una cuesti¨®n internacional de derechos humanos supondr¨ªa que estos cr¨ªmenes no prescriben y que podr¨ªan ser considerados de lesa humanidad. Ese criterio es fundamental para asumir las causas y reconocer el estatus de v¨ªctima a los afectados. Sin duda, ser¨ªa un espaldarazo en el ¨¢mbito internacional y un tir¨®n de orejas al Gobierno espa?ol¡±, valora la investigadora Pura S¨¢nchez, que acompa?¨® este s¨¢bado a los miembros del grupo de trabajo de la ONU a visitar las murallas de la Macarena ¡ªlugar de fusilamientos¡ª y el Cementerio de San Fernando de Sevilla, a ver las fosas comunes y la ausencia de datos en los documentos de registros de enterramientos.

¡°A ver qu¨¦ decisi¨®n toman, pero es que no hay muchos m¨¢s pa¨ªses en el mundo con tant¨ªsimos desaparecidos, hasta 130.000, desde hace tanto tiempo. Lo que ocurre aqu¨ª es ¨²nico¡±, sentencia Gordon. Tanto ¨¦l como S¨¢nchez, Maqueda o Mar¨ªn, aun llevando a?os trabajando en el movimiento memorialista, coinciden en sorprenderse con la ausencia de mecanismos que ha dispuesto Espa?a hist¨®ricamente para haber resuelto estos casos. ¡°Antes dec¨ªan que hab¨ªa pasado poco tiempo para recordar y ahora, que ya ha pasado demasiado. Nunca ha sido ni es buen momento para tratar esta cuesti¨®n, pero siempre ha sido, es y ser¨¢ un problema del presente¡±, reflexiona Gordon.

Paco Mar¨ªn, a sus 90 a?os, es un espejo de ello. Mira al cielo cuando habla de su padre, se emociona, traga saliva para empezar a contar la historia que vivi¨® con 13 a?os. No suelta la foto de sus manos.