La liviandad de la corrupci¨®n
Ha existido una enorme dificultad para demostrar los presuntos delitos
Es evidente que se trat¨® de un hecho excepcional. Varios d¨ªas despu¨¦s de hacer p¨²blica la sentencia del caso Malaya, el tribunal que juzg¨® la trama convoc¨® una rueda de prensa para defender el fallo y tildarlo de ¡°justo y adecuado¡±, ya que se han contemplado las m¨¢ximas penas legales que fija el C¨®digo Penal para cada delito, expresaron sus ponentes. Es obvio que las explicaciones las ofrecieron ante la sensaci¨®n generalizada de que las penas hab¨ªan estado muy por debajo de las esperadas, dejando adem¨¢s sin condena alguna a 43 de los 95 procesados. Los propios magistrados, en sus explicaciones, se?alaron d¨®nde estaba la clave: ¡°Si se imputan una gran cantidad de delitos y se crean expectativas, puede parecer que la pena es insuficiente¡±. Y dijeron m¨¢s: con las pruebas que se presentaron en su d¨ªa no hab¨ªa opci¨®n para elevar m¨¢s las condenas.
La supuesta liviandad de las condenas en relaci¨®n con uno de los mayores procesos de corrupci¨®n que han tenido lugar en Espa?a y las dificultades para probar muchos de los hechos que se investigaron en el sumario, est¨¢ siendo el denominador com¨²n de la mayor¨ªa de los grandes macro procesos que contra la corrupci¨®n se han enjuiciado en la provincia de M¨¢laga. Todos se han celebrado transcurridos entre cinco y siete a?os despu¨¦s de las primeras detenciones. Y ha existido una enorme dificultad para poder demostrar, en muchos casos, los presuntos delitos que se cometieron, tanto econ¨®micos como relacionados con el blanqueo de dinero.
Ocurri¨® tambi¨¦n en la Operaci¨®n Ballena Blanca, considerada en su d¨ªa la mayor trama de blanqueo destapada en Espa?a. Una organizaci¨®n que supuestamente camufl¨® 250 millones de euros procedentes del crimen organizado a trav¨¦s de un despacho de abogados de Marbella que dirig¨ªa Fernando Del Valle. La sentencia se sald¨® con penas de escasa relevancia, seis a?os para el principal imputado frente a los 30 que solicit¨® la fiscal¨ªa, as¨ª como con condenas menores para s¨®lo cinco de los 21 procesados. Las escuchas telef¨®nicas fueron anuladas y el monto de lo blanqueado pas¨® de 250 millones a apenas 12.
La sentencia del caso Troya tambi¨¦n acab¨® con la sensaci¨®n de que todo se hab¨ªa desinflado. El alcalde de Alhaur¨ªn el Grande, Juan Mart¨ªn Ser¨®n, abandonar¨¢ estos d¨ªas su despacho en este municipio, despu¨¦s de que el Supremo haya ratificado la condena por cohecho de la que fue acusado hace ahora algo m¨¢s de un a?o. Ser¨®n, junto con su concejal de Urbanismo, fue condenado por exigir bajo cuerda a un promotor 122.000 euros a cambio de una licencia. La sala no consider¨® acreditada que existiera una trama y se retir¨® la acusaci¨®n contra 18 de los 20 acusados con la que se inici¨® la vista oral. La sentencia s¨®lo verific¨® uno de los 13 sobornos que investig¨® la fiscal¨ªa y acab¨® en una multa y un a?o de suspensi¨®n de empleo.
La trama de corrupci¨®n en Estepona conocida como el caso Astapa va camino de convertirse en una causa eterna. Y de dif¨ªcil conclusi¨®n. Los imputados superan el centenar despu¨¦s de saltar a la luz en junio de 2008 con la detenci¨®n del entonces alcalde socialista Antonio Barrientos. Una parte sustancial de la documentaci¨®n intervenida, cinco a?os despu¨¦s, a¨²n no ha sido digitalizada y del listado de pol¨ªticos, empleados, t¨¦cnicos municipales y constructores implicados, muy pocos han prestado todav¨ªa declaraci¨®n. Ni hay fecha para juicio ni expectativas de haberlas.
El d¨ªa despu¨¦s de la lectura de la sentencia de caso Malaya, dos de los jueces que participaron en la investigaci¨®n de este tramo, Santiago Torre y Miguel ?ngel Torres, decidieron contestar un breve cuestionario al diario Sur de M¨¢laga con su visi¨®n de la sentencia. Santiago Torres hizo una reflexi¨®n, que a tenor de lo ocurrido en todos estos sumarios, alcanza mayor importancia: ¡°Hay que repensarse si nuestra Justicia sirve para dar respuestas a problemas como la corrupci¨®n. Primero, por la tardanza en actuar. Y segundo, por la liviandad de la penas¡±.
@jmatencia
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