Le?a al mono

El lamentable, repugnante y turbio caso de los ERE est¨¢ sirviendo como excusa perfecta para rematar una faena de desprestigio total de los sindicatos.

La veda se abri¨® hace muchos a?os. Ahora, la derecha revanchista que socava y privatiza lo p¨²blico y echa pestes de la pol¨ªtica, cree que ha llegado la hora de dar la puntilla a las organizaciones sindicales de clase, CC OO y UGT. Los sindicatos deben actualizar su discurso. Cierto. Lo mismo que los partidos y las organizaciones empresariales. Todos est¨¢n igual de obsoletos.

La reforma laboral de Rajoy, escrita al dictado de los empresarios, forma parte de esa ofensiva antisindical. La implicaci¨®n de media docena de sindicalistas en el caso de los ERE fraudulentos est¨¢ siendo utilizada para sembrar sospechas sobre toda la dirigencia sindical.

La jaur¨ªa medi¨¢tica viene cargando con extraordinaria dureza, y mal gusto, sobre los sindicatos desde hace a?os. El ¨²ltimo bot¨®n de muestra: Luis Mar¨ªa Anson, autoproclamado maestro de periodistas, calificaba el martes a los sindicalistas, en l¨ªnea con su adorada Esperanza Aguirre, como ¡°caraduras que no dan un palo al agua¡±. Por el contrario, en esa puja a ver qui¨¦n le echa m¨¢s incienso a la juez Alaya, Anson alaba ¡°los tacones bien puestos¡± de la magistrada sevillana.

Los jueces no son dioses. Est¨¢n sometidos al juicio cr¨ªtico de la ciudadan¨ªa. Por qu¨¦ no. Los mismos jueces que mostraron el lunes su ¡°apoyo y aprecio¡± por Alaya reconocen que la cr¨ªtica sobre las resoluciones judiciales ¡°no s¨®lo es admisible, sino tambi¨¦n buena¡±.

Y Alaya ha dado sobradas razones para ser criticada. Lo han hecho el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (TSJA) y la Fiscal¨ªa. Todos le han llamado la atenci¨®n por el retraso en su investigaci¨®n.

Tardanza que ha producido el archivo de una causa que, ?oh, casualidad!, afectaba a seis empresarios, entre ellos dos hermanos de la ministra F¨¢tima B¨¢?ez. El colmo: los tres primeros imputados por el caso Mercasevilla llevan m¨¢s de tres a?os esperando que la juez les tome declaraci¨®n.

La disputa soterrada entre los fiscales del caso y la juez ha estallado esta semana con especial virulencia. Los enfrentamientos de la magistrada con abogados y acusados est¨¢n a la orden del d¨ªa. Su manera altiva de interrogar irrita a quienes se sientan frente a ella. Muchos se niegan a declarar porque, afirman, el acta no recoge fielmente su testimonio.

La detenci¨®n la pasada semana de nueve personas, entre ellos dos dirigentes sindicales, uno de UGT y otro de CC OO, ha marcado otro hito en esta larga investigaci¨®n judicial. Una ¡°detenci¨®n abusiva¡±, seg¨²n CC OO.

La presencia de un grupo de sindicalistas ante los juzgados sevillanos, en apoyo de sus compa?eros, ha sido magnificada por los peperos y sus plumillas hasta l¨ªmites insospechados. Si hubo alg¨²n insulto hacia la juez, mal. Muy mal. Pero aquello no fue el asalto a ning¨²n palacio de invierno. La mayor¨ªa de los concentrados ped¨ªa libertad para unos detenidos acusados de una presunta financiaci¨®n irregular de su organizaci¨®n, pero no de haberse lucrado personalmente. Importante.

La juez sostiene que los sindicatos cobraron sobrecomisiones. Estos argumentan que en la elaboraci¨®n de un ERE desarrollan un trabajo que debe ser remunerado. Si los empresarios cuentan con grandes bufetes, los trabajadores tienen derecho tambi¨¦n a ser asesorados adecuadamente. Con la actual regulaci¨®n de los ERE ?se imaginan lo que podr¨ªan hacer los empresarios sin el contrapeso de los sindicatos?

Lo que debe averiguar Alaya es si realmente se cobr¨® m¨¢s de lo necesario. De eso se trata. No de, manipulando el tema de los ERE, seguir atizando le?a al mono sindical hasta dejarlo tendido en la lona. KO. Porque eso es lo que persiguen algunos. Desde hace mucho tiempo.

@JRomanOrozco