Sentimiento y sencillez en las Xornadas de M¨²sica Contempor¨¢nea de Santiago

Se ha celebrado en el Teatro Principal de Santiago el primer concierto de las Xornadas de M¨²sica Contempor¨¢nea, organizadas por el Centro Nacional de Difusi¨®n Musical, con la colaboraci¨®n de la Universidad y el Consorcio de Santiago. Dirigido por Jo¨¢n Cerver¨®, el grupo de c¨¢mara de la Joven Orquesta Nacional de Espa?a estren¨® Eupalinos, de Fernando Buide del Real, y acompa?¨® al chelista Salvador Bol¨®n en la primera parte, cerrando brillantemente el concierto con la versi¨®n de Klaus Simon para grupo de c¨¢mara de la Sinfon¨ªa n? 4 de Gustav Mahler, con la soprano Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno como solista.

En la primera audici¨®n de Eupalinos se reconoce la autor¨ªa de Fernado Buide; con su m¨²sica gestual, nacida de elementos sencillos, m¨¢s esbozos que temas, apenas unos trazos r¨ªtmicos o mel¨®dicos muy reconocibles de puro sencillos y elementales. O sea, esenciales: como peque?as gotas de m¨²sica que forman parte de un peque?o canal de m¨²sica muy bien construida y organizada. Se vislumbra en su manejo de los timbres orquestales un objetivo primario, epic¨²reo, de regalar el o¨ªdo de su auditorio; tal vez el suyo propio. Pero no se sustrae a ese fin ¨²ltimo de la m¨²sica que es hacer sentir emociones y logra despertarlas. La ejecuci¨®n por Cerver¨® y la JONDE fue precisa y bien sentida.

La Kammermusik n? 3 para chelo, op. 36 de Hindemith, es una obra que encierra grandes dificultades para grupo y solista. Bol¨®n hizo gala de t¨¦cnica y sensibilidad sobradas para hacer una versi¨®n soberbia en todos los sentidos, acompa?ado magistralmente por Cerver¨® y el grupo. Entre todos hicieron sentir al p¨²blico la mordaz iron¨ªa del maestoso inicial y el v¨¦rtigo, como de motto perpetuo, del segundo movimiento. Bol¨®n, tras erizar m¨¢s de una piel con el tono eleg¨ªaco del Andante, se integr¨® en la iron¨ªa general que nos hizo sentir el moderato final.

Apenas un mes despu¨¦s del torrente de emociones que regal¨® en su Lucia di Lammermoor del Festival de A Coru?a, Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno mostr¨® su versatilidad estil¨ªstica con una deliciosa versi¨®n de ese prodigioso lied na¨ªf que constituye el Sehr behaglich final de la Cuarta de Mahler. El redondo esmalte de su voz de l¨ªrica-ligera es instrumento id¨®neo para la partitura y su interpretaci¨®n estuvo tocada por esa gracia ingenua que rezuma el texto mahleriano. Una vez m¨¢s, Moreno mostr¨® ser esa grand¨ªsima soprano cuya presencia en los mejores escenarios del canto es absurdamente escasa.

La Cuarta de Mahler, por sus dimensiones y car¨¢cter m¨¢s cercanos a las limitaciones humanas que a la dimensi¨®n de universos de su dos antecedentes, es especialmente apropiada para esa magistral extracci¨®n de esencias que constituye una reducci¨®n como la versi¨®n camer¨ªstica de Simon. Bajo una cuidad¨ªsima direcci¨®n de Cerver¨®, el grupo de la JONDE hizo una interpretaci¨®n llena de gusto y pasi¨®n, con espl¨¦ndidas intervenciones de todos sus miembros. Por su mayor presencia, cabe destacar el viol¨ªn primero -ardiente o delicado por momentos- de Silvia Romero, el vers¨¢til clarinete de Oliver Casanovas y el oboe y corno ingl¨¦s de Ver¨®nica Cruz. Y por su dificultad y la calidad de su sonido en adecuado empaste con el grupo, la trompa de Javier Molina.