Derribo parcial del puerto deportivo de Fern¨¢ndez Sousa tras 23 sentencias
La marina fue levantada sin ning¨²n tipo de permiso urban¨ªstico
Durante muchos a?os, el puerto deportivo de A Lagoa, en Vigo, fue una met¨¢fora del poder de su presidente, Manuel Fern¨¢ndez de Sousa. Estamp¨® un espig¨®n encima de una playa con la ¨²nica autorizaci¨®n del entonces presidente del Puerto, Julio Pedrosa, destacado militante del PP, y puso en marcha un proyecto pre?ado de ilegalidades ante la pasividad de las autoridades del Ayuntamiento. Pero la imagen del puerto deportivo de A Lagoa es ahora la de la ca¨ªda en desgracia de su due?o, acosado judicialmente por su gesti¨®n como presidente de Pescanova. Ayer se iniciaron los trabajos de derribo de las tres grandes naves que levant¨® sin autorizaci¨®n de ning¨²n tipo, en ejecuci¨®n de la primera de las 23 sentencias acumuladas en contra del frustrado sue?o n¨¢utico de Sousa.
Un pu?ado de operarios contratados por el Ayuntamiento entr¨® ayer en las instalaciones del puerto deportivo para iniciar las labores previas al derribo, despu¨¦s de un fallido intento el pasado lunes abortado por el temporal. A principios de la semana pr¨®xima comenzar¨¢n a caer los tres almacenes de barcos, dos de ellos de nueva construcci¨®n y un tercero consistente en la ampliaci¨®n de otra ya existente. Todo eso deber¨¢ retirarse de la marina a pesar de los desesperados intentos de Sousa de evitarlo, que forzaron un auto del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) en el que impuso multas coercitivas a la empresa de persistir con el bloqueo y advirti¨® del posible delito de desobediencia a una orden judicial.
El puerto deportivo, con sus tres naves levantadas sin licencia e incompatibles con la ordenaci¨®n urban¨ªstica de la zona, comenz¨® a construirse en 2004. Fue entonces cuando 33 vecinos de la zona crearon una asociaci¨®n para luchar contra el proyecto, Voces polo Litoral de Teis, as¨ª llamada por la grabaci¨®n de canciones de protesta contra el puerto deportivo. Casi diez a?os despu¨¦s, su tenaz lucha contra las ilegalidades de A Lagoa comienza a dar sus frutos, a pesar de la inacci¨®n casi absoluta del Ayuntamiento. Solo tras la llegada de Abel Caballero a la alcald¨ªa comenz¨® a vigilar de cerca el proyecto, hasta iniciar ahora su demolici¨®n.
"Es un momento de enorme alegr¨ªa. Siempre cre¨ªmos en la justicia, y aunque ha sido lenta hasta la desesperaci¨®n, finalmente comienza a imponerse la cordura", celebra la presidenta de la asociaci¨®n de Teis, Amelia ?lvarez. Voces polo Litoral ha ejercido la acusaci¨®n particular en todos los frentes judiciales abiertos, sin que les desanimara la insistencia de Sousa y sus servicios jur¨ªdicos de agotar las v¨ªas judiciales hasta las ¨²ltimas consecuencias. El resultado siempre ha sido el mismo: todas las sentencias dictadas por distintas instancias judiciales han sido en su contra del puerto, hasta 23, y 11 de ellas con car¨¢cter ejecutivo.
El espig¨®n del puerto deportivo ser¨¢ la ¨²nica obra irreversible del puerto deportivo, un muelle cuya construcci¨®n averi¨® el colector submarino que surte de agua a los ayuntamientos de Cangas y Moa?a, y que finalmente tuvo que ser repuesto por la Xunta con un presupuesto de 6,6 millones de euros. Cuentan con ¨®rdenes de derribo otra nave y el restaurante, ya clausurado por carecer de licencia de actividad. Y ayer mismo, la Gerencia de Urbanismo de Vigo aprob¨® la demolici¨®n de otras dos construcciones menores construidas tambi¨¦n sin permiso.
Para dotar al puerto deportivo de un lujoso restaurante, Sousa utiliz¨® la licencia para una garita desmontable de 30 metros cuadrados y le plant¨® encima una obra cinco veces mayor. El establecimiento inici¨® su actividad sin licencia de ning¨²n tipo. Dos sentencias dictadas por los juzgados de Vigo, ambas confirmadas por el TSXG, obligaron a Astilleros y Construcciones A Lagoa a cesar la actividad y demoler la construido. El restaurante a¨²n sigue en pie.
La resistencia del expresidente de Pescanova a ejecutar las demoliciones alcanz¨® su extremo en diciembre del pasado a?o. En esa fecha, la empresa contratada por el Ayuntamiento para ejecutar los derribos ahora retomados se encontr¨® con hasta 21 embarcaciones en seco alrededor de las naves ilegales, lo que oblig¨® a los operarios a desistir y termin¨® con las advertencias del Tribunal Superior. Ayer los barcos hab¨ªan sido retirados, por lo que el Ayuntamiento espera que las construcciones se puedan desmontadar el martes pr¨®ximo.
El puerto de A Lagoa ha sufrido varapalos similares en otros frentes judiciales. Por ejemplo, por la utilizaci¨®n de un cortafuegos vecinal para el tr¨¢nsito de la maquinaria pesada necesaria para su construcci¨®n, dada la angostura del ¨²nico acceso por carretera. Durante el mandato de Corina Porro, y pese a reconocer la ilegalidad, el Ayuntamiento no puso impedimentos de ning¨²n tipo al tr¨¢fico por el cortafuegos. Cuando lo hizo, el puerto ya estaba construido. Como consecuencia de esa necesidad de utilizar la zanja vecinal como acceso, el Ministerio de Medio Ambiente demor¨® durante a?os la construcci¨®n del paseo mar¨ªtimo de A Gu¨ªa. A esas obras, ya ejecutadas, tambi¨¦n se opuso con firmeza Manuel Fern¨¢ndez de Sousa, que acab¨® presentando un recurso ante la Audiencia Nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.