?Servicios universales y gratuitos?
El desaf¨ªo es c¨®mo hacer sostenible el actual Estado de bienestar y asegurar un reparto de las rentas equitativo
Se acerca de forma acelerada una importante pol¨¦mica. Cada vez es m¨¢s evidente que el mantenimiento de un nivel aceptable de bienestar en Europa va a necesitar la adaptaci¨®n de los modelos econ¨®micos y sociales establecidos en el ¨²ltimo siglo. Estos modelos ten¨ªan dos bases: buscaban asegurar el bienestar para los 800 millones de personas que viv¨ªan en esta parte del mundo, aunque explotaban y utilizaban los recursos naturales de todo el planeta; y manten¨ªan la tecnolog¨ªa como monopolio de esta zona, lo que permit¨ªa continuos incrementos de productividad y por tanto de crecimiento.
La globalizaci¨®n ha supuesto que el modelo debe ahora adaptarse a m¨¢s de 2.000 millones de personas, los aumentos de consumo han convertido en escasos muchos recursos naturales, y la explosi¨®n de la informaci¨®n ha convertido la tecnolog¨ªa en un recurso al alcance de todos. A todo ello se ha a?adido la exagerada deriva financiera y especulativa de nuestra econom¨ªa, que ha hecho que una parte muy importante de nuestra actividad actual pr¨¢cticamente no genere valor, aunque produzca beneficios y plusval¨ªas.
La pol¨¦mica aparecer¨¢ para responder a la pregunta de c¨®mo hacer sostenible el actual Estado de bienestar, es decir, c¨®mo asegurar los mecanismos a trav¨¦s de los cuales hemos conseguido que las desigualdades en el reparto de las rentas (salarios y beneficios) que genera el mercado, se redistribuyan con criterios de m¨¢s equidad.
Esta redistribuci¨®n se consegu¨ªa recaudando impuestos de forma progresiva (es decir que paguen proporcionalmente m¨¢s las rentas altas y las grandes fortunas), y proporcionando un salario complementario en forma de servicios gratuitos o transferencias (educaci¨®n, sanidad, subsidios¡), sobre todo a quienes no podr¨ªan pagarlos.
El sistema fiscal era progresivo, y de los servicios gratuitos se beneficiaban m¨¢s las personas con menos recursos. El car¨¢cter redistributivo exist¨ªa tanto en el ingreso como en el gasto. Ha sido as¨ª bastante tiempo, pero dos fen¨®menos han cambiado esta situaci¨®n.
La pregunta clave se puede formular as¨ª: ?qu¨¦ medidas de correcci¨®n hay que tomar para darle la vuelta a la situaci¨®n, asegurando la sostenibilidad y recuperando la redistribuci¨®n?
En primer lugar, en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos (con algunas excepciones en el norte) el sistema fiscal ha visto reducidos sus ingresos y ha ido perdiendo progresividad. Se han reducido o eliminado los impuestos sobre el capital, que afectaban a las personas con m¨¢s recursos, y se han aumentado los que pagan las clases medias y bajas, IVA y rentas del trabajo. Creo que ha sido una medida equivocada.
En segundo lugar, se han universalizado los servicios p¨²blicos gratuitos que ahora se ofrecen sin pago a toda la poblaci¨®n. Esta es una medida acertada, pues elimina el peligro de que tales servicios pierdan calidad y se conviertan en ¡°servicios para pobres¡±, pero la gratuidad para todos ha aumentado los costes y es un elemento que elimina la progresividad.
Las consecuencias de todas estas medidas son tres: menos ingresos, m¨¢s gastos y menos redistribuci¨®n. En otros t¨¦rminos: un sistema menos sostenible y una sociedad con mayores desigualdades.
La pregunta clave se puede formular as¨ª: ?qu¨¦ medidas de correcci¨®n hay que tomar para darle la vuelta a la situaci¨®n, asegurando la sostenibilidad y recuperando la redistribuci¨®n? Se me ocurren estas cinco respuestas:
1. Dinamizar las econom¨ªas europeas de forma que vuelvan a generar m¨¢s valor y recuperen competitividad. 2. Aumentar los impuestos para obtener m¨¢s ingresos, cargando m¨¢s a las rentas altas y a las fortunas, y luchando a fondo contra el fraude. 3. Recortar los servicios p¨²blicos eliminando algunas prestaciones con car¨¢cter general. 4. Excluir de tales servicios a los ciudadanos a partir de un cierto nivel de renta o fortuna. 5. Mantener el derecho de acceso universal, pero introduciendo un copago mayor o menor, en funci¨®n de la renta.
La primera respuesta es la que todos quisi¨¦ramos, pero debemos aceptar la dificultad de su aplicaci¨®n. La segunda puede ser v¨¢lida para pa¨ªses como el nuestro con poca presi¨®n fiscal, pero no s¨¦ si ella sola puede ser suficiente. La tercera (el recorte general) supone un paso atr¨¢s indeseable. La cuarta ser¨ªa volver a la situaci¨®n de un servicio privado de calidad para ricos y otro p¨²blico de menos calidad para pobres. La quinta, mantiene la universalidad, pero introduce la progresividad en el gasto. Mi respuesta es 2 + 5: reforma fiscal y universalidad, pero sin gratuidad total.
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.
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