Ventanas abiertas al desgaste vital
El fot¨®grafo ?ngel Hidalgo recopila instant¨¢neas del paisaje manchego
Son las ventanas de La Mancha. Madera de pino comida por el tiempo y el fr¨ªo. Rejas de hierro oxidado, alambre pintado de blanco, retorcido, ¨²ltima red de salvaci¨®n de esos ventanucos, como si a¨²n tuviera fuerzas para parar a los visitantes indeseados. Corralas de la Alcarria con cardos como m¨¢ximo ornamento. Uno se imagina los rostros cincelados por el viento que viven en el interior de esas casas, hechas de piedra, cemento y en los sitios m¨¢s privilegiados, cal. ?ngel Hidalgo retrata esos te¨®ricos aliviaderos de los muros ¡ªen realidad, aut¨¦ntico reflejo de la clausura¡ª sin piedad, en primeros planos opresivos, que dejan al visitante de la exposici¨®n La belleza desgastada de la memoria (en la Biblioteca Regional de Castilla La Mancha, dentro del Alc¨¢zar del Toledo, hasta el 15 de noviembre) con la sensaci¨®n de ahogo.
La muestra puede verse hasta el 15 de noviembre en el Alc¨¢zar de Toledo
Hidalgo, de 49 a?os, y solo un lustro dedicado a la fotograf¨ªa, ha llevado a Toledo capital la exposici¨®n que hasta hace unos d¨ªas estaba en su pueblo natal, Urda (Toledo), juguetea en las im¨¢genes con la ilusi¨®n de cierta poes¨ªa, de fuerza e inquebrantable moral, en esos cuadros que prepara delante de su c¨¢mara. Solo deja escapar cierto alivio colorista cuando apoya en los muros exteriores una silla de mimbre y madera o un cabecero de una cama en un azul casi met¨¢lico. Y solo una vez obtenida la imagen, se permite cierto humor¡ en los t¨ªtulos de las fotograf¨ªas: un humor que nace de los motes que se dan a los paisanos en los pueblos de La Mancha, y que algunos se heredan de padres a hijos o inclusive engloban a la familia. El objetivo pasea por el corral del Titi, la silla es de ¡°la Apolonia La Catola¡±, entramos en las huertas de Don Luis, la Paulita o de Alejandro El Peluco (un rinc¨®n repleto de curiosos recovecos), nos paramos en la puerta de Vicentilla, disfrutamos del adobe del palomar de la Viuda, encontramos adusta belleza en el Paseo del Cristo o en el camino del Pozo Nuevo, entramos en casa de Antonio el Pregonero y nos sentamos ¡ªas¨ª se titula la imagen¡ª En el corral de mis vecinos Agapito el Marica y la Tomasa La Troncha.
Los cardos secos rompen el triste verde de una puerta de la granja de la Pepa la Pizarra¡ antes de que finalmente Hidalgo roce la abstracci¨®n en una puerta met¨¢lica cuya pintura verde ya se ha rendido al ¨®xido que nace del interior y empieza a mostrarse en manchas, o en la imagen que sirve de presentaci¨®n de la exposici¨®n: tapas de barriles met¨¢licos, viejos contenedores de gasoil o aceite, sirven de remedos en una puerta de madera en el Paseo del Cristo. En ese choque entre distintos elementos: metal, madera y pintura, surgen los momentos m¨¢s inspirados del fot¨®grafo que, aunque esa obra no est¨¢ en la exposici¨®n, ya ha empezado a retratar a los viejos moradores de esas ancianas casas. Tras disfrutar del exterior material, toca investigar el interior humano.
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