Propensi¨®n al cotilleo
Puede obedecer al hecho de que la ciudadan¨ªa no cree ya en las ideolog¨ªas o puede ser, sencillamente, que Espa?a es un pa¨ªs de cotillas. Puede ser tambi¨¦n que las ¨¦lites de los partidos pol¨ªticos abandonaron hace tiempo la nomenclatura cl¨¢sica porque tal vez sea verdad que asistimos al ocaso de las ideolog¨ªas y, quiz¨¢s, al fin de la historia. Lo cierto es que ante la Conferencia Pol¨ªtica multitudinaria que celebra el PSOE en Madrid, en la que va a discutir su ideario y "rehabilitarse" de cara al futuro, lo que menos inter¨¦s est¨¢ despertando es el amplio texto que se somete a debate, ni siquiera las m¨¢s de doce mil enmiendas que vienen a ser las voces de protesta surgidas de las Casas del Pueblo de tantos pueblos de Espa?a, en donde socialistas entusiastas y humildes, aunque desanimados, a¨²n esperan que el ma?ana les depare alguna satisfacci¨®n.
Pero la direcci¨®n del PSOE permanece atrincherada administrando muy torpemente su situaci¨®n de prevalencia. El asunto trasciende al propio PSOE, porque no han sido en vano los acontecimientos que han tenido lugar desde la recuperaci¨®n de la democracia en Espa?a. Durante m¨¢s de las dos terceras partes del periodo democr¨¢tico ha sido el PSOE el que ha gobernado a los espa?oles; durante ese tiempo se construy¨® el ¨²nico Estado de Bienestar que han disfrutado los espa?oles a la vez que la sociedad ha recuperado un buen ramillete de derechos sociales.
Sin embargo, los dos a?os largos del actual gobierno del PP han dado al traste con las pol¨ªticas sociales y se han cargado buena parte de los derechos sociales conquistados. Es por esto que los ciudadanos espa?oles viven con preocupaci¨®n el proceso de recuperaci¨®n de las se?as de identidad del PSOE. ?Por qu¨¦? La respuesta es sencilla: porque la penuria de ideas avanzadas y propuestas contundentes que aqueja al PSOE son achacables en buena medida a la actitud y car¨¢cter acomodaticios de la actual direcci¨®n, que solo se muestra predispuesta a cambiar dr¨¢sticamente en la medida que sus puestos directivos no peligren demasiado. De ah¨ª el empecinamiento en advertir que hay dos temas que ahora no se pueden tocar: el debate territorial que ha de implicar cambios en la Constituci¨®n, y el debate sobre la fecha para la celebraci¨®n de elecciones primarias que implicar¨¢, con toda seguridad, cambios en la direcci¨®n.
Los espa?oles asisten a esa demostraci¨®n de cerraz¨®n organizativa con notable desconfianza porque consideran urgente que no solo cambien las ideas sino tambi¨¦n las palabras con que se expresan, las bocas que pronuncian las palabras, los rostros que rodean a las bocas que pregonan y las personas que portan esos rostros y les dan aspecto y credibilidad. Lo que importa son las ideas, repiten con reiteraci¨®n los directivos y adl¨¢teres, pero ha sido necesario que el PSOE haya ca¨ªdo hasta lo m¨¢s hondo del pozo para fomentar la discusi¨®n.
La Conferencia Pol¨ªtica no va a poder evitar que los dos debates 'prohibidos' sean las estrellas"
Ha sido necesario que las voces de la calle se conviertan en gritos y alaridos para que los socialistas se hayan propuesto hacer caso. El 15-M, que era un grito de desconsuelo, aconteci¨® mientras el PSOE gobernaba, pero no fue suficiente porque lejos de buscar alg¨²n tipo de renovaci¨®n busc¨® el afianzamiento del poder establecido en el partido, eso s¨ª, tras cargar las culpas y se?alar con el dedo ¨ªndice al presidente Zapatero que se iba yendo, callado y se?orial. No ten¨ªa demasiado de especial aquella actitud salvo por el hecho de que quien se atrincher¨® y aferr¨® al poder del partido adolec¨ªa de las mismas culpabilidades que el presidente al que hab¨ªa acompa?ado en todo su periplo presidencial.
La Conferencia es crucial de cara al futuro del PSOE, del socialismo, de la izquierda y de todos los espa?oles, pero a la vista del panorama actual va a depender mucho m¨¢s de los rostros que pronuncien las consignas que de las ideas que divulguen, salvo que el alcance de las ideas propuestas se corresponda con la confianza que irradien los rostros. El PSOE debe seguir siendo un partido potente, y lo ser¨¢ en la medida que arriesgue con sus nuevos posicionamientos. Debe responder ante los ciudadanos que sufren, v¨ªctimas de las carencias infligidas por el Gobierno del PP h¨¢bilmente protegido bajo el halo de inevitabilidad que le suministran Merkel, el FMI, la OCDE y el BCE.
El PSOE debe consolidar la idea de que lo que desea no es administrar el sistema capitalista culpable de tantas penalidades, sino transformarlo, es decir, que no desea atemperarlo sino educarlo y humanizarlo. ?Podr¨¢ hacerlo sin cambiar los rostros, o sin que alguien entone el mea culpa al comienzo de la conferencia? La verdad es que, de momento, los ciudadanos van a recibir la informaci¨®n que interese a los informadores y no que est¨¢ llamada a influir m¨¢s fuertemente en sus vidas. Salvo que, a pesar de lo anunciado, alguien se atreva a dar un paso al frente y postularse para anunciar las ideas del futuro.
Todos los posibles saben que hacerlo supondr¨ªa contrariar a la actual direcci¨®n. Aunque no son pocos los casos en que oponerse al poder establecido se convierte en un bien m¨¢s que en un perjuicio. Espa?a necesita que la Conferencia del PSOE sea un ¨¦xito que supere lo medi¨¢tico, aunque el PSOE necesita que lo sea tambi¨¦n medi¨¢ticamente. Lo va a ser, pero nada va a poder evitar que los dos debates "prohibidos" (primarias y territorialidad) sean las estrellas medi¨¢ticas, entre otras cosas porque en Espa?a priman, ¡ªdicho con todo el cari?o¡ª, los cotillas y el cotilleo.
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