Termitas en la sanidad p¨²blica
El ¨¢nimo de lucro y el aprovechamiento de recursos p¨²blicos en beneficio privado es letal para el sistema sanitario
Cuando la Generalitat recibi¨® las competencias de Sanidad en 1982, el sistema sanitario p¨²blico estaba formado por cinco grandes hospitales de la Seguridad Social, dos grandes centros concertados ¡ªCl¨ªnic y Sant Pau¡ª y una pl¨¦yade de peque?os hospitales de diferente titularidad y situaci¨®n, casi todos obsoletos y muchos en quiebra por una gesti¨®n corrupta o incompetente. En ese momento, buena parte de la excelencia y la innovaci¨®n estaban en el sector privado. El desfase tecnol¨®gico del depauperado sistema p¨²blico permit¨ªa a los accionistas del privado, la mayor¨ªa m¨¦dicos, invertir en tecnolog¨ªas que r¨¢pidamente eran amortizadas.
Tres d¨¦cadas despu¨¦s, la relaci¨®n p¨²blico-privado ha dado la vuelta como un calcet¨ªn. Ahora el sistema p¨²blico est¨¢ a la cabeza de la innovaci¨®n y ejerce un liderazgo indiscutible tanto en el ¨¢mbito profesional como tecnol¨®gico. Esto ha sido posible porque durante todos estos a?os, los sucesivos consejeros del PSUC, de CiU y del PSC han respetado un consenso b¨¢sico: el de consolidar y fortalecer el sistema p¨²blico de salud. Y lo han conseguido. Pero ese modelo podr¨ªa estar en peligro con los cambios que est¨¢ introduciendo el consejero Boi Ruiz, probablemente el m¨¢s genuino exponente del Gobierno business-friendly de Artur Mas. Tras presidir durante a?os la patronal sanitaria, Ruiz gobierna ahora la partida que m¨¢s juego puede dar a la iniciativa privada.
Ya sorprendi¨® poco despu¨¦s de tomar posesi¨®n que recomendara a los catalanes suscribir un seguro privado. Mucho entusiasmo por lo p¨²blico no denotaba. Para quien ha de gestionar un presupuesto menguante, el aumento de los seguros privados puede ser un alivio, pues descongestiona el sistema p¨²blico. Pero no parece que estemos solo ante un movimiento oportunista, sino m¨¢s bien ante un lento cambio de escenario en el que los inversores privados ya no se plantean una estrategia de competencia, sino de aprovechamiento y parasitaci¨®n del sistema p¨²blico. La dicotom¨ªa no estar¨ªa tanto entre sector p¨²blico y sector privado, sino entre prestaci¨®n p¨²blica y privada¡ dentro del propio sistema p¨²blico, en un proceso de paulatina apropiaci¨®n del capital profesional y de conocimiento acumulado. La penetraci¨®n de las termitas privatizadoras en el sistema p¨²blico se inici¨® hace ya tiempo con la externalizaci¨®n clientelar por parte de CiU de servicios como el diagn¨®stico por la imagen o la concesi¨®n de conciertos a hospitales privados (Plat¨®n, hospital General de Catalu?a), pero es ahora, bajo la direcci¨®n de Boi Ruiz, cuando se producen los cambios de mayor calado, al conceder la gesti¨®n de ¨¢reas sanitarias completas a sociedades privadas, algunas sin experiencia en el sector. Se trata de facilitar la utilizaci¨®n de recursos p¨²blicos en beneficio privado. La termita del ¨¢nimo de lucro en el coraz¨®n del sistema.
El fallido intento de convertir el Cl¨ªnic en una sociedad gestionada por sus m¨¦dicos y abierta a inversores privados ha sido hasta ahora el intento m¨¢s ambicioso. Se har¨¢ finalmente un consorcio, pero Salud le impone al Cl¨ªnic una alianza estrat¨¦gica con el hospital Sagrado Coraz¨®n, propiedad de la multinacional IDC Salud tras la quiebra de La Alianza. El Cl¨ªnic deber¨¢ cerrar camas y transferir profesionales y actividad de baja complejidad, que es la que deja mayor margen de beneficio, al Sagrado Coraz¨®n. El plan forma parte de la reordenaci¨®n asistencial territorial emprendida por el consejero con un notable oscurantismo y que supone una oportunidad de extensi¨®n discrecional del modelo.
La apropiaci¨®n de recursos p¨²blicos en beneficio privado se inici¨® hace ya alg¨²n tiempo, cuando se permiti¨® a los gestores del Cl¨ªnic constituir Barnacl¨ªnic para poder ofrecer asistencia privada en el propio hospital, una iniciativa que se ha extendido r¨¢pidamente a otros centros. En una reuni¨®n de m¨¦dicos del nuevo hospital de Olot, todos menos dos contestaron afirmativamente a la pregunta de si deb¨ªan ofrecer asistencia privada por las tardes.
La combinaci¨®n de prestaci¨®n p¨²blica y privada dentro de un mismo hospital puede ser letal para la sanidad p¨²blica. Tras los duros recortes presupuestarios y la reducci¨®n de plantillas, las listas de espera est¨¢n aumentando y, lo que es m¨¢s grave, aumenta la espera para pruebas diagn¨®sticas. Que un paciente tenga que esperar un tiempo excesivo si va por la ventanilla p¨²blica, y pueda sortear la demora y ser atendido incluso por el mismo m¨¦dico si va por la ventanilla de pago plantea problemas ¨¦ticos muy graves y acabar¨¢ provocando desafecci¨®n al sistema p¨²blico.
Si la sanidad p¨²blica se descapitaliza y aumentan los tiempos de espera, las capas con cierto nivel adquisitivo buscar¨¢n una salida en los seguros privados. De hecho ya lo est¨¢n haciendo. Las aseguradoras privadas han aumentado en 101.000 el n¨²mero de p¨®lizas en Catalu?a desde 2010 y los ingresos por primas en un 10,9%. La poblaci¨®n con doble aseguramiento sol¨ªa rondar el 23%. En 2012 era ya del 26,5%.
Si no se invierte en el sector p¨²blico, si disminuyen las plantillas y se reducen los salarios ¡ªahora mismo hay m¨¦dicos que cobran menos de 1.000 euros al mes¡ª el drenaje no dejar¨¢ de crecer y cuando buena parte de las clases medias hayan desertado o est¨¦n descontentas de lo p¨²blico, se habr¨¢n sentado las bases para dar el salto a un sistema dual. Por el camino habr¨¢ quedado lo m¨¢s valioso: la equidad.
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