El Alc¨¢zar no se rinde
En Espa?a se es valiente con el peque?o y humilde con el poderoso de manera estructural, organizada
La sandalia rob¨® protagonismo a la mejor pregunta que se le pod¨ªa hacer a Rodrigo Rato y a tantos otros. "?Tiene miedo a perderlo todo, como millones de familias en este pa¨ªs?". No, el se?or Rato no tiene miedo, su familia se ha movido siempre en los aleda?os del poder pese o gracias a gestiones empresariales pol¨¦micas y discutidas. A la luz de la reacci¨®n period¨ªstica de la ma?ana siguiente, vimos que Rato puede dormir bien tranquilo.
La red de seguridad personal, familiar, pol¨ªtica y empresarial de Rato es tan tupida y llega a tantos sitios que el miedo no ha lugar. Una parte del entramado pol¨ªtico, empresarial y financiero ha construido un dique de seguridad impermeable a la pobreza y la condena. La justicia y los medios acabaran de tapar cualquier v¨ªa de agua con los indultos que haga falta, a mandar que para eso estamos. A la ma?ana siguiente Rato segu¨ªa ri¨¦ndose de todos, empezando por David Fern¨¢ndez. David Fern¨¢ndez levant¨® la sandalia y tambi¨¦n su veda, a la vista de lo publicado en los d¨ªas siguientes.
El miedo ocupa un lugar central en la econom¨ªa, la sociedad y en la cultura espa?olas
Qui¨¦n dijo miedo si en Espa?a se funciona con el mismo lema desde hace siglos, aqu¨ª se es valiente con el peque?o y humilde con el poderoso de manera estructural, organizada. El miedo ocupa un lugar central en la econom¨ªa, la sociedad y en la cultura espa?olas. Sin ir m¨¢s lejos, en la cadena de mando de las cajas, el comercial de la sucursal se deb¨ªa al director, que a su vez se deb¨ªan a sus superiores.
Al final, el abuso a los m¨¢s peque?os viene en forma de estafa de preferentes. No quiero quitar la parte de responsabilidad del firmante, pero el abuso de los comerciales de banca est¨¢ ah¨ª, valientes con el peque?o y humildes con el superior.
Es la misma estructura que ha llevado a cerrar Canal 9, que ha sido de lo peor que hemos visto y o¨ªdo en mucho tiempo. Deb¨ªan de estar aterrorizados, ni despu¨¦s de uno de los peores accidentes que se recuerdan, cuarenta y tres muertos, se atrevieron a informar. Si no se arriesgaron entonces se entiende que CAM, G¨¹rtel o las loter¨ªas de Fabra eran pecata minuta.
Lo siento, no cuela, los barrenderos de Madrid se la han jugado de verdad, han perdido mucho dinero y han aguantado toda la porquer¨ªa medi¨¢tica que les han ido echando. La diferencia entre los barrenderos y el com¨²n de los comerciales de banca o los periodistas de Canal 9 puede que estribe en que la valent¨ªa no se mide por lo que se puede ganar, sino por lo que se est¨¢ dispuesto a perder. La basura est¨¢ para limpiarla, se sea periodista o empleado de la brigada municipal.
En Espa?a lejos de gobernar, el miedo hace que se siga mandando, que no es lo mismo. El legislativo, el ejecutivo y el judicial se hallan en permanente estado de cuestionamiento cuando no de sospecha. Ordenan dentro y temen a Europa, al mundo, a cualquier cosa que est¨¦ fuera, sea el tribunal de Estrasburgo, la regulaci¨®n europea y hasta Gibraltar o Catalu?a. Cu¨¢ntos miedos y cu¨¢ntas inseguridades, cada d¨ªa, en tertulias, declaraciones y art¨ªculos¡ La democracia, lejos de conjurar la Espa?a de siempre la ha mantenido poco menos que intacta. ?Qu¨¦ barbaridad, una sandalia m¨¢s grande que el Prestige y que el indulto a Rodr¨ªguez Galindo! ?Si ni siquiera se la ha comprado en una sastrer¨ªa de Valencia!
La desproporci¨®n del tratamiento medi¨¢tico ha sido tan grande que nos empuja hasta a aquellos que no sentimos aprecio alguno por los aspavientos. Le gritan a David Fern¨¢ndez lo que no tienen valor de decirle a Rodrigo Rato, de la misma manera que la caverna se ensa?aba con los barrenderos o que en Canal9 se re¨ªan de M¨°nica Oltra, la portavoz de Comprom¨ªs
?Qu¨¦ pa¨ªs tan inseguro de s¨ª mismo! El miedo conlleva desde negar un refer¨¦ndum por lo que pueda salir a no admitir la derrota en la candidatura a unos Juegos Ol¨ªmpicos, ¡°no nos han vencido¡±, dec¨ªa la delegaci¨®n a la vuelta. Est¨¢bamos en la Champions League de la econom¨ªa, ¨ªbamos a llamar a la puerta del G-8, pura fanfarroner¨ªa, la hidalgu¨ªa de siempre.
De Perejil a la alambrada de cuchillas; de Gibraltar a los partidos amistosos con el r¨¦gimen de Guinea Ecuatorial; del desgraciado toro de Tordesillas a un pobre elefante botsuan¨¦s, la valent¨ªa espa?ola se queda en mercanc¨ªa de consumo interno. Hemos vivido la cobard¨ªa del terrorismo, la del GAL y hasta la de una vergonzosa doctrina Parot. No se le ocurra plantear un refer¨¦ndum democr¨¢tico, pac¨ªfico y pactado, que eso no cabe en la Constituci¨®n y va acabar en la c¨¢rcel.
Gracias a la casta, al orgullo, a la raza y hasta a la Roja, Espa?a es hoy un estado incapaz de mirarse al espejo. Por puro miedo, intenta solucionarlo todo desde hace siglos con testosterona, pero la testosterona es a la valent¨ªa lo que el abuso al di¨¢logo y lo que el aspaviento al compromiso. As¨ª le va. Los que deber¨ªan tener alguna precauci¨®n, quienes tendr¨ªan que tener alg¨²n tipo de miedo de las consecuencias de sus actos saben que no les hace ninguna falta, que caer¨¢n de pie pase lo que pase. Lo realmente grave, lo inadmisible es la sandalia de Fern¨¢ndez, las camisetas de M¨°nica Oltra, el barrendero de Madrid o el derecho a decidir.
Nada se penaliza tanto en Espa?a como la valent¨ªa.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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