Santi Mina se hace mayor

Parec¨ªa un partido de porteros, con dos secundarios como Sergio y Herrer¨ªn reivindicando su capacidad, manteniendo a raya todos los intentos de los delanteros. Pero era el partido de Santi Mina, una joya que hoy cumpl¨ªa 18 a?os y que en la mism¨ªsima puesta de largo del nuevo San Mam¨¦s ya hab¨ªa presentado credenciales con su estreno goleador en Primera. Marc¨® en un bonito partido copero, aire fresco en una competici¨®n tan vilipendiada por los federativos.

Hijo de un aguerrido defensor celeste en los ochenta, estamos ante un estilista al que Luis Enrique ha venido empleando ca¨ªdo a las bandas. Pero Mina es delantero y muy bueno. Sus destellos de clase incomodaron al Athletic en su punto m¨¢s vulnerable, el eje de la zaga. Por ah¨ª encontr¨® primero una opci¨®n de gol que se fue al limbo por la actuaci¨®n de Herrer¨ªn y, a la postre, la r¨²brica: un tanto que obliga a que San Mam¨¦s vuelva a vestir las galas de la remontada. El Celta sud¨® una victoria que pudo irse a Bilbao. Se le complic¨® la tarde en cuanto el Athletic ajust¨® la presi¨®n y le incomod¨® la salida de la pelota desde atr¨¢s. En estos casos suele echarse en falta al ausente y Borja Oubi?a, el futbolista referencial para esas situaciones en el Celta estaba en la grada. Posiblemente tampoco hubiera solucionado el problema porque el equipo de Luis Enrique no termina de ajustarse en esa suerte. Se est¨¢ construyendo algo nuevo en Vigo y en bastantes ocasiones el equipo lo sufre. Tambi¨¦n lo disfruta porque es atrevido y tiene pase de gol. No le sobra punter¨ªa.

El Athletic est¨¢ m¨¢s maduro. Se ajust¨® en torno a la presi¨®n y la falta de precisi¨®n del Celta, siempre atento a realizar transiciones r¨¢pidas en ataque. Se dej¨® la pelota en esa liza el cuadro gallego y fue ah¨ª cuando comenz¨® a encontrarse c¨®modo el Athletic, un relax ficticio porque siempre deb¨ªa mirar el retrovisor. El Celta aboca los partidos a un ida y vuelta pleno de ritmo, a un aparente descontrol que le pudo dejar a remolque del rival desde los primeros minutos si primero Muniain y luego Herrera hubiesen aprovechado sendos centros de Toquero, tan esforzado como acostumbra, pr¨®digo en soluciones para sus compa?eros y desajustes en la zaga rival cada vez que cruzaba el frente del ataque hacia los flancos. Pero pasada la media hora los mejores momentos del Athletic hab¨ªan quedado atr¨¢s. Todo su esfuerzo hab¨ªa muerto en el ¨¢rea, donde careci¨® de acierto. No lo hab¨ªa tenido en aquellas dos tempraneras incursiones de Toquero ni tampoco en un error garrafal de la defensa celeste, cuando ante un falta pr¨®xima al ¨¢rea unos tomaron direcci¨®n este y otros caminaron hacia el oeste. San Jos¨¦ se qued¨® en el sitio y le cay¨® la pelota en los pies. El que quiz¨¢s sea el defensa con m¨¢s olfato de gol del f¨²tbol espa?ol remat¨® desviado una de esas opciones que en la suma final suele tenerse en cuenta. Su fallo coincidi¨® adem¨¢s con el desplome del Athletic, que se evidenci¨® en el inicio de la segunda parte. Madur¨® un poco m¨¢s la salida del bal¨®n el Celta, siempre con un cierto riesgo, pero fue m¨¢s minucioso. Tampoco era sencillo mantener el despliegue f¨ªsico anterior, pero el caso es que el Athetic dio un paso atr¨¢s.

Atendi¨® al contragolpe con Muniain, pero padeci¨® ante el despliegue celeste. Fue a esas alturas cuando semejaba irreconducible la tiran¨ªa de los metas, pero Santi Mina no hab¨ªa dicho su ¨²ltima palabra. Aprovech¨® un error garrafal de Gurpegi en una acci¨®n aparentemente inocua, pele¨® la pelota ante Herrer¨ªn y obtuvo premio en el rechace para marcar a puerta vac¨ªa. Con veinte minutos por delante, la necesidad de marcar evidenci¨® que futbol¨ªsticamente del Athletic apenas quedaban cenizas. Ni los cambios (Be?at volvi¨® a quedarse al margen), ni las prisas le hicieron reavivarse. Restaba la casta, que no es mal plan ante un equipo tan novato como el Celta, tan tembloroso atr¨¢s cuando le aprietan. Y en ese escenario Aduriz es una mala visita. Un remate suyo oblig¨® a un ¨²ltimo alarde de Sergio, otro m¨¢s suscit¨® la demanda de un penalti que no pareci¨® evidente por presumible mano de Jonathan Vila. Se hab¨ªa ido el Athletic y cuando quiso volver ya era demasiado tarde. Continuar¨¢.