Las volteretas animan el inicio del campeonato de mano parejas
Olaizola II y Aretxabaleta remontan un 12-18 para imponerse por la m¨ªnima a Berasaluze Ii y Albisu en un gran partido
El campeonato de mano por parejas ha adelantado su posible final en el mismo d¨ªa de su estreno. Lo ha hecho en el front¨®n Bizkaia con uno de los partidos de m¨¢s calidad y emoci¨®n de las ¨²ltimas programaciones. El imbatido Olaizola junto a la revelaci¨®n Aretxabaleta han sido capaces de remontar un 12-18 que se antojaba definitivo ante un certero rematador Berasaluze y un solvente Albisu para llevarse la apurada victoria con un 22-21 que ha crujido las apuestas.
Un partido de corte similar supondr¨ªa una final sin duda para recordar. Ha ocurrido, en cambio, a las primeras de cambio del campeonato, pero as¨ª le aporta m¨¢s emoci¨®n. En realidad, el arranque se ha visto envuelto por las volteretas y el buen juego, sobre todo en el segundo partido, despu¨¦s de asistir a otro rato de m¨¢s emoci¨®n que juego en el primer compromiso tambi¨¦n resuelto a partir del empate a 20 y con alternativas frecuentes.
Aunque las cuatro parejas compet¨ªan en el mismo torneo, no todas son iguales. La sucesi¨®n de algunos tantos en el duelo Olaizola-Berasaluze son incomparables con el partido entre Urrutikoetxea y Beroiz frente a Xala y Zubieta. Vaya, que todav¨ªa hay categor¨ªas muy definidas en el escalaf¨®n, incluidos delanteros y zagueros.
Las empresas idearon una doble combinaci¨®n en la fiesta de Santo Tom¨¢s para alegrar las gradas del front¨®n Bizkaia. Acertaron. Escogieron para la ocasi¨®n a los dos referentes de la pelota vizca¨ªna para as¨ª asegurarse la masa cr¨ªtica desde las butacas. Berasaluze II y Urrutikoetxea bien que lo intentaron pero les falt¨® la gota final de suerte para solventar unos partidos que durante muchos minutos tuvieron en sus manos.
Si ante el mejor Irujo dentro del cuatro y medio Olaizola fue capaz de superarle con amplitud, en la pelea con Berasaluze II estuvo a un tanto de hincar la rodilla. Pero es el gladiador que jam¨¢s se entrega. En cualquier front¨®n, un 18-12 invita a devolver las traviesas porque nadie conf¨ªa en las remontadas entre pelotaris curtidos. Con el delantero navarro la esperanza es lo ¨²ltimo que se pierde.
Hab¨ªa mandado con autoridad el pelotari vizca¨ªno con tacadas que acabaron por sacar del sitio a Olaizola, sobre todo en un 17-12 donde empezaba a temerse lo peor para su suerte. Ante se hab¨ªa vuelto a esforzar para neutralizar otra amplia desventaja, y en el empe?o siempre ha contado con el auxilio de un zaguero, Aretxabaleta, llamado a dar grandes tardes.
Con el ritmo de remates y de pelotazos al l¨ªmite del rebote, el espect¨¢culo sal¨ªa ganando. Solo quedaba la emoci¨®n, pero lleg¨®. Lo hizo con los empates a 18, todo un s¨ªmbolo de la capacidad de sufrimiento de Olaizola que apadrin¨® con la templanza a su compa?ero, y a 20. Y a¨²n quedaba el decisivo 21 iguales. Bien es cierto que Berasaluze II lo pudo haber evitado y quedarse con el triunfo, pero la inspiraci¨®n anterior se le gast¨® cuando m¨¢s la necesitaba. Al final, Albisu golpe¨® muy bajo y sus ilusiones se deshicieron.
A Urrutikoetxea y Beroiz le ocurri¨® lo mismo y perdieron en este caso 22-20. Controlando a su favor el partido hasta su ecuador, los j¨®venes vieron como todav¨ªa la veteran¨ªa es m¨¢s que un grado, Xala, sin aspavientos, y Zubieta con sus recados fueron recortando la desventaja hasta ponerse por delante. Claro que hubo que esperar al empate a 20 tantos, pero el delantero vizca¨ªno sigue sin disponer todav¨ªa de esa capacidad letal para matar un partido. Le queda recorrido.
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