Mirando hacia oriente
La Navidad es un tiempo adecuado para volver la vista hacia Oriente. No estar¨ªa de m¨¢s que lo hici¨¦ramos a menudo para volver a descubrir los valores de dignidad humana, de justicia social, y de solidaridad, que se proclamaron en Palestina hace veinte siglos, y que tan ¨²tiles ser¨ªan para hacer m¨¢s civilizadas y habitables nuestras sociedades actuales. Pero no es esta la intenci¨®n de mi art¨ªculo, ya que no quisiera que suene a serm¨®n. Voy a hablar de otro tema distinto, pero que tambi¨¦n obliga a los europeos a mirar hacia el Este. No voy a hablar de los valores, sino de un recurso material que tambi¨¦n nos hace falta, que tambi¨¦n llega de oriente, y que deber¨ªa preocuparnos mucho m¨¢s de lo que nos preocupa: la energ¨ªa.
Europa es uno de los mayores consumidores de energ¨ªa del planeta, y una de las zonas con menos recursos energ¨¦ticos. Hemos podido vivir durante dos siglos en un alto nivel de consumo y de bienestar, gracias al petr¨®leo y al gas natural que nos han ido llegando, casi exclusivamente, del Este de nuestras fronteras (Oriente medio, el Mediterr¨¢neo oriental, y Rusia). Con un gran conocimiento personal directo, nos recordaba hace unos d¨ªas Javier Solana que los equilibrios pol¨ªticos en estas zonas son inestables y que son altas las probabilidades de que cambien. A?adiendo bastantes apreciaciones m¨ªas, lo concreto desde tres miradas.
Europa necesita una mayor integraci¨®n de las pol¨ªticas energ¨¦ticas para asegurar el suministro y la estabilidad
1. Hacia el Noreste. A ra¨ªz del desastre de Fukushima, y presionada su cancillera por los Verdes y por una parte de la opini¨®n p¨²blica, Alemania decidi¨® iniciar un proceso de eliminaci¨®n de sus centrales nucleares para poder prescindir de esta energ¨ªa. Esta decisi¨®n no hubiera sido posible sin disponer ya de grandes cantidades de gas, fruto de que el gobierno anterior hab¨ªa cerrado un acuerdo muy importante con Rusia para recibir, a trav¨¦s de Ucrania y del B¨¢ltico, cantidades enormes de gas durante los pr¨®ximos a?os. Estas dos decisiones, seguramente comprensibles desde el punto de vista de la seguridad, aumentan mucho la dependencia alemana del exterior y suponen un acuerdo estrat¨¦gico con Rusia y algunas rep¨²blicas ex sovi¨¦ticas. Creo que ¨¦ste es un elemento m¨¢s en el dilema alem¨¢n, entre su fuerte encaje actual con los pa¨ªses situados hacia el Oeste de Europa, y la ampl¨ªsima zona en direcci¨®n a Asia en la que siempre ha deseado influir. No es imposible que algunos de los conflictos que se observan en la UE y en su vecindad oriental (Ucrania¡), se puedan leer mejor desde esta perspectiva, y puedan seguir aumentando mientras la pol¨ªtica energ¨¦tica de la UE siga siendo competencia de los estados.
2. Hacia el Este. Para hablar de Oriente medio, hay que empezar observando un fen¨®meno ocurrido en Am¨¦rica. Gracias a las grandes reservas de pizarras bituminosas en algunas ¨¢reas como N. Dakota, y gracias a la tecnolog¨ªa de extracci¨®n llamada fracking, desde hace un tiempo, las importaciones norteamericanas de petr¨®leo y de gas han ido disminuyendo, y este a?o los EE.UU se han convertido ya en un pa¨ªs autosuficiente en estos recursos. Aparte de ventajas en los precios, hay otra consecuencia que Europa no debe dejar de tener en cuenta: una parte importante del inter¨¦s americano por el Oriente Medio est¨¢ desapareciendo, y su pol¨ªtica de asegurarse (y indirectamente asegurarnos) los suministros de combustible desde la zona cambiar¨¢.
Gracias a las reservas de pizarras bituminosas en? Dakota y gracias a la tecnolog¨ªa de extracci¨®n, las importaciones norteamericanas de petr¨®leo y de gas han ido bajando
Esto puede suponer una revisi¨®n de las alianzas con algunos pa¨ªses ¨¢rabes para asegurar la extracci¨®n, y reducir la actual garant¨ªa de navegabilidad por el estrecho de Ormuz y el canal de Suez. Los recientes cambios en las relaciones con Ir¨¢n, as¨ª como la actitud respecto a Siria son ya un anticipo de este giro. Es casi seguro que un nuevo papel de EEUU en la zona influir¨¢ en el de Arabia, Israel, Kuwait, Ir¨¢n y Turqu¨ªa en perjuicio de los dos primeros y beneficio de los dos ¨²ltimos. Esto, y la creciente presencia China, obliga a una nueva pol¨ªtica de la UE en el campo energ¨¦tico que no puede seguir haci¨¦ndose a nivel de cada Estado, ya que tiene derivaciones de todo tipo en el escenario mundial.
3. Hacia el Sureste. Una mirada m¨¢s cercana: los suministros de petr¨®leo y gas procedentes de Argelia y Libia son vitales para poder mantener el consumo de los pa¨ªses europeos mediterr¨¢neos, y especialmente de Italia y Espa?a. La inestabilidad de esta zona tras la ¡®primavera ¨¢rabe¡¯ no se puede considerar recuperada, y por ello no hay que descartar futuros problemas de suministro. Italia est¨¢ m¨¢s preparada para esta eventualidad, gracias a su fuerte interconexi¨®n el¨¦ctrica y gasista con la Europa central, pero Espa?a sigue siendo una isla energ¨¦tica. Nuevamente, en este aspecto, deber¨ªamos ser de los m¨¢s interesados en una fuerte integraci¨®n de las pol¨ªticas energ¨¦ticas europeas, que son las que nos pueden dar mayor estabilidad de futuro.
Concluyo con una esperanza navide?a: deseo que, en este tema y en otros, sepamos levantar las miradas por encima del corto plazo y m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras como ¨²nica forma de preparar el futuro para los que lo vivir¨¢n.
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.
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