Desahuciada y presa de la burocracia
Una viguesa con dos hijas menores y sin ingresos relata su odisea para buscar ayuda No tiene ingresos para pagar el piso en el que vive
Como desde hace unos 10 a?os casi todo lo que pod¨ªa salir mal le ha salido fatal, Anal¨ªa Mel¨®n no se lo acaba de creer. Desde que una malformaci¨®n cong¨¦nita de su hija peque?a le hizo perder el contacto con el mundo laboral, todo fue empeorando al ritmo que marcaba la crisis: perdi¨® el trabajo, perdi¨® a su madre, se separ¨® y su exmarido se volatiliz¨®, y con ¨¦l la pensi¨®n para sus dos hijas, de 10 y 15 a?os. Quiz¨¢s por eso celebra con una mueca de escepticismo la palabra del alcalde de Vigo, Abel Caballero, que ayer se comprometi¨® a facilitarle un piso que evite el destino de la familia se encuentre debajo de un cart¨®n.
Hija de un vecino de Teis pero nacida en Argentina, Anal¨ªa lleva en Vigo desde los 18. Al principio todo fue sobre ruedas, sobre todo si se compara la Espa?a de los noventa con la Argentina del momento. Tanto es as¨ª que incluso cuando el pa¨ªs se comenzaba a sumergir en la penuria, todo le parec¨ªa poca cosa a una pareja que conoci¨® una de las peores miserias de Latinoam¨¦rica. ?l trabajaba de carpintero y ella sum¨® m¨¢s de 10 a?os de servicios como auxiliar en una cl¨ªnica. Desde que tuvo que descuidar el trabajo para atender a su hija ya nada volvi¨® a ser lo mismo. Y la situaci¨®n se agrav¨® cuando perdi¨® a su madre, cuya pensi¨®n era uno de sus principales sustentos. ¡°Se me fue complicando la vida¡±, relata. Pero su historia no revienta hasta marzo de 2013, cuando, de un d¨ªa para otro, el que fue su pareja durante casi 30 a?os pone un oc¨¦ano de por medio, dejando a su mujer y a sus dos hijas casi sin ingresos y con una deuda con la due?a del piso en el que a¨²n vive, en la calle Pizarro de Vigo, de casi 4.000 euros. Desde entonces, la cantidad no ha dejado de engordar. La arrendadora, a la que debe ya m¨¢s de 7.300, no ha recurrido a la justicia. El suyo ser¨¢ un desahucio pactado. ¡°Ella no quiere ocasionarme m¨¢s problemas, no ha pedido una orden de desahucio, pero yo le he dado mi palabra de que nos vamos y nos vamos¡±.
El problema es a d¨®nde. Y ah¨ª empiezan los l¨ªos administrativos, pol¨ªticos y hasta medi¨¢ticos. ¡°Me siento utilizada por unos peri¨®dicos que atacan o defienden al alcalde utilizando mi caso¡±, lamenta. Y tambi¨¦n ¡°por los pol¨ªticos que solo quieren hacer da?o a pol¨ªticos de otros partidos¡±. ¡°La Xunta le echa la culpa al Ayuntamiento y el Ayuntamiento echa balones al tejado de la Xunta¡±, acusa Anal¨ªa. Del Gobierno gallego espera una Risga, la renta de integraci¨®n social, ¡°de tramitaci¨®n interminable¡±. Y en la casa consistorial ha encontrado ¡°burocracia administrativa¡± e ¡°informaciones contradictorias¡± sobre las posibilidades de ayudas. Como el alcalde ya hab¨ªa apuntado su disposici¨®n a involucrarse en su caso, la Plataforma de Afectados por las Hipotecas convoc¨® una concentraci¨®n ayer delante del Ayuntamiento de Vigo. El concejal de Participaci¨®n Ciudadana, Santos H¨¦ctor, se prest¨® a recibirla. Y finalmente fue Abel Caballero quien hizo entrar en su despacho a la afectada, a la portavoz de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, Carla P¨¦rez, y a los fot¨®grafos de prensa. Le ofreci¨® dos posibilidades: un piso en el barrio de Navia para afectados por desahucios, aunque el suyo no lo sea en sentido estricto, u otro en el Calvario para v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. Ahora le toca esperar.
De momento ha esquivado la amenaza inicial de pasar las navidades sin techo, a pesar de que el 30 de diciembre venc¨ªa el plazo convenido para dejar el piso de Pizarro. La propietaria del piso le ha dado 10 d¨ªas m¨¢s, un horizonte que parece corto para que el Ayuntamiento resuelva la oferta de un piso de los que dispone. Pero a pesar de todos los reveses que le ha dado la vida, Anal¨ªa sigue creyendo en los milagros. Incluso el que hoy d¨ªa en Espa?a se presenta como el mayor de todos ellos: ¡°Busco trabajo, cualquier trabajo¡±.
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