El vitriolo a palo seco

El hombre que accedi¨® a venir de gira por Barcelona y Madrid apelando a las bondades de nuestro clima se encontr¨® anoche con una meteorolog¨ªa londinense, pero aplic¨® para los horarios una laxitud malasa?era. Hasta las 22.17 no asom¨® el pelirrojo de Walton-on-Thames, tan solitario como su sombrero, por el escenario de la Moby Dick. Disculp¨¢ndose porque no recalaba en la capital desde 1996 ¡°con mi banda de entonces¡± (?The Auteurs, demonios!) y prometiendo que aportar¨ªa una chispa de emoci¨®n a la tonalidad depresiva de la noche. Lo consigui¨®, sin duda. Aunque la soledad radical no es el formato que mejor le sienta a su repertorio.

Luke Haines tal vez sea un tipo caprichoso e impredecible, un perro verde en toda regla, pero su habilidad para escribir pop con regusto acre conoce muy pocas comparaciones. Las evoluciones arm¨®nicas son abruptas y cortantes, muy en la l¨ªnea de su admirado Lou Reed, y las fuentes de inspiraci¨®n se alejan muchas millas del romanticismo convencional. De hecho, el recital arranc¨® con los tres temas centrales de su reciente Rock and roll animals, un delirante cuento psicod¨¦lico en el que los protagonistas son las transmutaciones animales de Jimmy Pursey, Nick Lowe y Gene Vincent. El disco, aun con su regusto de capricho iconoclasta, evidencia que el genio de Haines destella hasta en las obras menores.

En esa misma l¨ªnea de inspirarse en m¨²sicos reales se sucedieron Alan Vega says y Lou Reed Lou Reed, la primera sobre el l¨ªder de los neoyorquinos Suicide y la segunda, un homenaje m¨¢s bien elemental y rampl¨®n a su ¨ªdolo. Flaco favor le hace con esos tres acordes a la memoria de quien no dud¨® en presentar como ¡°un tipo m¨¢s importante que esa banda de Liverpool¡±.

Por lo dem¨¢s, la ¨¢spera crudeza de una guitarra ac¨²stica como todo acompa?amiento dificulta enormemente el disfrute, y m¨¢s cuando hablamos de un hombre que siempre ha exhibido minuciosidad y lucidez a la hora de revestir sus canciones. El tono c¨¢ustico de New French girlfriend o Leeds United (¡°sobre esa ciudad taaan glamurosa¡±) pierde enteros en su desnudez: es vitriolo a palo seco, un trago solo apto para gargantas resistentes. Y solo la extraordinaria Lenny Valentino o Future generation, ambas fundamentales en la historia de The Auteurs, resisten el envite. Por eso Luke se conform¨® con unos prudentes 61 minutos antes de despedirse con esa mal¨¦vola media sonrisa. Tan suya.