Una acuarela de 2.600 bares
Carlos Puente Ortega lleva cinco a?os pintando Madrid a trav¨¦s de sus tabernas El 30% de sus cuadros fueron vendidos para los due?os de los restaurantes El pintor quiere dejar un registro de c¨®mo eran las fachadas de la capital
Desde que empez¨® a pintar acuarelas, cuando todav¨ªa era un adolescente, Carlos Puente Ortega tiene una pasi¨®n: retratar su ciudad, Madrid. En su estudio, que tambi¨¦n revela la preferencia del artista por el trazo impresionista, hay cuadros que reflejan desde la Gran V¨ªa y la plaza Mayor hasta rincones y locales desconocidos. Pero para este artista de 48 a?os hay algo en especial que caracteriza la capital: los bares. Seg¨²n cree, en cada calle hay por lo menos uno. ¡°Creo que, si pinto las fachadas de todos los bares, pinto todo Madrid¡±, afirma.
Creo que, si pinto las fachadas de todos los locales, pintar¨¦ todo Madrid
Puente Ortega ¡ªcomo firma sus cuadros¡ª lleva casi cinco a?os trabajando en el proyecto Madrid a trav¨¦s de sus bares: ¡°Empec¨¦ por plaza de Castilla, donde viv¨ªa. Me gust¨® la idea; luego fui al centro y segu¨ª, segu¨ª¡¡±. Ya son m¨¢s de 2.600 bares, tabernas y restaurantes pintados con acuarela, y algunas zonas de la capital explotadas por completo. Su forma de trabajar es muy sencilla. Elige una parte de la ciudad por la que todav¨ªa no ha pasado ¡ª¡°ahora voy por Ventas, en la zona del Parque de las Avenidas¡±¡ª y da un paseo con su c¨¢mara. ¡°Me acerco, tomo apuntes, hago unas cuatro fotos desde angulos distintos de un bar, y luego voy al estudio para finalizar¡±, cuenta.
No pide permiso a los due?os de los locales pero, tras terminar su trabajo, vuelve a acercarse para ense?arles la peque?a acuarela, de 25 por 18 cent¨ªmetros. ¡°Les presento el proyecto y les ofrezco la obra. Muchos dicen: ¡®?Jo, es mi bar, qu¨¦ bonito!¡±. Pide 50 euros en principio, pero muchos due?os, encantados con la obra, le encargan hacer otra. ¡°Entonces ya son 90 euros. Si quieren un cuadro m¨¢s grande, como el que hice para el Caf¨¦ Pr¨ªncipe, de 50 por 35 cent¨ªmetros, puedo cobrar unos 300¡±, relata.
Puente Ortega calcula que el 30% de sus cuadros han sido adquiridos por los due?os de los locales. Estas obras cuelgan ahora de las paredes de algunos de los sitios m¨¢s t¨ªpicos de la capital, como Casa Labra, la chocolater¨ªa San Gin¨¦s, el restaurante Los Rotos, o el Caf¨¦ Oliver.
¡°Nos impresion¨® mucho su trabajo, principalmente por las formas y colores que usa. Le encargamos otra acuarela, del interior del restaurante, y luego otras tres m¨¢s de la fachada para tener en casa¡±, comenta Karim Chauvin, due?o del Caf¨¦ Oliver.
Quiero que el bar de la esquina sea tan importante como el Lhardy
A Puente Ortega le gusta pensar en Madrid como una gran sala de exposiciones: sue?a con que, en cada bar, en cada restaurante, en cada taberna, haya un cuadro suyo. Pero sus planes van m¨¢s all¨¢ de vender sus obras: quiere dejar un documento para el futuro. Quiere que, dentro de 50 a?os, haya un registro de c¨®mo eran los rincones, la gente y las fachadas de Madrid. ¡°Quiero hacer un libro¡±, cuenta mientras ense?a en su ordenador las carpetas con sus obras digitalizadas, ordenadas por zonas de la ciudad.
¡ª?Y c¨®mo va a elegir los bares que van a estar en el libro?
¡ªEse es el problema. No quiero que est¨¦n solo los importantes. Quiero que est¨¦n todos.
¡ª?Todos?
¡ªEs que quiero que el bar de la esquina sea tan importante como el restaurante Lhardy. Cada uno tiene su propia identidad.
El arte siempre estuvo en su entorno: su padre, que tambi¨¦n se llamaba Carlos, fue el publicitario creador de la campa?a de Renfe Papa, ven en tren (1973), adem¨¢s de pintor; su t¨ªo, Jos¨¦, era un importante retratista de Madrid y sus costumbres, y un pintor de toros.
El estudio donde lleva dos semanas viviendo, ubicado en la localidad de Villanueva del Pardillo, revela las distintas fases e influencias del artista: cuadros pintados con ¨®leo y acr¨ªlico, retratos de toros y caballos... Y de Madrid, por supuesto. Puente siempre ha preferido, sin embargo, la acuarela para expresarse. El trazo impresionista caracter¨ªstico de sus obras surgi¨®, seg¨²n cuenta, tras hacer la carrera de arquitectura: ¡°Ten¨ªa que ser todo muy calculado, bien dise?ado... Pero poco a poco me fui liberando¡±.
El dinero pasa a segundo plano cuando la gente mira y se sorprende
El problema est¨¢ a la hora de pagar las facturas. Puente Ortega no tiene otra ocupaci¨®n. Tiene que, todos los meses, luchar para sacar alg¨²n dinero de su arte. Da clases, pinta cuadros por encargo, lleva sus obras a galer¨ªas, organiza exposiciones... Est¨¢ obligado a buscarse la vida de modo constante. ¡°No tengo jefe, yo mismo gestiono mi trabajo. Tampoco tengo sueldo fijo, ni paga extra, pero tengo que pagar el alquiler todos los meses¡±, narra.
Explica, adem¨¢s, que antes de la crisis lograba vender m¨¢s cuadros: ¡°Si este proyecto se me ocurre hace 12 a?os, me hubiera ido mucho mejor. Es una pena que muchos no vean que es un gasto que merece la pena. Una acuarela es para siempre¡±.
Puente Ortega no piensa parar. Calcula que hay alrededor de 12.000 bares y restaurantes en Madrid ¡ªseg¨²n el anuario econ¨®mico de La Caixa, eran 17.271 en 2013¡ª y quiere concluir, sin prisa, el proyecto. ¡°Hay gente muy esc¨¦ptica pero que, al ver el cuadro de su propio bar, se emociona. Es algo muy bonito. El dinero pasa a segundo plano cuando haces algo que la gente mira y se sorprende¡±, concluye.
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