Una imputada revela que Marsal cobr¨® a la patronal del metal por trabajos ficticios
El expresidente de la UPM dijo a su socia que los pagos eran ¡°dietas¡± y ¡°viajes¡±
Una imputada por colaborar en el presunto desv¨ªo de fondos de la patronal del metal ha puesto a su expresidente, Antoni Marsal ¡ªprincipal implicado en la trama¡ª contra las cuerdas. Marsal est¨¢ acusado de apoderarse de unos 600.000 euros de la Uni¨®n Patronal Metal¨²rgica (UPM) mediante empresas interpuestas que cobraron por trabajos ficticios. La mitad de ese dinero fue a cuenta de subvenciones p¨²blicas destinadas a organizar cursos de formaci¨®n. Maria Ricoma, que fue socia de Marsal en una de esas sociedades, corrobor¨®, en su declaraci¨®n ante la juez la semana pasada, que Marsal no realiz¨® ning¨²n trabajo sobre formaci¨®n para la UPM.
Ricoma era copropietaria y gerente de MCR, una de las empresas que Marsal us¨®, supuestamente, para perpetrar el saqueo de la patronal del metal, que aglutina a 18.500 empresas en Catalu?a. La mujer, ya jubilada, explic¨® que MCR solo hizo tres trabajos reales para la UPM: dos sobre recursos humanos y otro sobre la situaci¨®n de la industria del metal en Barcelona. Aquel trabajo se ejecut¨® a finales de 2007 ¡ªcuando Marsal llevaba ya un a?o en la presidencia de la entidad¡ª¡ª y despert¨® las dudas de Ricoma.
Seg¨²n su declaraci¨®n, a la que ha tenido acceso EL PA?S, Ricoma ¡°plante¨® [a Marsal] si era ¨¦tico ese proyecto¡± dado que su socio era, adem¨¢s, presidente de la UPM, un cargo no remunerado. Marsal, siempre seg¨²n la versi¨®n de la imputada, ¡°le respondi¨® que se iba a hacer de forma transparente¡± porque informar¨ªa ¡°al comit¨¦ ejecutivo¡± de la patronal.
Marsal, adem¨¢s, ¡°le avis¨® de que, si ve¨ªa movimientos econ¨®micos en las cuentas eran cosas suyas¡±. Y ¡°no le dio ninguna explicaci¨®n ni le alert¨®¡± de que MCR estaba emitiendo facturas para que las abonara UPM. La gerente lleg¨® a reprocharle ¡ªsigue su versi¨®n¡ª que el cargo de presidente de la patronal no tiene sueldo y ¨¦l le respondi¨® que los ingresos ¡°obedec¨ªan a dietas o viajes¡±. Ricoma no lleg¨® a preguntarle, admiti¨®, por qu¨¦ el dinero de la UPM iba a parar a MCR y no a alguna cuenta personal de Marsal.
La gerente a?adi¨® que su funci¨®n era ¡°t¨¦cnica¡± y que el responsable de la contabilidad era Marsal, al que conoci¨® cuando era directora de recursos humanos de Estampaciones Sabadell. Marsal dirigi¨® durante 23 a?os la empresa, propiedad de su suegro, hasta que se separ¨® de su mujer. Tras caer como s¨ªmbolo del Vall¨¨s Industrial, trat¨® de disputar la presidencia de Fomento del Trabajo y acab¨® alcanzando, en 2006, la presidencia de la UPM. La pasada primavera fue detenido y, hasta ahora, ha permanecido en silencio.
La misma estrategia de ocultaci¨®n que emple¨®, presuntamente, con su socia, la aplic¨® con otro de los imputados por colaborar en el desv¨ªo de fondos: ?ngel Blesa, que fue jefe de la inspecci¨®n de Hacienda en Catalu?a a mediados de los 90. La juez sospecha que Blesa se prest¨® a emitir tres facturas falsas en 2008 (por un importe total que ronda los 60.000 euros) a Marsal y que este utiliz¨® esas facturas para apropiarse de dinero de los cursos de formaci¨®n. En su declaraci¨®n, Blesa admiti¨® la realidad de los hechos, pero ¡°con matices¡±.
Seg¨²n el excargo de Hacienda, Marsal le explic¨® que quer¨ªa ¡°reorientar las actividades formativas¡± y que contaba para ello con su empresa, que ya prestaba servicios de asesor¨ªa fiscal a la UPM. M¨¢s tarde, sin embargo, le dijo que ya ten¨ªa a otra empresa, que result¨® ser la del propio Marsal. Con la excusa de que esa empresa ten¨ªa ¡°alg¨²n problema¡± de homologaci¨®n, seg¨²n Blesa, Marsal le pidi¨® que emitiera las facturas y despu¨¦s pagara los honorarios a esa tercera empresa, como un favor. Blesa accedi¨® a ello ¡°porque se lo ped¨ªa el presidente de la UPM, persona que le parec¨ªa no sospechosa de actuaciones incorrectas¡± y porque ¡°no es una pr¨¢ctica infrecuente en todo tipo de despachos¡±. Cre¨ªa, adem¨¢s, que ¡°los servicios se hab¨ªan prestado por parte de ese tercero¡±. Marsal, matiz¨®, ¡°no le explic¨®¡±, en ning¨²n momento, su vinculaci¨®n con la sociedad.
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