¡°No es contigo, es con tu hermano pero te agarramos a ti¡±
El empresario secuentrado en Lal¨ªn asegur¨® que pensaba que sus captores lo matar¨ªan
Si el rescate de la Guardia Civil al maderero de Cambre que pas¨® cinco d¨ªas retenido en un galp¨®n de Lal¨ªn fue espectacular, la intrahistoria de como se desarroll¨® este secuestro extorsivo en el que se embarcaron, supuestamente, ocho personas de cierta edad es rocambolesca. ¡°No es contigo, es con tu hermano pero viniste t¨² y te agarramos a ti¡±, le dijeron.
El s¨¢bado 25, un d¨ªa despu¨¦s de ser liberado, Abel Di¨¦guez Neira, el empresario de 41 a?os, relat¨® a los agentes lo ocurrido desde la tarde del 18, cuando acudi¨® enga?ado a ver unos terrenos en Montesalgueiro (Aranga) hasta la madrugada del 24, cuando los agentes lo sacaron de un cobertizo diminuto y g¨¦lido donde estaba tirado sobre un colch¨®n y rodeado de porquer¨ªa. Di¨¦guez lo cuenta en una extensa declaraci¨®n de siete folios a la que ha tenido acceso este diario. Al que llamaban el 'jefe', Jes¨²s Mejuto, presunto cabecilla, le confes¨® desde el primer momento que buscaba a su hermano (Jorge) por un viejo pufo familiar a cuenta de la madera de unos montes en Palas de Rei que dej¨® a medio pagar -faltaban 12.000 euros de los 34.000 comprometidos- pero se equivocaron de objetivo y se lo llevaron a ¨¦l igualmente. Amenazaron a la familia Di¨¦guez con mutilarlo si no pagaban pronto los 70.000 euros que exig¨ªan a cambio de su vida y planeaban matarlo para deshacerse de ¨¦l aunque ya sab¨ªan, as¨ª lo cuenta Abel, que hac¨ªa cuatro a?os que no se trataba con su hermano.
Nada m¨¢s bajarse del coche en una pista forestal, un hombre lo apunt¨® con un arma y otros dos lo redujeron hasta noquearlo en el maletero de un Renault 19. Maniatado, logr¨® manipular una de las luces del freno con la esperanza de que los detuviese alguna patrulla por el camino e incluso logr¨® abrir el maletero y trat¨® de llamar la atenci¨®n de alguna persona durante una breve parada en Sobrado dos Monxes. Cuenta que pas¨® la primera noche de su secuestro pr¨¢cticamente a la intemperie, en pleno monte bajo el granizo con el rostro cubierto por un gorro de lana y tap¨¢ndose con unas mantas mojadas y una capa de hierba. Lleg¨® a entablar conversaci¨®n con alguno de sus captores, que lo mismo le gastaban una broma que se mofaban de ¨¦l y amenazaban con matarlo inmediatamente y, acto seguido, le ofrec¨ªan vino, pulpo o rexada, una comida que sab¨ªa que era t¨ªpica de Lal¨ªn. Quer¨ªan, cont¨® Di¨¦guez a los investigadores, el dinero r¨¢pido y en efectivo, y el descontrol era tal que hasta se les dispar¨® un arma sin seguro. La segunda noche lo trasladaron en coche a un cobertizo donde se tumb¨® tiritando y custodiado, desde dentro, por un hombre y una mujer. El 'jefe' lo visitaba a diario y le pidi¨® que le escribiera una carta a su esposa. Alardeaban de sus contactos en la polic¨ªa y explicaban como hab¨ªan logrado colarse en el portal de su casa de Cambre para dejar la misiva, precisamente, el momento en el que la Guardia Civil empez¨® a tirar del hilo hasta dar con la vivienda de Xar (Lal¨ªn). El jueves por la tarde, v¨ªspera del d¨ªa fijado para el intercambio, todos estaban 'muy nerviosos'. Uno de sus carceleros roncaba tanto dentro del cobertizo -apunt¨®- que no pod¨ªa dormir. Oy¨® gritos y luces y entraron hombres con cascos y armas de asalto. Crey¨® que lo iban a matar. Era la Guardia Civil que lo hab¨ªa rescatado.
Entre Lal¨ªn y Melide, detuvieron a ocho personas, seis varones y dos mujeres, casi todos emparentados. Son Jes¨²s Metujo, el presunto cerebro, un hijo suyo, su hermano y su cu?ada, los padres de la mujer, un matrimonio que rondaba los setenta y que eran los propietarios de la casa de Xar, y dos hombres m¨¢s, el que hizo de cebo para el falso negocio y otro, un expolic¨ªa calvo que hac¨ªa de carcelero y fanfarroneaba de haber matado a 15 o 16 etarras. El domingo, el juzgado de guardia de Betanzos los envi¨® a todos a la prisi¨®n de Teixeiro y la jueza instructora lo ratific¨® este mi¨¦rcoles. Les imputa a todos un delito de secuestro y a algunos -a¨²n por determinar- tenencia il¨ªcita de armas.
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