Vinos en re (o en fa) mayor

?Una cata de vinos con m¨²sica en vivo de acompa?amiento? ?Un concierto con una selecci¨®n de vinos para ilustrar las diferentes obras musicales? Los Teatros del Canal acaban de inaugurar un ciclo de seis Noches de vino y m¨²sica, en las que el maridaje sonoro cobra un protagonismo determinante. En la primera cata los vinos elegidos eran de campanillas. En primer lugar un eis wein, o vino de hielo, Gramona del Pened¨¦s, para el que se puso en correspondencia un movimiento del Cuarteto modal, de 1957, de la compositora asturiana instalada en Mexico Mar¨ªa Teresa Prieto, interpretado por el Cuarteto Diapente.

Los comentarios de introducci¨®n enol¨®gico-musical a cada uno de los di¨¢logos fueron llevados con conocimiento y amenidad por Mayte Santa Cecilia, sumiller de las Bodegas del mismo nombre y responsable de la selecci¨®n, y por el compositor y director de orquesta Jos¨¦ Ram¨®n Encinar.

Despu¨¦s vendr¨ªa un Rioja Alta 904, de la excelente a?ada de 2001, para el que se recurri¨® al andante del cuarteto n? 8 en fa mayor, de Mozart. El tercer movimiento de esta particular sinfon¨ªa sonora tuvo como invitado de lujo a Pesquera Reserva especial de 2003. Se rindi¨® homenaje al en¨®logo Alejandro Fern¨¢ndez y se ilustr¨® con el allegretto del cuarteto n? 4 en re mayor, de Shostakovich. Para terminar la fiesta salt¨® a escena el Priorato Terrasses de 2011, hermano menor de La Ermita, recalc¨¢ndose el equilibrio entre ¡°naturaleza, territorio e historia¡±, recordando las palabras del en¨®logo ?lvaro Palacios, art¨ªfice de este vino e investigador infatigable en la b¨²squeda de una sinton¨ªa entre ¡°espacio y tiempo¡± aplicada a la creaci¨®n vin¨ªcola. No se recurri¨® para la ocasi¨®n a la m¨²sica de Wagner en Parsifal (por lo de la referencia al espacio y tiempo), sino a Dvor¨¢k, a trav¨¦s de un par de piezas de Los cipreses.

La ceremonia de iniciaci¨®n, llam¨¦mosla as¨ª, tuvo lugar en la Sala Negra, un lugar de ensayos que hizo honor a su cometido b¨¢sico. El p¨²blico asistente sigui¨® en estado casi religioso el juego de complicidades e interrelaciones. Albert Boadella, que ya hab¨ªa presentado a los medios de comunicaci¨®n esta experiencia poco antes, sonre¨ªa satisfecho por la aventura. No era para menos. Los vinos eran magn¨ªficos y las m¨²sicas no se quedaban a la zaga. Pod¨ªan haberse realizado otras correspondencias, qu¨¦ duda cabe, pero la velada funcion¨® por su car¨¢cter sensorial y l¨²dico. Los maestros de ceremonias centraron con acierto las claves del experimento y el cuarteto respondi¨® con calidad (No bebieron ni una gota, todo hay que decirlo). Se pretende que el ciclo culmine en junio con vinos de la Comunidad de Madrid exclusivamente, y tambi¨¦n que participe en uno de los conciertos alguien ligado a la danza. De momento la segunda cata, para violonchelo y acorde¨®n, tiene un reparto de vinos de campeonato: un Chivite blanco, un Matarromera reserva, un Torremuga y un Numanthia. La cita, tomen nota, en marzo.