Susana pero en neoliberal

Hay coches que aceleran de cero a cien kil¨®metros en tan solo unos segundos. Hay partidos que recogen 10.000 avales en unas horas. Hay cambios de tiempo que oscurecen el cielo en unos minutos. Hay formaciones pol¨ªticas que cambian de opini¨®n con la velocidad de un rayo. Hay religiones y sectas integristas que solo obedecen al mandato divino. Hay partidos que solo act¨²an bajo mandato divino pero tienen el deber de negar su existencia.

Ser del PP en Andaluc¨ªa consiste en sentarse a esperar lo que decida Madrid y aplaudir con entusiasmo la resoluci¨®n. Ser del PP en Andaluc¨ªa obliga, tambi¨¦n, a ocultar las heridas, negar lo evidente y aprender a poner cara de p¨®quer ante cualquier acontecimiento.

Mariano Rajoy, antes de tomar el avi¨®n rumbo a Turqu¨ªa, autoriz¨® a comunicar que Juan Manuel Moreno era su hombre de confianza en Andaluc¨ªa. A partir de aqu¨ª, en una perfecta cadena de mando, estallaron los aplausos y los perdedores se enjugaron a escondidas las l¨¢grimas de la derrota. En apenas una hora se construy¨® un relato hagiogr¨¢fico del candidato. Lo m¨¢s curioso es que te aseguran, sin el menor sonrojo, que el futuro l¨ªder del PP tiene ¡°un perfil muy parecido a Susana D¨ªaz¡±.

Un poeta ingl¨¦s dijo hace siglos que ¡°la imitaci¨®n es la forma m¨¢s sincera de adulaci¨®n¡± y desde luego esta imitaci¨®n lo es porque se hace sin pudor alguno, sin caer en la cuenta de que durante meses han vapuleado el perfil pol¨ªtico y profesional de la presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa hasta decir basta.

Ya s¨¦ que recordar es un ejercicio molesto en la pol¨ªtica pero, en este caso, los hechos son tan recientes que produce admiraci¨®n tan intencionado olvido. La juventud de la presidenta de la Junta era un rasgo negativo e incluso se lamentaban de que el destino de Andaluc¨ªa fuese a caer en manos de ni?atos sin experiencia alguna. Son los mismos que ensalzan la juventud de su nuevo l¨ªder y el empuje que representa.

La trayectoria profesional de Susana D¨ªaz los indignaba. El hecho de que desde su juventud se hubiese dedicado a tareas pol¨ªticas, les parec¨ªa un insulto a la inteligencia. ?D¨®nde ha trabajado? ¡ªse preguntaban¡ª, ?qu¨¦ curr¨ªculo profesional la avala?, ?c¨®mo podemos confiar ¡ªdijeron literalmente¡ª en alguien que ¡°no ha trabajado en su vida en la empresa privada ni ha hecho oposiciones en la Administraci¨®n p¨²blica¡±? Pues bien, Juan Manuel Moreno , graduado en Protocolo y Eventos y varios a?os mayor que Susana, jam¨¢s ha ejercido ninguna actividad fuera del PP. Sin embargo, esto no le acarrea ninguna cr¨ªtica, sino que simboliza la lealtad y constancia de su vocaci¨®n pol¨ªtica.

Todo ese ramillete de insultos ¡ªy muchos m¨¢s sobre sus or¨ªgenes o car¨¢cter¡ª, se vuelven flores ante la figura del presidenciable popular; los calificativos m¨¢s groseros se tornan alabanzas por la renovaci¨®n y sencillez; su forma de elecci¨®n, un simple accidente que carece de importancia. Lo sustancial es que el modelo Susana o, mejor dicho, lo que el PP interpreta como modelo Susana, ha triunfado en la comunicaci¨®n pol¨ªtica y ellos est¨¢n dispuestos a seguir esta moda.

Pero, no hay forma sin contenido. En primer lugar, Susana D¨ªaz manda realmente en su fuerza pol¨ªtica. Su mentor se retir¨® generosamente de las esferas de poder de Andaluc¨ªa. Sin embargo, en el caso de Juan Manuel Moreno, es muy visible la mano de Javier Arenas en el proceso y, con bastante probabilidad, en el equipo de direcci¨®n. En segundo lugar, el PP ha resucitado la vieja herida entre M¨¢laga y Sevilla y que es la forma m¨¢s segura de no tener proyecto andaluz. En tercer lugar, el PP andaluz ha dejado de existir y la prueba m¨¢s evidente de ello es que ni siquiera ha sido capaz de elegir por s¨ª mismo su candidato, mientras que el PSOE existe en Andaluc¨ªa m¨¢s que en ning¨²n otro lugar e incluso es decisorio en todo el Estado.

Finalmente, lo m¨¢s importante es la pol¨ªtica que el nuevo candidato defiende. Hasta ahora, lo m¨¢s sobresaliente de su gesti¨®n pol¨ªtica ha sido un recorte brutal a la ley de Dependencia, a la que no se ha privado de tachar de clientelista en multitud de ocasiones. Recortes y sumisi¨®n al Gobierno de Rajoy no son el mejor aval en esta tierra.