Todos fueron bienvenidos a la fiesta

LOS INVITADOS. COMPA??A DE BEL?N MAYA

Baile: Bel¨¦n Maya. Colaboraci¨®n Especial: Carmen Linares. Artista invitado al baile: Manuel Li?¨¢n. Cante: Gema Caballero. Artistas invitados al cante: Jos¨¦ Valencia, Tom¨¢s de Perrate, Jos¨¦ Anillo. Guitarras: Javier Patino y Rafael Rodr¨ªguez. Palmas: Laura Gonz¨¢lez y Marina Valiente. Actor: Javier Centeno. Colaboraci¨®n: Coro Polif¨®nico Ars Nova, de Espartinas. M¨²sica original: Javier Patino. V¨ªdeo: Roc¨ªo Huertas. Dise?o iluminaci¨®n: Francisco L¨®pez. Asesoramiento coreogr¨¢fico: Juan Carlos L¨¦rida. Coreograf¨ªa: Bel¨¦n Maya, Manuel Li?¨¢n (de su pieza), Manuel Li?¨¢n Chloe Brul¨¦ (canti?as). Dramaturgia y direcci¨®n esc¨¦nica: David Montero. Direcci¨®n art¨ªstica: Bel¨¦n Maya y David Montero

Teatro Villamarta, 24 de febrero de 2014.

La bailaora quer¨ªa recibir en su casa, que es el baile, y con el arte como ¨²nico ingrediente del men¨². El arte propio, el de los invitados, y el resultante de sumar el de unos y otros. La anfitriona hab¨ªa elegido con mimo a sus visitantes y, aunque en la ficci¨®n se juegue siempre a la sorpresa (trin trin, a la puerta llaman, ?qui¨¦n ser¨¢?), los encuentros anunciaban ya sobre el papel la deseada s¨ªntesis positiva a que se aspiraba. Y las expectativas se cumplieron con creces. La fiesta preparada result¨® jugosa y gozosa, emocionante y divertida, una obra perfilada y ordenada en todos sus elementos que conduce sin desmayos hasta el brillante y emotivo final.

Los elementos eran los b¨¢sicos y esenciales: cante, toque y palmas para la inspiraci¨®n del baile. Con esos mimbres lo mismo se puede confeccionar una gala ins¨ªpida que una obra redonda: basta con la intenci¨®n, que marca la diferencia, y tambi¨¦n con la intensidad y la comunicaci¨®n, que se pueda dar entre los artistas. El espect¨¢culo contaba, adem¨¢s, con una delgada l¨ªnea argumental latente, un actor que conduce la trama de manera discreta y una iluminaci¨®n cuidada y acertada. La guitarra de Javier Patino llenaba las transiciones y creaba atm¨®sferas adecuadas para cada cuadro.

Gema Caballero puso la escena en situaci¨®n con la vidalita, y fueron llegando los invitados. Jos¨¦ Anillo fue el primero en acudir para dar la primera alegr¨ªa a la fiesta junto con la guitarra de Rafael Rodr¨ªguez, su toque siempre abierto a la sorpresa. Buler¨ªas arromanz¨¢s para un baile gr¨¢cil y suelto, gustoso y encadenado en un espacio breve. Y para rematar, el gaditano culmin¨® su presencia bordando la malague?a de El Mellizo.

Casi a continuaci¨®n, volv¨ªa la voz de Gema Caballero para entonar el cante por caracoles cuando salt¨® la gran sorpresa de la noche: el invitado Manuel Li?an irrumpi¨® en escena con bata de cola roja, mant¨®n y un baile trepidante que arras¨® en el patio de butacas. A ¨¦l, con colores cambiados en asim¨¦trico y complementario juego, se sumar¨ªa Bel¨¦n Maya para el momento del gui?o, de la complicidad y del desenfado, pero siempre dentro del ejercicio del estilo y de la bata con todo su amplio juego.

En toda fiesta de sal¨®n no puede faltar un toque de swing, y Bel¨¦n tampoco quiso resistirse a ¨¦l. Las notas la fueron envolviendo poco a poco: la trompeta con sordina de Centeno y, de pronto, un Tom¨¢s de Perrate convertido en crooner flamenco con registros que evocaban al mismo Louis Amstrong. Y luego, un coro, ideal para el vuelo de unos pasos. La distensi¨®n dio paso al cante grave y cavernoso de Jos¨¦ Valencia con el que la bailaora se entreg¨® a la sole¨¢ de manera muy contenida, por momentos reflexiva. En realidad, todo parec¨ªa encaminado a la emoci¨®n que habr¨ªa de llegar. Porque tambi¨¦n est¨¢ en el guion de toda fiesta acordarse de quien no est¨¢. El recuerdo se llam¨® Carmen Mora, la madre de Bel¨¦n, a quien Carmen Linares le cant¨® el taranto. Esta vez, la dama del arte se lo dijo a la hija, y los sentimientos inundaron la escena, saltaron a la platea. La ¨²ltima pincelada de una fiesta llena de colores; los de las voces del cante y el color con contrastes del baile de Bel¨¦n Maya, anfitriona feliz, crecida entre los afectos que la rodearon.