De plagas y modas
El pianista brit¨¢nico Paul Lewis regresa al Palau de la M¨²sica con sobria distancia sobre la pulsi¨®n rom¨¢ntica de las obras de Beethoven pero muda a volc¨¢n con Liszt y Mussorgski
En su regreso al Palau, de la mano de Ibercamera, el pianista brit¨¢nico Paul Lewis decidi¨® tocar en la primera parte del recital dos conocidas sonatas de Ludwig van Beethoven -n¨²m. 13 Quasi una fantasia y n¨²m 14 Claro de Luna-, precedidas cada una ellas, y sin interrupci¨®n, por dos preludios corales de Johann Sebastian Bach, arreglados por Ferruccio Busoni. Para no romper la atm¨®sfera po¨¦tica, Lewis quer¨ªa evitar los aplausos entre cada pieza, y as¨ª se inform¨® previamente al p¨²blico. No era un capricho, porque la concentraci¨®n es esencial y el silencio ayuda a mantenerla. Siguiendo sus deseos, solo se aplaudi¨® al final de cada bloque, pero la plaga de toses, ruidos y m¨®viles que afecta al mundo cl¨¢sico oblig¨® al solista a interrumpir el primer preludio-coral y esperar, sin perder la compostura, a que se hiciera en la sala el ansiado silencio para volver a empezar. No es la primera vez, ni lamentablemente ser¨¢ la ¨²ltima, que los pitidos de un m¨®vil rompen el discurso musical. De hecho, crece sin cesar la lista de solistas y directores de orquesta que, hartos de tantas injerencias sonoras, han llegado a increpar en p¨²blico a los espectadores m¨¢s ruidosos. Lewis no pronunci¨® una sola palabra, ni tan siquiera mir¨® a la platea, pero su cara reflejaba el disgusto por los efectos de una plaga que nadie sabe como atajar.
Paul Lewis
Paul Lewis, piano
Obras de Bach/Busoni, Beethoven, Liszt y Mussorgski
Palau de la M¨²sica. Barcelona, 17 de marzo.
A lo largo del concierto no cesaron las toses, ni otros ruidos igualmente irritantes, e incluso volvi¨® a sonar un m¨®vil que, a tenor de la melod¨ªa de la llamada entrante, parec¨ªa el mismo de antes. Lewis los soport¨® con estoicismo y mitig¨® sus efectos con admirable concentraci¨®n y entrega. A partir de una especial afinidad con el universo pian¨ªstico de Beethoven, Lewis mantiene cierta distancia con la pulsi¨®n rom¨¢ntica que anida en estas sonatas, sin forzar la l¨ªnea, buscando el equilibrio entre la austeridad formal y la elocuencia expresiva.
Tras la plaga, la moda. Cada vez son m¨¢s los pianistas que visitan Barcelona con los Cuadros de una exposici¨®n, de Modest Mussorgski, como plato fuerte del programa. Tras Khatia Buniatishvilli y Yuja Wang, por citar solo estrellas emergentes, el pianista brit¨¢nico se suma a la moda ¨Cas¨ª hay que calificar la circunstancia de que, despu¨¦s de unos a?os de ausencia, ahora se multiplican las versiones-. Lewis abord¨® la celeb¨¦rrima partitura tras interpretar tres exquisitas piezas de madurez de Franz Liszt, y lo hizo con tal audacia, pasi¨®n y potencia sonora que parec¨ªa un pianista distinto: un aut¨¦ntico volc¨¢n de colores, fantas¨ªa r¨ªtmica y espectaculares din¨¢micas, un punto violentas, pero de impresionantes efectos y hallazgos que culminaron en La gran puerta de Kiev con una fuerza estremecedora.
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