El padre de Asunta a su exmujer: ¡°Confiar el uno en el otro nos dar¨¢ ¨¦xito¡±
Porto y el padre de la peque?a insisten en desviar el foco de la acusaci¨®n al tercer imputado La madre cambi¨® cinco veces de versi¨®n sobre sus ¨²ltimos movimientos con la peque?a
Hace seis meses que Rosario Porto y Alfonso Basterra duermen tras las rejas de la c¨¢rcel de Teixeiro (A Coru?a). Ambos ingresaron en prisi¨®n el 27 de septiembre del 2013 como presuntos autores del asesinato de su hija Asunta, de doce a?os. Tanto el juez como la Audiencia provincial, que ratific¨® el auto de prisi¨®n, les han denegado la libertad provisional porque ¡°numerosos indicios sospechosos¡± les se?alan como supuestos responsables y c¨®mplices del crimen pero este tiempo encarcelados no ha resquebrajado su v¨ªnculo y sus defensas se ci?en a una l¨ªnea com¨²n que pasa por desviar el foco a un tercer imputado. Un joven colombiano residente en Madrid que asegura que no ha pisado Galicia en toda su vida y al que la Guardia Civil de Arroyomolinos investigaba por una denuncia de violaci¨®n a primeros de septiembre.
¡°Acu¨¦rdate de lo que hablamos ayer. No entremos en contradicciones porque cualquier fisura juega en nuestra contra. Y no perdamos la confianza el uno en el otro¡±, le dec¨ªa Alfonso a su exmujer la noche que ambos pasaron en el calabozo, en una conversaci¨®n grabada e incorporada al sumario. ¡°Ya¡±, respond¨ªa ella. Tres monos¨ªlabos consecutivos a tres frases de su expareja. ¡°Estoy absolutamente seguro de tu inocencia¡±, recalcaba ¨¦l. ¡°Y yo de ti¡±, replicaba ella. ¡°Ya lo s¨¦, mi vida. Pues esa es la base de nuestro ¨¦xito. ?Te das cuenta, cari?o?¡±, termina Basterra, que todav¨ªa le deja otra recomendaci¨®n a su expareja que repite tres veces en un minuto: ¡°S¨¦ coherente¡±. No lo fue. El sumario recoge que Rosario Porto cambi¨® cinco veces su versi¨®n sobre el lugar y la hora en el que hab¨ªa visto por ¨²ltima vez a su hija con vida. Esa noche, el 21 de septiembre, cuando acudi¨® a presentar la denuncia a la comisar¨ªa compostelana, dijo a los polic¨ªas que la hab¨ªa dejado en casa estudiando antes de salir a un recado sin cerrar la puerta con llave. Lo mismo les coment¨® a sus allegados, entre los que se contaba una amiga, la madrina de la peque?a y la madre de una compa?era de su hija.
Seis d¨ªas despu¨¦s, el 27 de septiembre, en su primera declaraci¨®n ante el juez Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn, Rosario cambi¨® de tercio al saber que las c¨¢maras la hab¨ªan grabado al volante del Mercedes. En la misma comparecencia, dio dos ubicaciones diferentes donde asegur¨® haber dejado a la ni?a. Primero, en la calle de La Rosa, antes de dirigirse ella sola a la casa de Montouto, y poco despu¨¦s, dijo que se la hab¨ªa llevado con ella y que la trajo de regreso hasta la esquina de General Pardi?as con Rep¨²blica Argentina. Dos meses despu¨¦s, cuando volvi¨® a declarar ante el juez Ta¨ªn el 28 de noviembre, las localizaciones ya eran otras: una en la plaza de Puente Castro y la otra en la H¨®rreo, a la altura del Hotel Xelm¨ªrez. Hab¨ªa invertido el doble de tiempo en volver de lo que tard¨® en ir a Teo. Porto todav¨ªa volvi¨® a variar su explicaci¨®n el 19 de diciembre, durante la reconstrucci¨®n de los hechos. Entonces, mantuvo que Asunta se baj¨® del coche en el n¨²mero 13 de la calle Rep¨²blica Argentina, un punto ciego en el que no existen c¨¢maras de seguridad.
En la misma charla de calabozo en la que Basterra ped¨ªa repetidamente 'coherencia' a su exmujer, es ella la que le reprocha los ¡°problemas¡± que les va a generar a ambos ¡°su imaginaci¨®n calenturienta¡±. ¡°Muchos¡±, insiste mientras ¨¦l guarda silencio. ¡°Y que yo en casa todo insecto cuanto hab¨ªa con un coj¨ªn no quiere decir que yo vaya ahogando a la gente con cojines¡±, se despacha Charo. A los investigadores del caso les llam¨® la atenci¨®n, y as¨ª lo recoge el sumario, el apuro con el que Rosario Porto se excus¨® para ir al ba?o nada m¨¢s llegar al primer registro del chal¨¦ de Montouto (Teo), cerca de Santiago. Subi¨® directa a la habitaci¨®n del primer piso donde estaba la papelera en la que recogieron pa?uelos con restos gen¨¦ticos de madre e hija y un trozo de cuerda naranja que -a falta de un resultado m¨¢s concluyente de las nuevas pruebas que se practican- coincide con los hallados junto al cad¨¢ver de la ni?a. Tambi¨¦n destacan que faltaba la funda de una almohada que apareci¨® despu¨¦s en su piso de la calle Doctor Teixeiro. El informe definitivo de la autopsia del 11 de diciembre certifica que Asunta muri¨® a ¨²ltima hora de la tarde por sofocaci¨®n con, muy probablemente, un objeto blando.
La instrucci¨®n del caso lleva semanas atascado en las dos gotas de semen que el laboratorio detect¨® en la camiseta que la ni?a llevaba puesta cuando la mataron, el 21 de septiembre, antes de abandonar su cuerpo en una finca forestal de Teo, a pocos metros de la casa familiar. Las anal¨ªticas detectaron trazas de esperma en dos de los 17 recortes milim¨¦tricos en los que se dividi¨® una mancha -fluido org¨¢nico- de unos siete cent¨ªmetros de ancho ¡°de color blanco brillante¡± en el hombro izquierdo y la sisa de la camiseta. Eran fluidos org¨¢nicos (saliva, mocos...) pero no semen en toda su extensi¨®n, recoge el sumario. La autopsia definitiva, fechada el 11 de diciembre, constataba que Asunta no fue agredida sexualmente ni hab¨ªa restos de esperma en su cuerpo, una posibilidad que preocupaba a Basterra, que as¨ª lo confes¨® a uno de los polic¨ªas que lo custodiaba.
Un informe del departamento de biolog¨ªa del servicio de Criminal¨ªstica de la Guardia Civil de Madrid, que figura en el sumario, ya contemplaba la hip¨®tesis de una contaminaci¨®n accidental entre la ropa de Asunta y el semen que conten¨ªa el preservativo del joven al que investigaban por violaci¨®n. Fue este chico -tambi¨¦n imputado en el crimen de Teo- quien indic¨® a los agentes donde estaba el cond¨®n usado que se recogi¨® de la basura tras una fiesta latina el 4 de septiembre, es decir, 24 d¨ªas antes del crimen de Teo. Las dos muestras compartieron mesa y material de trabajo (tijeras, micropipetas...) en el laboratorio madrile?o, y as¨ª lo reconocieron los cinco peritos que prestaron declaraci¨®n por videoconferencia este martes y que, no obstante, mantuvieron que ¡°no hab¨ªan detectado evidencias objetivas¡± de una transferencia que las contaminase, precisaron desde la asociaci¨®n Clara Campoamor, que sostiene la acusaci¨®n popular. La investigaci¨®n tambi¨¦n document¨® exhaustivamente los 4 episodios probados en los que Asunta, una ni?a sana y sin alergias diagnosticadas, hab¨ªa sido drogada con dosis t¨®xicas de f¨¢rmacos (5, 9 y 23 de julio, y el 17 de septiembre) y el sorprendente hallazgo del ordenador y el m¨®vil del padre durante el tercer registro de su vivienda, un piso peque?o que los agentes ya hab¨ªan revisado a conciencia. El port¨¢til estaba metido en su funda a dos pasos de la puerta y el tel¨¦fono en el primer caj¨®n de la mesilla de noche. Los investigadores saben con certeza que ninguno de los dos objetos estaba donde aparecieron despu¨¦s.
Los agentes al cargo de la investigaci¨®n tambi¨¦n se cuestionan la declaraci¨®n y la coartada de Basterra, que dijo que madre e hija salieron juntas por la puerta de su casa tras almorzar en su piso porque las c¨¢maras las grabaron salieron por separado y con unos minutos de diferencia: Asunta baj¨® a las 17:21 y su madre, a las 17:28. ¡°Se marcharon las dos juntas, yo las desped¨ª en la puerta¡±, declar¨® Alfonso. Tampoco creen que el periodista pasara la tarde del 21 de septiembre en casa leyendo, como ¨¦l mantiene, porque dos testigos que consideran cre¨ªbles, lo sit¨²an en la calle a las 18:21 horas. No obstante, admiten que por ahora no han podido ubicarlo en la casa de Teo donde creen que se cometi¨® el crimen. Basterra dijo que esperaba a su hija para cenar pero en la mesa no hab¨ªa cena, mientras que el agente que acudi¨® a informar a Rosario del hallazgo de cad¨¢ver se la encontr¨® en casa y ¡°ven¨ªa de estar durmiendo¡±, recoge el sumario.
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